Una evaluación de inteligencia desclasificada ha revelado que las elecciones estadounidenses de mitad de mandato de 2022 fueron testigo de un aumento de los esfuerzos de injerencia por parte de actores extranjeros. China, Rusia, Irán y Cuba fueron citados como actores clave en estos intentos de interferencia.
Campaña a favor de China
La evaluación destacó que China aprobó los esfuerzos para influir en carreras específicas de mitad de período, apuntando a candidatos de ambos partidos. Se cree que esta maniobra forma parte de una estrategia más amplia del Partido Comunista Chino, iniciada en 2020, para influir en la política y la opinión pública estadounidenses. Curiosamente, el informe no revela los nombres de los candidatos a los que China apoyó. La campaña de Pekín se centró en profundizar las divisiones dentro del espectro político estadounidense, en particular en el Congreso, percibido como un centro del sentimiento antichino. Las tácticas incluían amplificar temas divisivos como el aborto y el control de armas para presentar la democracia estadounidense como caótica e ineficaz.
La agenda antidemocrática de Rusia
La injerencia rusa tenía como principal objetivo desacreditar al Partido Demócrata y socavar la confianza general en el proceso electoral. Este esfuerzo fue visto en parte como una respuesta al apoyo estadounidense a Ucrania en medio de los conflictos en curso.
El Kremlin llevó a cabo un análisis detallado de la audiencia para maximizar el impacto de su propaganda, centrándose en los grupos más receptivos al énfasis ruso en los valores tradicionales.
Además, los militares rusos supuestamente planificaron el momento de su retirada de Kherson (Ucrania) para influir en la dinámica política de Estados Unidos. El objetivo general era poner en duda la integridad de las elecciones de mitad de mandato mediante diversas campañas de desinformación.
Esfuerzos limitados pero eficaces de Irán
El informe también arrojó luz sobre el papel de Irán en su intento de explotar las divisiones sociales en Estados Unidos. Sin embargo, los esfuerzos de Irán se vieron limitados por problemas como la gestión del malestar y las protestas. No obstante, Teherán siguió centrándose en socavar la credibilidad del proceso democrático.
El objetivo de Cuba
La participación de Cuba fue más selectiva y sus esfuerzos se concentraron en influir en los candidatos que probablemente apoyarían políticas favorables a los intereses cubanos.
A pesar de estos esfuerzos por influir en los resultados electorales de 2022, el informe no encontró pruebas de manipulación del recuento real de votos. En lugar de ello, la atención se centró en erosionar la confianza pública en los resultados de las elecciones.
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