El recluso fugado Danelo Cavalcante, cuya desaparición de una prisión de Pensilvania había mantenido en vilo a la región durante semanas, fue finalmente capturado. Su detención concluyó ayer, tras una búsqueda incesante en la que cientos de agentes de las fuerzas del orden peinaron los suburbios de Filadelfia.
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La mañana del 31 de agosto, Cavalcante (nacido en Brasil) orquestó una audaz fuga de la prisión del condado de Chester. Utilizando su cuerpo como cuña, consiguió trepar entre dos muros para llegar al tejado de la prisión. Desde allí, corrió y escaló una valla hasta alcanzar la libertad. La persecución posterior, centrada inicialmente en un radio de apenas 16 kilómetros cuadrados, atrajo las miradas del país hacia la pequeña comunidad de Kennett Square, Pensilvania.
Desgraciadamente para las autoridades, Cavalcante había logrado escabullirse de su red, lo que llevó a ampliar la zona de búsqueda. Finalmente fue localizado en el límite de esta zona de búsqueda ampliada. A lo largo de todo el calvario, el miedo se apoderó de la comunidad local, muchos optaron por quedarse en casa y las escuelas cerraron para garantizar la seguridad de sus alumnos.
Captura, sometimiento y devolución
La gran interrupción de la persecución se produjo cuando un avión, equipado con tecnología de infrarrojos de última generación, detectó una señal de calor en las inmediaciones. Esta pista se suspendió temporalmente debido a las inclemencias del tiempo, pero al amanecer, las autoridades se centraron en una zona donde había saltado una alarma antirrobo.
Fue allí donde encontraron a Cavalcante. El fugitivo intentó escapar armado con un rifle robado, pero un perro policía de élite de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos intervino rápidamente, evitando que sufriera daño alguno. El teniente coronel George Bivens, de la policía del estado de Pensilvania, detalló la captura, señalando que Cavalcante se resistió a los agentes mientras lo detenían.
La detención no fue una hazaña menor. En la operación de búsqueda habían participado activamente casi 500 agentes de las fuerzas del orden, entre organismos locales, estatales y federales. En los días previos a su captura, Cavalcante había sido visto en varias ocasiones, eludiendo su captura mediante diversas tácticas. Entre ellas se incluían movimientos nocturnos por el lecho de arroyos o zonas boscosas e incluso una furgoneta lechera robada, que utilizaba para eludir a la policía e intentar ponerse en contacto con sus socios.
Un historial de violencia
El historial delictivo de Cavalcante no se limitaba a las fronteras de Pensilvania. Su condena por asesinar a su exnovia en 2021 ya le había valido una cadena perpetua. Estaba esperando su traslado a una prisión estatal cuando se fugó. Sin embargo, el oscuro pasado de Cavalcante también se remontaba a su país natal, Brasil. Se enfrentaba a cargos adicionales de homicidio, concretamente por el asesinato de un amigo por una disputa sobre la reparación de un coche en 2017. A pesar de que se emitió una orden de arresto contra él en Brasil, logró eludir a las autoridades y huyó del país.
El fin de la persecución fue un alivio no solo para los habitantes de Pensilvania, sino también para las familias de Brasil que habían quedado marcadas por las acciones violentas de Cavalcante. Mientras las autoridades del condado de Chester han empezado a revisar y actualizar las medidas de seguridad de la prisión, las familias de las víctimas de Cavalcante pueden, por fin, respirar tranquilas sabiendo que está entre rejas.
El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, resumió acertadamente los sentimientos de muchos: “Reconocemos que han sido momentos preocupantes y difíciles para todos y cada uno de los habitantes de la región”. La captura de Cavalcante aporta sin duda una sensación de alivio, cierre y seguridad a una comunidad que había estado en vilo durante semanas.
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