El Gobierno brasileño, encabezado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, va a enviar una delegación de alto nivel a una reunión crítica entre el presidente venezolano Nicolás Maduro y el presidente guyanés Irfaan Ali. Esta reunión, prevista para el jueves en San Vicente y las Granadinas, tiene por objeto abordar la prolongada disputa territorial.
La delegación de Brasil estará encabezada por Celso Amorim, ex ministro de Asuntos Exteriores y actual asesor presidencial para asuntos internacionales. Este paso subraya la creciente preocupación de Brasil y su papel activo en la paz y la estabilidad regionales.
La sede de la reunión fue propuesta por el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Everard Gonsalves, que actualmente preside la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Conocido por sus inclinaciones marxistas y sus estrechos vínculos con Cuba, Venezuela y Nicaragua, Gonsalves ha desempeñado un papel decisivo en la promoción del diálogo entre las naciones en conflicto.
Esta intervención se produce en un contexto de tensiones crecientes tras un controvertido referéndum en Venezuela. El 3 de diciembre, Venezuela celebró un referéndum en el que una amplia mayoría votó a favor de declarar la región del Esequibo provincia venezolana y conceder la ciudadanía a sus residentes, a pesar de la escasa participación. Esta medida ha sido recibida con críticas y preocupación generalizadas.
En respuesta a estos acontecimientos, el presidente brasileño Lula mantuvo una conversación telefónica con Maduro el sábado pasado, instando a la moderación y desaconsejando acciones unilaterales que pudieran exacerbar la disputa. También expresó la aprensión colectiva de los países sudamericanos ante la situación.
En medio de estos acontecimientos, Brasil ha reforzado su presencia militar en Roraima, estado fronterizo con Venezuela. Esta medida se considera preventiva para evitar que el conflicto se extienda a territorio brasileño.
Durante la próxima reunión, se espera que Amorim haga hincapié en el compromiso de Brasil con el diálogo y la resolución pacífica, haciéndose eco de la defensa del presidente Lula de una región de paz. Esta postura está en consonancia con el reciente llamamiento de los países del Mercosur (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay) en favor de una solución diplomática al conflicto del Esequibo.
Además, el ministro de Defensa brasileño, José Múcio, ha lanzado una severa advertencia contra cualquier posible agresión venezolana hacia Guyana. Afirmó que Brasil no permitirá que las fuerzas venezolanas atraviesen su territorio con el propósito de una invasión y mencionó los desafíos logísticos que plantean los densos bosques del Essequibo. Múcio también confirmó el aumento de las fuerzas militares brasileñas en la frontera como medida de precaución.
La situación ha atraído la atención internacional, con países como Rusia, el Reino Unido y Estados Unidos instando a una resolución pacífica. La próxima reunión se considera un paso decisivo para hallar una solución diplomática a la disputa por la región del Esequibo.
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“La población sufre una dramática espiral descendente. La promesa socialista de alimentos, salud y educación ya no se cumple”.