El panorama de las transacciones inmobiliarias en Estados Unidos va a experimentar un cambio radical con la entrada en vigor, a partir del día de Año Nuevo, de la Ley de Transparencia Corporativa, una ley promovida por el senador de Florida, Marco Rubio. Esta legislación, destinada a eliminar el anonimato de las sociedades ficticias y las sociedades de responsabilidad limitada en las transacciones comerciales, se considera un paso crucial en la lucha contra las actividades financieras ilícitas.
La Ley de Transparencia Corporativa, que lleva tres años gestándose, surgió a raíz de las alarmantes revelaciones de más de 1000 millones de dólares vinculados a altos funcionarios venezolanos infiltrados en el mercado inmobiliario de Miami. Estos fondos, a menudo ocultos por el uso de empresas fantasma anónimas, dieron lugar a numerosas acusaciones y condenas federales. Sin embargo, el reto para las fuerzas del orden ha sido rastrear los orígenes de estos fondos y negocios dudosos.
“A la luz de las numerosas actividades turbias que involucran a empresas fantasma, especialmente en el sur de Florida, esta ley es un importante paso adelante”, dijo el senador Rubio. La aplicación de la ley se ve reforzada por la Red de Aplicación de Delitos Financieros (FinCEN), una rama del Departamento del Tesoro, que finalizó las regulaciones clave a finales de diciembre.
A partir de ahora, las empresas ficticias y las sociedades de responsabilidad limitada que operen en Estados Unidos deberán revelar la identidad de sus propietarios reales. La directora del FinCEN, Andrea Gacki, destacó el papel de esta transparencia para salvaguardar el sistema financiero y frustrar actividades como el blanqueo de capitales, la corrupción y la evasión fiscal.
Las empresas existentes tienen hasta el 1 de enero de 2025 para cumplir con estos requisitos de divulgación, mientras que las nuevas entidades dispondrán de un plazo de 90 días tras su creación. Estas medidas pretenden evitar el blanqueo de capitales, la evasión fiscal y la elusión de las sanciones estadounidenses por parte de políticos extranjeros corruptos a través de transacciones inmobiliarias anónimas.
El senador Rubio destacó la urgencia de esta ley, especialmente en el contexto de acontecimientos mundiales como la invasión de Ucrania por Vladimir Putin. “La Ley de Transparencia Corporativa es crucial para aplicar sanciones efectivas contra Putin y sus oligarcas, ya que necesitamos comprender el alcance total de sus posesiones”, remarcó.
La iniciativa de FinCEN comenzó con un exitoso programa piloto en 2016 en el condado de Miami-Dade y Manhattan, que exigía la revelación de los verdaderos propietarios en operaciones inmobiliarias anónimas de empresas fantasma. El impacto del programa fue significativo, con una caída del 95% en las transacciones inmobiliarias corporativas totalmente en efectivo.
A pesar del interés público, la FinCEN denegó las solicitudes de acceso público a la base de datos de propietarios presentadas por agentes inmobiliarios, periodistas y otras personas. La atención sigue centrada en el acceso de los bancos y las agencias federales para reforzar los esfuerzos contra los delitos financieros.
La Ley de Transparencia Corporativa, originalmente parte de la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2021, se convirtió en ley a pesar del veto del ex presidente Trump, el único veto anulado durante su presidencia. Con un fuerte apoyo bipartidista, incluido el de los senadores demócratas Sheldon Whitehouse, Ron Wyden y Elizabeth Warren, la Ley marca un nuevo capítulo en la lucha contra el secreto financiero en Estados Unidos.
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