Presentación 9/12 del #tallercomplementario con estudiantes de arte: un ejercicio tipo encuesta sobre algunas aristas de la trama formativa. Esta vez he seleccionado a Omar Anthony Rodríguez Rodríguez.
La enseñanza artística promueve el canje de ideas como lógica de asesoramiento. ¿Qué hay con someter a crítica tus propuestas?
Bueno, siempre es incómodo someter tus propuestas a críticas. Cuando lo haces, abres la puerta a tus ideas e intereses, dándoles a otros la opción de razonar de la forma en que lo haces. Es una navaja de doble filo.
En lo personal, me atrapa la idea del debate y de estar en constante cuestionamiento. Pueden ser filtros que hacen que tu trabajo sea más compacto. Te nutre de numerosas posibilidades para analizar la obra, en consonancia con las líneas a tener en cuenta para un artista contemporáneo.
Considero que la crítica es una herramienta que trata de afirmar un discurso ante la obra. Intenta entender, explicar, dar sentido a las cosas más minuciosas en el trabajo artístico. Y lo interesante está en que cada quien se lleve diferentes destellos de la misma, no en asumirla como un argumento cardinal.
En lo que no se pueden convertir estos intercambios, es en la imposición de patrones, y a veces las críticas tienden a devaluar todo lo que no responde a las concepciones de quienes las emiten. Me pregunto si es necesario justificar todo en una obra, sin dejar espacio a la incertidumbre del propio artista.
Omar Anthony Rodríguez Rodríguez (La Habana, 2000).
Se especula sobre mayor vulnerabilidad del alumnado al plagio. ¿Es algo que tengas en cuenta?
Cualquiera puede estar expuesto a esa situación. Pero sí es cierto que existe una mayor vulnerabilidad en el estudiantado. Todo se condensa en una palabra: anonimato. Cuando tu obra no se conoce, o aún no se ha expuesto, tiendes a temer por tus ideas.
Igual considero que este escenario (el plagio) no es muy común, pero siempre existe ese bichito que te dice que un día puedes ser “fusilado”. Por eso se trata de tener una especie de respaldo a la hora de comentar (a no ser con colegas cercanos) un proyecto en proceso. Tal vez solo por precaución, porque es muy difícil justificar con argumentos contundentes que has sido plagiado. Yo diría que se hace imposible. Dos obras tienen que tener muchos puntos en común para poder probarlo, y así todo existen infinidad de discursos para darle un giro a una idea determinada.
Omar Anthony Rodríguez, La indecisión de Demetra (vista interior), de la serie Dándose: 1er grado la representación, 2do grado el espacio circundante (2020).
¿Te interesa comentar algún proyecto de obra, o exposición? ¿Dónde te gustaría mostrarlo? ¿Qué repercusión esperas?
Intentar una “extensión” de la superficie pictórica a la tridimensionalidad, es lo que motiva uno de mis últimos trabajos. Se trata del proyecto Dándose: 1er grado la representación, 2do grado el espacio circundante, que alude a la última obra de Duchamp.
La morfología de la serie se compone de pinturas (óleo/lienzo) adosadas en cajas de madera por los laterales. Estas últimas contienen elementos (arena, césped artificial, madera, corteza de árboles en formol, etc.) relacionados con la composición de cada cuadro, y solo pueden verse a través de un orificio en las telas. De esta forma, recreo un nuevo espacio dentro de la pintura, coqueteando con la idea de que el espacio en sí no existe: se crea, se construye a partir de nuestra percepción, marcada a su vez por un cúmulo de experiencias personalizadas.
No he pensado en un lugar exacto para exponer estas piezas. No es imprescindible que sea en una muestra personal; de hecho, sería bueno verlas integradas en una expo colectiva.
¿Repercusión? Viene sola. Solo me gustaría que el espectador se sienta atrapado con la obra, como mismo me siento yo.
Omar Anthony Rodríguez, La indecisión de Demetra, de la serie Dándose: 1er grado la representación, 2do grado el espacio circundante (2020).
#tallercomplementario con Albert Ortiz Rodríguez
“La crítica debe ser un proceso consciente y reflexivo. Para no vagar de una opinión a otra, es preciso establecer una idea clara de lo que se pretende, aunque en un primer momento resulte superficial o ambigua. Al fin y al cabo, la última palabra la tiene el propio artista”.