Archivos secretos de Hamás revelan la vigilancia diaria de los palestinos

Documentos internos y oficiales de inteligencia han descubierto cómo Hamás, bajo el liderazgo de Yahya Sinwar, ha estado llevando a cabo una amplia vigilancia sobre los palestinos de Gaza. Los documentos, revisados por The New York Times, muestran que la fuerza policial secreta conocida como Servicio General de Seguridad (GSS, por sus siglas en inglés) vigilaba las actividades políticas, las publicaciones en Internet e incluso la vida personal de los residentes, creando un clima de miedo y represión.

El GSS, supervisado directamente por Sinwar, utilizaba una red de informantes en toda Gaza, incluidos individuos que denunciaban a sus propios vecinos. Estos informantes recopilaban información sobre una amplia gama de actividades, desde asistir a protestas hasta mantener relaciones románticas fuera del matrimonio. Los archivos de inteligencia, que datan de octubre de 2016 a agosto de 2023, sugieren que las autoridades hicieron todo lo posible para rastrear y controlar la disidencia.

Uno de los aspectos más alarmantes de los documentos es la revelación de que los líderes de Hamás, a pesar de sus pretensiones de representar al pueblo de Gaza, se han mostrado intolerantes con cualquier forma de disidencia. La GSS seguía a periodistas, vigilaba las redes sociales y buscaba activamente difamar a los adversarios políticos. Las protestas políticas se consideraban amenazas directas, y los funcionarios de seguridad elaboraban estrategias para socavarlas.

Los archivos, obtenidos por la Dirección de Inteligencia Militar de Israel durante redadas en Gaza, contienen datos sobre al menos 10.000 palestinos. Reporteros de The New York Times confirmaron la autenticidad de estos documentos mediante entrevistas con personas nombradas en los archivos. Estas entrevistas corroboraron hechos clave e información biográfica, pintando un cuadro claro de la vida bajo vigilancia constante.

Ehab Fasfous, periodista de 51 años de Gaza, ocupa un lugar destacado en los archivos. Etiquetado como un “gran enemigo del movimiento Hamás”, Fasfous relató cómo los agentes de seguridad le dieron el alto cuando se dirigía a una manifestación, le requisaron el teléfono y le acusaron de comunicarse con “gente sospechosa” en Israel. Las autoridades incluso enviaron mensajes desde su teléfono a un colega en un intento de inculparle de una infracción moral.

“Este Servicio General de Seguridad es igual que la Stasi de Alemania Oriental”, comentó Michael Milshtein, antiguo oficial de la inteligencia militar israelí. “Siempre tienen un ojo en la calle”.

El GSS, con unos gastos mensuales de 120.000 dólares y una plantilla de 856 personas, también se centraba en hacer cumplir las normas sociales conservadoras. Los informes detallaban las investigaciones sobre presuntos comportamientos inmorales, a menudo basados en pruebas mínimas, y proponían medidas para abordar esos asuntos.

Los periodistas extranjeros no estaban exentos de escrutinio. Monique van Hoogstraten, reportera holandesa, fue vigilada durante una visita a un campamento de protesta a lo largo de la frontera israelí en abril de 2018. El GSS anotó los detalles de su vehículo y sus interacciones con los lugareños, recomendando una mayor vigilancia de los periodistas.

Los documentos revisados por el New York Times destacan el ambiente opresivo en Gaza, donde los residentes están atrapados entre el bloqueo israelí y la fuerza de seguridad represiva de Hamás. Esta vigilancia se mantiene en medio de los continuos conflictos, exacerbando las luchas diarias de los gazatíes.

A medida que la guerra con Israel avanza, la situación actual de la GSS no está clara. Sin embargo, el miedo y el control que infunde en la población siguen siendo palpables. Para periodistas como Fasfous, la lucha por la verdad y la libertad persiste a pesar de los riesgos. “No podemos tener una vida aquí mientras estos criminales sigan en control”, declaró, haciéndose eco de los sentimientos de muchos que viven bajo el gobierno de Hamás. 





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