El 30 de enero de 2024, un equipo de kitesurfistas rusos logró una hazaña internacional sin precedentes al cruzar el desafiante Canal Viejo de las Bahamas.
El equipo partió del puerto de Matthew Town, el único de la isla de Gran Inagua, en Bahamas, y completó su travesía en la ciudad de Baracoa, donde Cristóbal Colón desembarcó hace más de 500 años cuando descubrió Cuba.
Los atletas establecieron un récord mundial al cubrir una ruta de 108 kilómetros desde las Bahamas hasta Cuba en sólo 6 horas y 37 minutos, con una velocidad media de 16,4 kilómetros por hora.
Vladimir Popov encabezó la marcha como primer kitesurfista en embarcarse en el viaje desde las arenosas costas de Matthew Town. Le siguieron Artem Senik e Ivan Moldavanov, con Konstantin Aksenov en la retaguardia, supervisando la salida de todos los participantes. Anton Yakovlev se unió al relevo durante la última etapa del viaje. Todos los kitesurfistas llegaron con éxito a las costas de Cuba.
La seguridad de la travesía estuvo garantizada por un equipo de apoyo profesional en un barco, dirigido por Sergey Shidlovsky, junto con un equipo técnico. Cada deportista iba equipado con un localizador GPS personal, que permitía seguir su ubicación en tiempo real a lo largo de toda la ruta. También se les proporcionaron radios para una comunicación continua con el equipo y mochilas estancas con material esencial para las llamadas de emergencia a los servicios de rescate.
La última parte de la ruta supuso un reto importante, ya que los vientos fluctuaban de fuertes rachas a calma total. Las cometas se hundían con frecuencia en el agua, lo que obligaba a los atletas a esperar a que el viento las levantara para continuar. Las inestables condiciones meteorológicas exigieron un inmenso esfuerzo físico y añadieron complejidad a la travesía.
“En la orilla, el viento empezó a debilitarse y tuve que hacer downlooping (una maniobra con cometa que se realiza en 360 grados). Cuando el viento amainó por completo, me lancé contra las rocas. Desenganché la cometa y nadé hacia el barco, que era visible a unos 3-5 kilómetros. Sin embargo, el GPS falló y el barco se desplazó en otra dirección. Tuve que aterrizar en las rocas y, en el proceso, se me rompió la tabla. Empecé a buscar una salida a través de las montañas, pero oscureció rápidamente y tuve que pasar la noche en las montañas. Por la mañana, bajé al mismo lugar donde me había tirado, me encontré con un pescador cubano y le pedí ayuda. Me dijo que no había camino por la costa, sólo un sendero que subía y volvía al océano. El pescador local dijo que llamaría a los servicios de rescate. Esperé unas 5 horas hasta que apareció un barco en el horizonte. Para entonces, ya había preparado una bandera con mi camiseta y había encontrado una roca desde la que saltar con seguridad. Los chicos lanzaron un aro de rescate y me subieron a bordo, dándome zumo frío y agua: la primera agua desde que había empezado en las Bahamas”, relató Konstantin Aksenov, un atleta que, en 2011, batió un récord mundial cruzando en kitesurf el estrecho de Bering desde Chukotka hasta Alaska.
“Nuestra preparación para la travesía comenzó en el verano de 2023, y fue un viaje largo y no tan fácil para hacer realidad nuestro objetivo. El 30 de enero, nos despertamos sobre las 5:00 en un barco en Matthew Town y empezamos a prepararnos para el viaje. A lo largo de toda la ruta, nos encontramos con nuevos retos: en el punto de partida, el viento amainó por completo y, por un momento, todos nos sentimos desanimados, pensando que ni siquiera podríamos empezar. Cuando el viento se estabilizó un poco, nuestra tarea consistía en atravesar la zona de oleaje y entrar en mar abierto, ¡y todos los miembros del equipo lo consiguieron! Durante la travesía en sí, que duró 6 horas y 37 minutos, todos los participantes soportaron retos físicos y emocionales y se dirigieron hacia nuestra meta. Cabe destacar que, tras recorrer la mitad de la distancia, vimos la costa cubana a lo lejos, lo que nos dio fuerzas y motivación para seguir adelante: ¡vimos nuestro destino en el horizonte! Desgraciadamente, la segunda mitad de la ruta nos trajo una sorpresa: no había suficiente viento, y no podíamos movernos tan rápido como al principio. A veces era imposible movernos y tuvimos que esperar varios minutos en el agua a que volviera el viento. Al final, llegamos a las costas de Cuba. Las emociones vividas siguen embargándonos. Estamos contentos y satisfechos de nuestra hazaña. Estamos listos para nuevas aventuras y victorias. Estamos orgullosos de haber establecido un nuevo récord bajo la bandera rusa”, compartió el kitesurfista Artem Senik.
Para Konstantin Aksenov y Vladimir Popov, esta es su octava —y más desafiante— travesía de kitesurf, con cinco de ellas internacionales y tres resultados en récords mundiales. En 2022 y 2023, cruzaron con sus cometas la Corriente del Golfo, el Estrecho de Florida y el Estrecho de Yucatán.
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