En medio de la escalada de tensiones con Estados Unidos por el actual conflicto en Ucrania, Rusia desplegará un submarino de propulsión nuclear en Cuba la próxima semana. El gobierno cubano ha confirmado que el submarino, junto con otros tres buques navales, no llevará armas nucleares.
El submarino Kazán, junto con la fragata de misiles Almirante Gorshkov, un petrolero y un remolcador de salvamento, atracarán en La Habana del 12 al 17 de junio, según un comunicado del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba. “Ninguno de los buques transporta armas nucleares, por lo que su escala en nuestro país no representa una amenaza para la región”, subrayó el ministerio.
El anuncio coincide con informes de funcionarios de Estados Unidos que han estado rastreando buques de guerra y aviones rusos que se dirigen al Caribe para realizar un ejercicio militar. Este ejercicio se considera parte de la respuesta más amplia de Rusia al apoyo de Estados Unidos a Ucrania. A pesar de la presencia militar, las autoridades de Estados Unidos han declarado que no es motivo de preocupación. Sin embargo, se produce en un momento en el que el presidente ruso Vladímir Putin ha insinuado posibles “medidas asimétricas” a escala mundial en respuesta a la autorización del presidente Joe Biden para que Ucrania utilice armas proporcionadas por Estados Unidos para atacar dentro de Rusia.
Este despliegue, en particular el del potente submarino, destaca por su proximidad a Estados Unidos y se produce en un periodo de mayores tensiones debido a la guerra en Ucrania. La visita de los buques rusos a Cuba coincidirá con la asistencia del presidente Biden a la cumbre del G7 en Italia.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, se reunió recientemente con el presidente Putin en Moscú con motivo del desfile militar anual del 9 de mayo, un recordatorio de los estrechos lazos entre ambas naciones. Históricamente, Cuba fue un aliado clave de la Unión Soviética durante la Guerra Fría, y la presencia de misiles nucleares soviéticos en la isla en 1962 estuvo a punto de provocar un conflicto nuclear durante la Crisis de los Misiles de Cuba.
Las relaciones entre Rusia y Cuba se han profundizado desde una reunión entre Díaz-Canel y Putin en 2022. La llegada de la flota rusa estará marcada por una salva de 21 cañonazos desde uno de los barcos, correspondida por una batería de artillería de las fuerzas armadas revolucionarias de Cuba, según el ministerio de Exteriores cubano.
El gobierno cubano enmarcó la visita en sus “relaciones históricas de amistad” con Rusia. “Las visitas de unidades navales de otros países constituyen una práctica histórica del gobierno revolucionario con las naciones que mantienen relaciones de amistad y colaboración”, declararon las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba.
Aunque Moscú aún no ha confirmado el anuncio cubano, la visita supone el mayor despliegue de buques navales rusos a Cuba en los últimos años. En julio del año pasado, el buque escuela Perekop de la Armada rusa realizó una visita de cuatro días a La Habana.
Cuba depende cada vez más del petróleo y la ayuda rusos en medio de su peor crisis económica en décadas. El anuncio de la visita de la flota rusa se produce tras la reciente decisión del presidente Biden de permitir a Ucrania realizar ataques limitados dentro de Rusia utilizando munición estadounidense. En respuesta, el presidente Putin señaló que proporcionar armas a una zona en conflicto es “siempre algo malo” y advirtió de que Rusia podría armar de forma similar a regiones hostiles a Estados Unidos.
“Dado el largo historial de escalas de Rusia en puertos cubanos, éstas se consideran visitas navales rutinarias, especialmente en el contexto del aumento del apoyo de Estados Unidos a Ucrania y de los ejercicios de la OTAN”, comentó el portavoz del Pentágono, el mayor Charlie Dietz. Añadió que este verano se espera que el ejército ruso aumente su actividad naval y aérea cerca de Estados Unidos, incluyendo posibles escalas en Cuba y posiblemente en Venezuela, como parte de las maniobras rutinarias previas a un ejercicio naval global en otoño.
Dietz señaló que estos despliegues “no suponen una amenaza directa para Estados Unidos” y forman parte de las operaciones navales rutinarias de Rusia. Sin embargo, reconoció que el mantenimiento de estos ejercicios impone un coste significativo a la Armada rusa, que lucha contra el envejecimiento de su flota.
La próxima visita subraya el actual juego de ajedrez geopolítico entre Rusia y Estados Unidos, en el que Cuba vuelve a ser un punto central de interés.
Las diez sorpresas de la guerra
Por Emmanuel Todd
Emmanuel Todd predijo 15 años antes la caída de la URSS. En su último libro vaticina, como un hecho inevitable y en curso, la derrota de Occidente.