La administración Biden estaba a punto de transferir a 11 detenidos del centro de detención de Guantánamo (Cuba) a un país de Oriente Próximo en octubre de 2023. Sin embargo, el traslado se interrumpió abruptamente debido a la preocupación por la óptica política tras el ataque de Hamás a Israel, según cuatro funcionarios estadounidenses familiarizados con la planificación.
Siete meses después, los detenidos permanecen en Guantánamo, sin que se haya fijado una nueva fecha para su traslado, lo que los deja en un estado de incertidumbre. Estaba previsto que los detenidos, ciudadanos de Yemen o vinculados al país, fueran reasentados en Omán.
“Esto no es como acumular polvo en alguna parte. Estamos estudiando activamente todos esos pasos administrativos para hacerlo realidad”, dijo un alto funcionario de la administración, reconociendo que “hay frustraciones”.
Los funcionarios de la administración expresaron su preocupación por que la política del año electoral esté interfiriendo en la política del presidente Joe Biden de reducir la población de Guantánamo y, en última instancia, cerrar el centro. Les preocupa que cuanto más se acerquen las elecciones, menos probabilidades habrá de que se produzca el traslado antes de las elecciones presidenciales de noviembre, lo que podría dar lugar a problemas de derechos humanos para los 11 hombres que permanecen detenidos sin que se aclare su futuro.
Varios funcionarios estadounidenses señalaron que el acuerdo para el traslado de los detenidos a Omán aún se está debatiendo, incluidos el calendario y las condiciones concretas. Aunque algunos aspectos logísticos siguen sin resolverse, los funcionarios afirman que el retraso se debe principalmente a razones políticas.
“El retraso ha frustrado a los funcionarios de la administración, que creen que la política del año electoral está suplantando la política del presidente Joe Biden de reducir la población de Guantánamo y, en última instancia, cerrar el centro”, informó un funcionario.
El Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca no respondió a la petición de comentarios. Históricamente, tanto demócratas como republicanos se han opuesto al traslado de detenidos fuera de Guantánamo, lo que ha convertido la cuestión en un recurrente punto de inflamación política a lo largo de múltiples administraciones presidenciales. En enero, los principales demócratas de los comités de inteligencia de la Cámara de Representantes y el Senado se unieron a sus homólogos republicanos para instar al gobierno de Biden a no utilizar fondos de la comunidad de inteligencia para facilitar el traslado de detenidos de Guantánamo.
Biden, al igual que el presidente Barack Obama antes que él, ha trabajado para cerrar el centro, pero los traslados de detenidos estuvieron a punto de detenerse bajo el mandato de Donald Trump, predecesor de Biden y rival en 2024.
Funcionarios implicados en el proceso indicaron que la administración ya había notificado el traslado al Congreso, un requisito legal al menos 30 días antes de cualquier movimiento de detenidos. Esta transferencia habría reducido la población de Guantánamo por debajo de 20 personas por primera vez desde que comenzó a albergar a presuntos terroristas en enero de 2002.
Varios funcionarios estadounidenses aclararon que la decisión de detener el traslado no se debió a preocupaciones planteadas por Omán ni a desacuerdos de última hora entre Estados Unidos y Omán. Creen que se debió a las preocupaciones planteadas por miembros del Congreso, principalmente demócratas próximos al presidente, sobre el momento elegido.
La mayoría de los 11 detenidos habían sido autorizados a ser puestos en libertad o trasladados hace años, tras un largo proceso para alcanzar ese estatus. Debido a la guerra civil en curso en Yemen, no era factible trasladarlos allí. El país sigue inestable, sufriendo una crisis humanitaria y atentados terroristas, a pesar de una fase más tranquila en el conflicto entre los hutíes y el gobierno de Yemen, reconocido internacionalmente en 2023.
Desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás en octubre, los rebeldes hutíes respaldados por Irán han atacado en múltiples ocasiones barcos frente a las costas yemeníes en el mar Rojo. Estados Unidos y sus socios de la coalición siguen llevando a cabo ataques aéreos para defenderse de los ataques hutíes y neutralizar sus armas en Yemen. Esta creciente agitación en Oriente Medio ha hecho que el traslado de detenidos fuera de Guantánamo sea aún más delicado desde el punto de vista político, según los funcionarios.
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