Cuba y la Independencia de los Estados Unidos

Inicios de la Independencia de Estados Unidos

El 4 de julio de 1776, trece colonias británicas en América del Norte declararon su independencia del Reino Unido. Este día se convirtió en un símbolo, un hito en la historia de la humanidad. El proceso que llevó a la independencia fue complejo y arduo. Las tensiones entre las colonias y la corona británica se acumulaban desde años atrás.

Los británicos imponían leyes y gravámenes que los colonos consideraban injustos. La famosa Ley del Té es un claro ejemplo. A su vez, la falta de representación en el Parlamento británico era otra queja constante. El lema «no hay impuestos sin representación» resonaba fuerte en las colonias.

Las protestas pacíficas evolucionaron a confrontaciones violentas, culminando en la Guerra de Independencia. La victoria final de las colonias, junto a sus aliados franceses, estableció a Estados Unidos como una nación soberana.


Un cubano en la independencia de los Estados Unidos

La historia de la participación cubana en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos es una crónica de solidaridad transnacional. En aquella época, Cuba era una colonia española y, aunque lejos de la agitación revolucionaria, algunos cubanos se involucraron directa e indirectamente en el conflicto que se desarrollaba al norte.

Uno de los cubanos más destacados fue Juan de Miralles, un comerciante de La Habana que se convirtió en el primer representante de España ante los Estados Unidos en 1778. Miralles utilizó su influencia y recursos para ayudar a la causa revolucionaria, proporcionando financiación crucial y apoyo diplomático a las Trece Colonias. Además, los buques mercantes cubanos desempeñaron un papel clave en el contrabando de armas y suministros a las fuerzas rebeldes, eludiendo el bloqueo británico y contribuyendo de manera significativa al esfuerzo bélico de la revolución. Aunque estos cubanos a menudo son olvidados en las narrativas convencionales, su contribución fue vital para la independencia estadounidense.


Independencia de Cuba

Por otro lado, la independencia de Cuba se produjo casi un siglo y medio después, el 20 de mayo de 1902. La isla, última colonia española en América, experimentó un proceso diferente. Fueron varias las guerras independentistas que los cubanos emprendieron contra España.

En el camino a su independencia, los cubanos enfrentaron numerosos obstáculos. Las Guerras de Independencia, iniciadas en 1868 y 1895, dejaron un saldo de destrucción y muerte en la isla. Aun así, la resistencia cubana nunca se extinguió. La última de estas guerras, la Guerra Hispano-Estadounidense, fue decisiva para la independencia de Cuba.

A pesar de la liberación del dominio español, Cuba no disfrutó de una independencia plena. La Enmienda Platt, impuesta por Estados Unidos, limitaba la soberanía cubana. Esta situación perduró hasta 1934, cuando se abolió la Enmienda.


Paralelismos y diferencias

En retrospectiva, las luchas por la independencia de ambos países tienen paralelismos y diferencias. Ambos enfrentaron a potencias coloniales europeas y lucharon por la autodeterminación. Sin embargo, la independencia estadounidense fue producto de una revolución interna, mientras que la cubana se vio influenciada por intervenciones externas.

El camino a la independencia en ambos casos no fue fácil. Estuvo plagado de conflictos, desafíos y sacrificios. Pero estas luchas demostraron el deseo de libertad y democracia de los pueblos.





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