Fotos de teléfono con una Fuji X-Pro1

En la escuela me prestan por tres días los equipos que necesite. Puedo pedir cámaras analógicas, digitales, flashes, lentes, luces, lo que sea. Esta semana pedí la única Fujifilm que tienen, una X-Pro1. Es una cámara más o menos vieja, pero mi novia sueña con tener una Fuji y la saqué para probarla y hacer algunas fotos para ella. Esta cámara es como de juguete, lo de ‘pro’ es invento. Lenta lenta, la pobre. Ojalá la X-Pro3, que es la que quiere mi novia, no sea así. Yo no la llevaría a hacer un trabajo serio ni muerta. De todas formas, es cómoda, porque no pesa. 

Cuando recogí la cámara me fui a caminar por Brooklyn. Tenía que hacer una tarea para la escuela sobre el amor en Nueva York y salí a buscar. Nada. Los americanos no se tocan, ni se besan en la calle, o yo tuve mala suerte. Estuve horas caminando y no vi ni una sola demostración de afecto en las calles de Brooklyn Heights.

Con la Fuji hice fotos con la misma despreocupación que si fuera un teléfono. Da igual, las únicas fotos buenas no las pude hacer, porque la cámara no respondió a tiempo. Un saludo para los fotógrafos que usan Fuji. Dice Chang, que la X-Pro3 sí es rápida, pero que a veces se duerme. Aquí yo pondría un emoji.

Aunque no logré hacer la tarea en mi paseo, la pasé bien y a mi novia le gustaron las fotos de teléfono que hice para ella. En las calles de New York hay muchas cosas de las que me asombro a diario. Ojalá ese asombro no se me pase y ojalá no deje de mirar. 


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Vas conmigo a todas partes

Evelyn Sosa

La cordura (o la locura) y el amor son estas imágenes.