Rusia reaviva sus sueños lunares con el lanzamiento del Luna-25, en medio de las crecientes tensiones con Occidente por su actual ofensiva contra Ucrania. La misión simboliza una nueva era de exploración espacial para Moscú.
Después de casi medio siglo, Rusia se propone reexaminar sus ambiciosas ambiciones lunares, anunciando esta semana el lanzamiento del módulo de aterrizaje Luna-25, tras múltiples aplazamientos, informan Euronews y AFP.
Este renovado interés por la Luna llega en un momento especialmente tenso. Cuando la ofensiva rusa en Ucrania entra en su segundo año, el telón de fondo geopolítico es una tensión creciente con las naciones occidentales.
La Unión Soviética, cuyos orígenes se remontan a la época de la Guerra Fría, soñaba con llegar a la Luna. Aunque nunca lograron enviar a un cosmonauta a la órbita lunar o a su superficie, el Luna-25 representa un decidido esfuerzo de Moscú por reavivar y hacer avanzar este programa lunar, antaño oculto.
Según la agencia espacial rusa, Roscosmos, un cohete Soyuz está preparado y listo en el cosmódromo de Vostochny, situado en el Lejano Oriente ruso. “El lanzamiento será el 11 de agosto”, rezaba un comunicado oficial de la agencia.
Los objetivos principales de la misión, según Roscosmos, son que el Luna-25 realice un aterrizaje suave en la Luna, recoja y examine muestras del suelo y lleve a cabo una exploración científica prolongada. Lo que distingue a esta misión es el lugar de aterrizaje previsto: el polo sur lunar, que se aleja de los destinos típicos en torno al ecuador de la Luna.
Con un peso aproximado de 800 kilogramos, este módulo de aterrizaje robótico cuadrúpedo marca el inicio de las nuevas aventuras lunares de Rusia. También es un indicio de un giro estratégico, ya que Rusia pretende reforzar su alianza espacial con China, especialmente a la luz de su tensa relación con Occidente.
Tras la decisión del presidente Vladimir Putin de desplegar tropas en Ucrania el año pasado, la Agencia Espacial Europea (ESA) se retiró de las iniciativas de cooperación con Moscú. La ESA aclaró que no colaboraría en el inminente lanzamiento del Luna-25 ni en las posteriores misiones Luna-26 y 27. Sin embargo, Rusia siguió sin inmutarse.
Sin embargo, Rusia permaneció impertérrita. Comunicaron su intención de seguir adelante con sus aspiraciones lunares, sustituyendo cualquier tecnología de la ESA por sus herramientas científicas autóctonas.
Reflexionando sobre triunfos pasados, Putin recordó en el cosmódromo de Vostochny el año pasado cómo la Unión Soviética, a pesar de enfrentarse a sanciones exhaustivas, logró el hito de enviar al primer ser humano al espacio en 1961. En una línea similar, afirmó que las actuales sanciones occidentales no obstaculizarían la exploración lunar por parte de Moscú.
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