“Los venezolanos podrían poner fin al gobierno autoritario de Nicolás Maduro”

Los venezolanos están listos para votar el domingo en unas elecciones que podrían poner fin al gobierno autoritario de Nicolás Maduro y al Estado socialista que ha controlado esta nación sudamericana asolada por la crisis durante un cuarto de siglo.

La oposición del país, durante mucho tiempo fracturada y asfixiada por el gobierno autocrático, ve su mejor oportunidad en más de una década para desbancar al hombre fuerte, a quien muchos aquí culpan del colapso económico de este país rico en petróleo y del éxodo de millones de migrantes, cientos de miles de ellos a Estados Unidos.

Maduro ha prohibido la entrada al candidato elegido por la oposición, ha detenido a trabajadores de la campaña y ha bloqueado el acceso a los medios de comunicación del Estado. Aun así, la oposición dice que puede ganar, por goleada.

Pero en un país donde el consejo electoral, los tribunales y el ejército están controlados por Maduro, el resultado dista mucho de ser seguro. Él y su equipo siguen confiando en que pueden ganar, según personas familiarizadas con las conversaciones dentro del gobierno. Si pierde en las urnas, no se espera que ceda el poder de buena gana.

“La palabra clave para definir las elecciones venezolanas es incertidumbre”, dijo el encuestador Luis Vicente León.

La oposición apuesta por conseguir una victoria tan aplastante que Maduro se vea obligado a aceptar los resultados y empezar a negociar su salida. Estados Unidos podría desempeñar un papel fundamental, ofreciendo incentivos legales y alivio de las sanciones para dar a Maduro una salida que no le lleve directamente a la cárcel.

Estados Unidos está dispuesto a “considerar medidas que faciliten una transición pacífica del poder”, dijo el viernes un alto funcionario de la administración Biden, hablando bajo condición de anonimato en virtud de normas establecidas por la administración.

Una derrota de Maduro sería una importante victoria en política exterior para la administración Biden. Funcionarios de Estados Unidos negociaron un acuerdo el año pasado en el que Maduro se comprometió a celebrar unas elecciones competitivas a cambio de un cierto alivio de las sanciones. Con la inmigración irregular en el centro de la campaña presidencial de Estados Unidos, el éxito en Venezuela podría impulsar la candidatura del vicepresidente Harris contra el ex presidente Donald Trump.

El candidato de la oposición venezolana, el ex diplomático Edmundo González, era desconocido para la mayoría de los venezolanos hace apenas unos meses. Ahora las encuestas predicen que podría vencer a Maduro por dos dígitos. Es el sustituto de María Corina Machado, la “Dama de Hierro”, crítica de Maduro desde hace mucho tiempo, que atrae a decenas de miles de venezolanos a sus caravanas de campaña casi mesiánicas, y que ha sido inhabilitada para presentarse por el Tribunal Supremo de Maduro.

Su campaña se centra en un mensaje sencillo: Vota por nosotros y tus seres queridos podrán volver a casa.

“El tema central es la familia, es el sentido de que esta podría ser la última oportunidad para reunir a nuestras familias”, dijo Machado a The Washington Post. “Esto no es sólo una campaña electoral. Es un movimiento de redención, de liberación”.

El periodo previo a las elecciones ha estado lejos de ser libre y justo. Los observadores de la Unión Europea que tenían previsto supervisar la votación fueron desinvitados, por lo que sólo quedan pequeños equipos del Centro Carter, con sede en Atlanta, un grupo de expertos de la ONU y un grupo de base de miles de venezolanos de a pie que se han estado formando para vigilar los centros de votación.

Machado hizo un llamamiento a la acción la semana pasada: Votar temprano, permanecer cerca de los centros de votación y alertar a la oposición de cualquier actividad sospechosa. “Todos nos convertiremos en reporteros ciudadanos”, dijo.

El venezolano Davis Salazar, bombero jubilado, vive en Canadá. Ha vuelto a casa para votar.

“El pueblo despertó. Han sido 25 años de robo y destrucción de un pueblo”, dijo Salazar, de 65 años. “Si la gente quiere un cambio, tiene que salir a votar. Si no, seguiremos con lo mismo”.

Los venezolanos están pendientes de las fuerzas armadas y de cómo respondan a cualquier intento de manipular las elecciones.

Leopoldo López, un líder de la oposición, dijo que los militares deberían considerar sus propios intereses, “su propia estabilidad, su propio futuro.”

“Hoy, con Edmundo, una transición podría ser una mejor fuente de estabilidad”, dijo, “en lugar de que Maduro les diga que salgan a matar, a reprimir, a imponer el Estado”.

Maduro ha advertido de un “baño de sangre” si pierde.

“El destino de Venezuela depende de nuestra victoria”, dijo a los asistentes a un mitin este mes. “Si queremos evitar un baño de sangre o una guerra civil fratricida desencadenada por los fascistas, entonces debemos garantizar la mayor victoria electoral de la historia”.

El ministro de Defensa de Maduro, Vladimir Padrino López, dijo la semana pasada que haría cumplir la ley. Pidió que “el que ganó se haga cargo de su proyecto de gobierno y el que perdió, que se vaya a descansar. Nada más”.



* Artículo original: “Venezuelans vote in election that could oust an autocrat”. Traducción: ‘Hypermedia Magazine’.





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