Ella Gilbert: “El ‘glaciar del Juicio Final’ se funde a toda velocidad”

Uno de los glaciares más famosos de la Antártida Occidental, apodado el “Glaciar del Juicio Final” por su potencial para provocar un aumento del nivel del mar que alteraría la línea costera, está cambiando rápidamente en respuesta al cambio climático.

Este glaciar es el más ancho del mundo, con 120 km de diámetro, y ocupa una superficie mayor que el Estado de Florida en Estados Unidos. Se trata de un río helado que serpentea desde la punta de la capa de hielo de la Antártida Occidental hasta el Mar de Amundsen, donde se extiende formando una plataforma flotante de hielo.

Sin embargo, no todo va bien en Thwaites. Está perdiendo hielo. De hecho, está perdiendo tanto hielo que es responsable de alrededor del cuatro por ciento del aumento del nivel del mar en todo el mundo. Al igual que muchos glaciares de la Antártida Occidental, su ritmo de pérdida de hielo se ha acelerado rápidamente en los últimos años; de hecho, se ha duplicado en los últimos 30 años.

Gran parte de ello se debe a que el calentamiento de las aguas oceánicas está derritiendo su parte inferior. El cambio climático está calentando el Océano Antártico, llevando agua más caliente hacia Thwaites, especialmente a mayor profundidad bajo la superficie del océano.

La tierra bajo el hielo de la Antártida Occidental está por debajo del nivel del mar y partes del lecho marino bajo el glaciar se inclinan hacia atrás. Esto significa que si el agua relativamente caliente del océano se introduce por debajo, puede socavar el hielo, erosionando el glaciar y su plataforma, reduciendo su estabilidad.

Un estudio reciente de la Universidad de California en Irvine sugiere que Thwaites puede ser más vulnerable de lo que se creía, ya que el agua del mar penetra varios kilómetros por debajo del enorme bloque de hielo.

Este rápido deshielo es un problema, ya que el glaciar contiene suficiente hielo para elevar el nivel global del mar en 65 cm (2 pies) si se derrumba por completo. Al ritmo actual, contribuirá a elevar el nivel del mar unos 10 cm para finales de siglo.

Es mucho aumento del nivel del mar para un solo glaciar. Pero hay otra razón por la que los científicos están preocupados por Thwaites. El glaciar actúa como una piedra angular de la capa de hielo de la Antártida Occidental, lo que significa que un colapso podría arrastrar a los glaciares vecinos con él, añadiendo potencialmente más de 3 m a los niveles globales del mar.

La pérdida de estos importantes glaciares sería irreversible a escala humana, lo que la convierte en un “punto de inflexión”. Los científicos aún no están seguros de cuánto calentamiento sería necesario para desencadenar ese punto de inflexión, pero es probable que se sitúe entre 1,5 y 2ºC de calentamiento global, un nivel al que nos estamos acercando rápidamente.

Aún no hemos alcanzado el punto de inflexión de la capa de hielo de la Antártida Occidental, pero los expertos creen que podríamos estar cerca. En las últimas décadas se ha acelerado enormemente la pérdida de hielo antártico, que no hará sino aumentar con el incremento de las temperaturas. Además, el calentamiento está asegurado para las próximas décadas, ya que incluso los esfuerzos concertados para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero no empezarán a surtir efecto hasta 2050.

Según investigaciones recientes, esto provocará un aumento inevitable del deshielo, probablemente suficiente para desencadenar el colapso del glaciar Thwaites. Otros científicos han demostrado que incluso el calentamiento climático actual de 1,2º C podría ser suficiente para provocar el colapso de la capa de hielo de la Antártida Occidental.

Así pues, el aumento del nivel del mar es inevitable, y puede llegar a ser considerable. Pero la respuesta es importante.

La doctora Kaitlen Naughten, científica del British Antarctic Survey y autora de uno de estos nuevos y aleccionadores estudios, ha hablado de la necesidad de coraje —no de esperanza— ante conclusiones científicas tan sombrías como ésta.

“Coraje significa aceptar la necesidad de adaptarse, protegiendo las comunidades costeras cuando sea posible hacerlo, y reconstruyéndolas o abandonándolas cuando no lo sea”, dijo.

Casi la mitad de la población mundial vive a menos de 200 km de la costa, y una subida del nivel del mar de 3 m o más inundaría muchas de las principales ciudades del mundo, como Londres, Nueva York y Shanghai. Por tanto, la valentía consiste en adaptar nuestras defensas al futuro que nos espera.

La barrera del Támesis de Londres se construyó para resistir una inundación que se produciría una vez cada 1000 años. Pero el cambio climático significa que este tipo de inundaciones podrían producirse con mucha más frecuencia en el futuro: hasta una vez por década para el año 2100.

La barrera ya se está cerrando con más frecuencia de lo previsto y los costes de mantenimiento de la defensa han aumentado en respuesta al riesgo creciente: el precio de su protección futura se estima actualmente en 16.000 millones de libras.

Afortunadamente, el aumento del nivel del mar será más lento que otros cambios climáticos que ya están teniendo efectos devastadores, como las olas de calor o las sequías. Aunque está garantizada una mayor pérdida de hielo de glaciares como el Thwaites, tenemos tiempo para prepararnos para los cambios que se avecinan.

Como dice la doctora Naughten: “Al predecir la futura subida del nivel del mar, tendremos tiempo de planificarla, en lugar de esperar a que el océano esté a nuestras puertas”.



Ella Gilbert es climatóloga del British Antarctic Survey y trabaja en el proyecto PolarRES, financiado por la UE. Su trabajo se centra en cómo responderán el Ártico y el Antártico al cambio climático.

* Artículo original: “The ‘Doomsday Glacier’ is melting faster than scientists thought. And it’s putting earth’s biggest cities at risk”. Traducción: ‘Hypermedia Magazine’.





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