El espacio del criptomercado es más conocido por su impacto en los circuitos de las artes visuales. No obstante, su influencia se ha dejado sentir también en la creación y la industria musical. Bandas como Kings of Leons y el rapero canadiense Tory Lanez han decidido publicar sus álbumes en plataformas blockchain. Esto, por un lado, les ha permitido independizarse de las disqueras y las distribuidoras, y, por otro, participar de las ganancias con las reventas de su trabajo.
En el caso cubano, la presencia de músicos en el espacio NFT es aún incipiente en contraste con los artistas visuales. Entre estos se puede mencionar a X Alfonso, con varias obras audiovisuales, y a Rodney Barreto, quien colaboró puntualmente con la artista Klara Vollstaedt en la creación de un NFT para el perfil de Foundation, del colectivo curatorial Clit Splash. Actualmente, el músico cubano más activo en los circuitos del criptomercado del arte es Ernesto Cisneros.
Ernesto es un artista con una carrera de más de treinta años en el mundo de la música. Se ha dedicado principalmente a componer para televisión y cine. De sus trabajos para la industria audiovisual destaca el realizado junto a Edesio Alejandro para la banda sonora de la película Suite Habana. Asimismo, desde los años 90 ha sido miembro de bandas como la de Polito Ibañez y Carlos Varela. A partir de marzo de este año, Cisneros ha incursionado con tremendísimo éxito en el espacio NFT. Sobre su experiencia en el criptouniverso, me comenta en esta entrevista.
Después de llevar una trayectoria como músico y compositor decides entrar al espacio NFT ¿Qué motivó esta decisión y cómo fue tu transición hacia este escenario?
El mundo de los NFT para mí representa algo maravilloso. Y lo que me motivó a entrar fue mi interés particular por la tecnología, soy un aficionado a la tecnología y en mi carrera siempre he usado el apoyo de las computadoras. Antes de las computadoras incluso, aparatos de software y hardware que ayudaban a los músicos a hacer su trabajo. Esto fue algo que me interesó desde el principio, desde el laboratorio de música electroacústica, en los comienzos; siempre me he sentido muy cerca de la tecnología apoyando mi trabajo.
Es algo que me resulta muy atractivo porque mezcla tres cosas que para mí son muy importantes: 1) la tecnología, 2) el arte, y 3) las finanzas. Y me parece que la combinación de esas tres cosas es muy poderosa. Eso fue lo que me llevó a tomar la decisión de entrar al mundo NFT.
Creo que más que una transición es un paralelismo. Yo seguiré tocando y seguiré componiendo para los medios que me resulten interesantes para mi trabajo. Pero los NFT, a partir de marzo de 2021, forman parte de mi mundo. En Cuba hay una comunidad que tiene que ver con esto y ha ayudado mucho. Al principio me sentía muy solo porque era el único músico; aunque está X Alfonso, pero él no participa mucho. El resto de los artistas de nuestra comunidad son artistas visuales y, contrario a lo que se podría pensar, me siento muy acompañado. Es la oportunidad de colaborar con su arte y me parece magnífico.
Es notable que el espacio NFT tiene un sector de mercado más amplio para las artes visuales. No obstante, se está haciendo cada vez más patente la presencia de músicos y escritores dentro del circuito ¿Cómo ha sido tu experiencia en este sentido?
El espacio de los NFT en un principio eran memes; hoy, lo más atractivo son las artes visuales. Es muy fácil porque la imagen funciona con el sentido de la vista. Es más complejo con la música porque hay que darle al play para que suene; igual que la literatura, hay un proceso un poco más complejo, o más lento en cuanto a la comunicación y al consumo. Es difícil, pero a mí me ha dado la oportunidad de colaborar con los artistas visuales. Como yo vengo de un mundo como el cine, el teatro, la televisión, me es muy fácil colaborar con artistas de artes visuales, es lo que más he hecho. De hecho, el primer dinero que gané [en el espacio NFT] fue con arte visual a partir de una colaboración. Es una experiencia magnífica porque es muy satisfactorio ver los resultados colectivos. Me parece que cuando ganamos dos es mejor que cuando gana uno. Y ha sido una experiencia maravillosa.
Quizá para las personas que no están involucradas en los NFT esto es algo muy raro: qué se vende, cómo se vende, cómo funciona, qué es esto de la comunidad. Y una vez que estás metido dentro te das cuenta que te encuentras con gente muy buena, que te encuentras gente muy talentosa que te aporta información y conocimiento. Yo creo que este es muy buen espacio para la gente curiosa, que quiere interactuar, descubrir, explorar un poco más allá de su zona de confort. Y eso es algo que da el espacio y que da la interacción entre artistas.
Estoy convencido de que muchos músicos cubanos entrarán en el espacio y yo estoy intentando que así sea. Estoy haciendo una labor en función de eso. Me he encontrado con muchísima reticencia por parte de los músicos porque no entienden el sistema. Desgraciadamente, los artistas todos, en todas las manifestaciones, estamos generalmente vinculados a un sistema que, funcione o no, es el sistema que conocemos y cuando nos muestran otros hay una especie de rección de reticencia, por miedos.
Yo, durante la pandemia, encontré ese espacio y me siento muy feliz. Es algo que recomiendo no solo a los músicos; lo recomiendo para los fotógrafos, cineastas, poetas, a los que hacen literatura general. Lo considero un espacio magnífico que vale la pena.
¿En qué plataformas comercializas tu trabajo? ¿Existen particularidades en ellas que te invitan a presentar un tipo específico de obra?
Las plataformas en las cuales tengo trabajo son diversas. Yo empecé en Kalamint porque no tenía dinero, no tenía ether para usar OpenSea, que es la más grande. Luego pasé parte de mi trabajo a Hic Et Nunc. Después usé OpenSea y luego Foundation. También tengo trabajos en Mintable y perfiles en casi todas las plataformas, pero estoy esperando tener una colección adecuada para ellas. Yo soy de la opinión que, mientras más trabajos tengas en varias plataformas, es mejor. Hay otros que opinan que es mejor centrarse en una. Yo no tengo problema con tener mucho trabajo disponible.
HEN es un marketplace donde manejan precios muy económicos y donde uno se puede dar el lujo de experimentar, hacer cosas raras, poner precios bajos, intercambiar y participar de su comunidad que es muy grande, muy colaborativa, y los artistas se compran entre ellos. Kalamint es un poquito más de élite dentro de la red de Tezos. Mintable para mí es lamentable, no me gusta la plataforma; los trabajos que tengo allí son una especie de burla a la plataforma, que hice con todo propósito.
OpenSea es el gran mercado de la red de Ethereum y ahí tengo una colección de música, dos de fotografía y una que acabo de sacar con Xelda, una de las primeras artistas cripto. La música necesita una carátula como base y las que yo hacía eran feas porque no soy un artista visual. Además, es una colección de NFT rara porque la música y el arte son raros. La colección se llama Metatranca y también es una especie de burla a las ideas dentro del mundo del arte.
Y, por supuesto, [está] Foundation, donde tengo los trabajos más hermosos, más serios: una colaboración con el artista cubano Sphynx fue mi génesis en Foundation, la que se vendió inmediatamente; luego tengo otra colaboración con un artista residente en Honduras, que es música grabada en vivo, video y poesía. Y con esta última también tuve la tremendísima suerte que se minteó y al otro día tuvo su primer bid.
La colaboración con otros artistas es parte esencial de las dinámicas del circuito en cuestión y no es una excepción en tu caso. Eres de los artistas de la comunidad cubana que más se ha vinculado de manera creativa con artistas de otras regiones ¿Qué beneficios consideras que ha tenido esto para tu desarrollo creativo?
Definitivamente las colaboraciones son una parte esencial de las dinámicas de este circuito y, quien no lo entienda, yo creo que tiene un déficit en su camino en los NFT. Precisamente, para mí, el hecho de ser un músico en la comunidad de artistas visuales fue lo que me hizo buscar comunión con otros artistas. Y trae beneficios de todo tipo. Como parte de la dinámica también su usa el engagement de cada artista. Cuando son dos funciona mejor porque tienes a dos grupos de coleccionistas, dos grupos de seguidores, dos grupos de partidarios, dos personas que hacen su trabajo en redes en función de vender una obra. Y eso, en principio, como marketing, es muy bueno.
A su vez, una obra plástica en este mundo digital que acepta todos formatos de media que no tenga sonido tiene un déficit,y un arte sonoro que no tenga imagen tiene un déficit. Entonces, unir imagen y sonido ya se acerca un poco más a las oportunidades que te brinda el medio. Para mí eso es magnífico. Ahora mismo soy un músico cotizado: en este instante tengo 37 proyectos y siguen llegando las ofertas de trabajo. He trabajado con argentinos, chilenos, americanos, canadienses, muchos cubanos obviamente, mexicanos… Hay NFT que se están vendiendo y ya les perdí el rastro.
Las colaboraciones son parte de este mundo y cada vez más va a ser así. Creo que en la comunidad, tanto cubana como latinoamericana, o la comunidad NFT en general, el hecho de que haya un músico haciendo muchas colaboraciones es un ejemplo para todos los artistas, pues se van a dar cuenta que es una oportunidad más. También cumple un factor social, porque el mundo de los NFT también es una sociedad. Por cierto, mucho mejor que la del mundo tradicional.
¿Consideras que tu trabajo artístico para el espacio NFT se diferencia del que realizabas antes de vincularte con el criptouniverso? ¿Por qué?
Este mundo te brinda la oportunidad de ser un poco más experimental. Hay música que yo no le enseñaría a nadie en la TV ni en el cine, aquí yo hago mi mundo, hago mis exploraciones y las pongo ahí como un NFT; por suerte, les gusta a los coleccionistas.
El mundo NFT tiene una particularidad, se busca la rareza. Yo tengo un tema que es piano y theremín (un instrumento bastante raro con un sonido bastante característico), que fue muy criticado cuando lo usé en TV. El público no entendió y lo vio como medio burlesco. Acá ha sido un éxito rotundo, me parece que esos experimentos son muy bienvenidos en el mundo NFT. Eso podría ser una diferencia: aquí hay más posibilidades de experimentar y de que sea aceptado que en el mundo real.
Por otro lado, también quiero explorar más en la parte de artes visuales y video. Quiero mintear más dibujos. Y eso es otra diferencia definitiva: yo jamás hubiera comercializado un dibujo mío o una fotografía y los NFT dan esa posibilidad. Todo lo referente a los NFT tiene que ver con lo que voy a hacer en el futuro y con lo que pretendo hacer.
Canción:
‘The Bride of The Moon’
Tec: Animación con música original. Video MP4 (2304×2304 pixels) 25 fps audio 48 Khz 24 bits.
Año: 2021
© Imagen de portada: Gabriel Dávalos
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