Israel bombardeó objetivos en Gaza el martes después de que el primer ministro Benjamín Netanyahu insistiera en que el ejército destruirá a Hamás a pesar de las conversaciones en curso en El Cairo para lograr un alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes.
Transcurridos más de seis meses de guerra, Hamás declaró que estaba “estudiando” una nueva propuesta de tregua temporal, presentada durante las conversaciones con mediadores estadounidenses, qataríes y egipcios.
Según el plan, los combates se detendrían durante seis semanas, se intercambiarían 40 rehenes mujeres y niños por cientos de prisioneros palestinos y entrarían en Gaza hasta 500 camiones de ayuda al día, según una fuente de Hamás.
Hamás dijo que “aprecia” los últimos esfuerzos de los mediadores, pero acusó a Israel de no responder a sus demandas de larga data, incluida la retirada total de las fuerzas de Gaza.
Netanyahu insistió —a pesar de la creciente presión de su principal aliado, Estados Unidos— en que Israel perseguiría el doble objetivo de traer de vuelta a casa a los rehenes y destruir a Hamás tras su ataque del 7 de octubre.
“Hoy he recibido un informe detallado sobre las conversaciones en El Cairo”, dijo el premier en un mensaje de vídeo el lunes. “Estamos trabajando todo el tiempo para lograr nuestros objetivos, principalmente la liberación de todos nuestros rehenes y lograr una victoria completa sobre Hamás”.
Dijo que las fuerzas israelíes asaltarían la ciudad de Rafah, en el extremo sur de Gaza, en la frontera con Egipto, a pesar de la preocupación mundial por la suerte de hasta 1,5 millones de palestinos refugiados allí.
El primer ministro israelí dijo: “Esta victoria requiere la entrada en Rafah y la eliminación de los batallones terroristas que allí se encuentran.
“Se producirá, hay una fecha”, prometió sin decir cuándo planea enviar tropas a la última ciudad de Gaza que hasta ahora se ha librado de una invasión terrestre.
Funcionarios estadounidenses renovaron sus objeciones a una operación en Rafah, tras una llamada telefónica la semana pasada entre el presidente Joe Biden y Netanyahu.
“Hemos dejado claro a Israel que creemos que una invasión militar a gran escala de Rafah tendría un efecto enormemente perjudicial para esos civiles y que, en última instancia, dañaría la seguridad de Israel”, declaró el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Israel ha licitado la compra de 40.000 tiendas grandes, según un documento publicado en el sitio web del Ministerio de Defensa, como parte de sus preparativos para evacuar Rafah antes de una ofensiva, según dijo a la AFP una fuente gubernamental bajo condición de anonimato.
Todas las casas destruidas
La carnicería que ha dejado la guerra más sangrienta jamás librada en Gaza quedó patente en la ciudad meridional de Jan Yunis, un páramo de edificios destrozados y montañas de escombros tras meses de intensos bombardeos y enfrentamientos callejeros.
Los palestinos desplazados regresaron a pie, en automóviles y en carretas tiradas por burros después de que las fuerzas israelíes se retiraran el domingo en lo que el ejército dijo que era una retirada táctica y temporal.
Mientras los palestinos se preparaban para la festividad del Eid al-Fitr del miércoles, que marca el final del mes de ayuno del Ramadán, se quedaron atónitos ante la apocalíptica visión de cientos de edificios destruidos o derrumbados, cráteres de bombas y huellas de tanques en la arena.
“Vine a ver mi casa, sólo para encontrarla destruida y reducida a un montón de escombros”, dijo Umm Ahmad al-Fagawi.
“Estoy conmocionada por lo que he visto. Todas las casas están destruidas, no sólo la mía, sino también las de todos los vecinos”.
Otra retornada dijo que había vuelto para encontrar “un lugar en ruinas: sin agua, sin electricidad, sin columnas, sin muros ni puertas, no hay nada. Gaza ya no es Gaza”.
La guerra estalló con el ataque del 7 de octubre de Hamás contra Israel, que se saldó con la muerte de 1.170 personas, en su mayoría civiles, según cifras israelíes.
Los militantes palestinos también tomaron más de 250 rehenes, 129 de los cuales permanecen en Gaza, incluidos 34 que, según el ejército, han muerto.
La ofensiva de represalia israelí ha causado la muerte de al menos 33.207 personas en Gaza, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Sanidad del territorio dirigido por Hamás.
Ataques aéreos, disparos de francotiradores
El ejército declaró el martes que había destruido “infraestructuras terroristas” en toda Gaza y que un “avión eliminó en Jan Yunis a un terrorista que participó en la masacre del 7 de octubre”.
En el centro de la Franja de Gaza, “las tropas eliminaron a varios terroristas en combates cuerpo a cuerpo”. “Varios terroristas adicionales que suponían una amenaza para las tropas fueron eliminados por ataques aéreos y disparos precisos de francotiradores”.
Un equipo de la ONU inspeccionó el lunes el hospital Al-Shifa, el mayor de Gaza, destruido en su mayor parte en dos semanas de encarnizados combates que, según el ejército, tenían como objetivo a los militantes escondidos en su interior.
Mientras la guerra ha destruido franjas de Gaza, arrasando manzanas enteras, el asedio israelí ha llevado a muchos de sus 2,4 millones de habitantes al borde de la hambruna.
Israel, sometido a una intensa presión estadounidense para que intensifique las entregas de ayuda, permitió el lunes la entrada de 419 camiones de ayuda, un récord diario desde el comienzo de la guerra, según informó el organismo del Ministerio de Defensa israelí, COGAT.
En medio de la guerra, la violencia se ha recrudecido en otras partes de Oriente Próximo, atrayendo a grupos respaldados por Irán con base en Líbano, Irak, Siria y Yemen.
Según el ejército israelí, un proyectil apuntó el lunes a la ciudad portuaria de Eilat, en el sur del país, pero fue interceptado por su sistema naval de defensa antimisiles C-Dome sin causar víctimas.
Presión mundial
Israel se ha enfrentado a un coro de llamamientos mundiales para detener los combates y aliviar el sufrimiento, incluidos los de Francia, Egipto y Jordania.
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Stéphane Sejourne, exigió que se permitiera la entrada de mucha más ayuda en Gaza y afirmó que existen múltiples “palancas de influencia”, incluidas las sanciones.
Turquía anunció que impondría restricciones comerciales a Israel en relación con el cemento y el acero, lo que provocó la promesa israelí de tomar represalias.
Nicaragua ha llevado a Alemania, aliada de Israel, ante el Tribunal Internacional de Justicia para exigir medidas de emergencia que impidan a Berlín enviar armas y otro tipo de ayuda a Israel.
Los abogados de Nicaragua alegan que Alemania incumple la Convención de las Naciones Unidas contra el Genocidio de 1948, creada a raíz del Holocausto.
El representante de Alemania ha rechazado la demanda y declaró el martes ante el tribunal de La Haya que “nuestra historia es la razón por la que la seguridad de Israel ha estado en el centro de la política exterior alemana”.
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Por Hypermedia
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