‘Dwell Time’: crónica de una odisea judeo-cubana

Literatura, emoción y el legado de los objetos

En su reciente libro “Dwell Time: Memorias de arte, exilio y reparación”, Rosa Lowinger explora la profunda conexión entre los objetos físicos y las historias emocionales y psicológicas que tejen sobre sus creadores y usuarios. Rosa Lowinger, con su perspectiva única como conservadora de arte, ha dado vida a este concepto en su nuevo libro de memorias.


Los lazos materiales que unen

Cada capítulo de “Dwell Time”, cuenta el artículo, relaciona un material, ya sea mármol, hormigón, hueso o plástico, con una fase de la historia de su familia en Cuba, su partida tras la revolución y su posterior reasentamiento en Miami. La innovadora organización de sus memorias permite a Lowinger ofrecer a los lectores tanto un sentido táctil de la época como una profunda profundidad emocional. 

A través de su exploración del terrazo, establece conmovedores paralelismos entre la propensión del material a ceder a las grietas y la resistencia y las fracturas de su propia familia a lo largo del tiempo, especialmente en medio de los trastornos sociopolíticos de Cuba.


Una inmersión en el pasado judío-cubano

La historia de la familia Lowinger en Cuba comienza con la llegada de Avrom Lövinger, el abuelo paterno de Rosa, desde las lejanas tierras del norte de Transilvania. Su viaje fue un faro de esperanza durante un periodo en el que Estados Unidos había restringido la inmigración judía, pero Cuba aún mantenía sus puertas abiertas.

Con vívidos detalles, Lowinger describe la crianza de su madre, Hilda Peresechensky, en un orfanato para mujeres judías asquenazíes sin recursos y su periplo académico en un instituto judío, conseguido gracias a una beca. Leonardo “Lindy” Lowinger, el padre de Rosa, aunque albergaba sueños de arquitectura, se vio inmerso en el negocio de las gafas. A mediados de la década de 1950, la familia se había establecido en la sociedad cubana, viviendo en La Habana, una ciudad con prósperas comunidades judías, escuelas y sinagogas.

Sin embargo, los vientos de cambio, marcados por la llegada de Castro al poder, trajeron incertidumbres para los empresarios. Reconociendo los retos de un futuro comunista, los Lowinger se unieron al éxodo de judíos, partiendo hacia Miami en 1961.


La odisea personal de Rosa Lowinger

Las memorias de Lowinger no se limitan a recordar el pasado de su familia. Es una inmersión introspectiva en su vida, marcada por una herencia judeo-cubana, una infancia en Miami y un insaciable deseo de explorar. Desde asistir a escuelas judías en Miami hasta cursar estudios superiores en la Universidad de Brandeis, y luego establecerse en instituciones de renombre como el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, el viaje de Lowinger es emblemático de la pasión y la perseverancia.

Sin embargo, en medio de sus búsquedas globales, el encanto de Cuba, con su grandeza arquitectónica y la nostalgia colectiva de sus exiliados, permaneció siempre presente. Las memorias ofrecen una visión profunda de la intrincada relación de Lowinger con su madre, Hilda, una relación definida tanto por el trauma como por un vínculo inquebrantable.

“Dwell Time”, aunque es un homenaje a la profesión de conservadora de Lowinger, es esencialmente un intrincado tapiz del pasado judío, los matices de la pérdida y el espíritu indomable que permite a individuos y comunidades resistir las adversidades.





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