“Esto es cien pa’bajo, esta es mi banda”


“Bajanda” (Chocolate MC).


En el año 2017, ya en Estados Unidos, Chocolate MC lanza el que fuera su segundo gran éxito y da inicio a una nueva etapa en la historia del reparto cubano: el Palón divino. A partir de este tema puede hablarse de un género de masas ya establecido, con códigos y estructuras propias y musicalmente constituido independiente del reguetón. Es el inicio de la era del reparto moderno, que se extiende hasta 2020.

En esos años, los artistas incluyen elementos sexuales más explícitos. El disfrute de la vida, los bonches y sus relaciones sociales se vuelven también temas recurrentes. Es la época, además, de la renovación generacional.



“Mi palón divino” (Chocolate MC).


Chocolate MC había salido de Cuba, pero no había renegado de La Corona; el liderazgo dejado por el difunto Elvis Manuel y devenido centro de toda polémica en el género. La pugna entre él y el llamado príncipe del reparto, Harryson, divide al ya constituido género. 

El Choco, desde el exilio, no deja de reclamar su papel en la escena repartera y conmina, a través de sus coros, a no dejarse confundir. Su grito de guerra marca todas sus canciones: “Yo soy el rey de to´l reparto, y en el reparto me sirve cualquiera. Soy el único presidente de la República repartera”. 



“No más mentiras” (El Uniko).


Con él estaban los hombres de la vieja escuela, los del tiempo del protorreparto y de los bonches en las calles de Mantilla. La musicalidad de Chocolate se vuelve una manera de hacer, desafiarlo es pecar. Por eso es que, tras el éxito primario del Palón divino, un año después, lanza Bajanda; la canción más importante de toda su carrera hasta hoy.

Con esta canción, El Rey del Reparto se reinventa al incluir, junto a la más pura guapería, el universo abakuá, mediante una fábula donde ratones y gatos, tigres y leones luchan por La Corona, siendo el Malecón el sitio de la rencilla. 



“Normalmente” (Wildey).


Bajanda tiene la fórmula de cualquier canción del reparto clásico. Pero el cambio que se escucha para introducir las pautas se convierte en una entrada mucho más violenta que las de otros temas, en la cual el protagonismo del coro es un llamado a la batalla. 

El cambio del narrador a mitad de la canción —de omnisciente en un primer momento, a personaje gato-narrador que mantiene la ilación de la historia— le otorga otra categoría de personificación. Todo esto, unido a las alegorías religiosas (ñanga, entunakua, banga, itanga), que terminan ubicando muy alto la instrumentación, provocan que se traduzca en rudeza el momento danzario.



“Ojalá (Yo soñé)” (El Negrito, El Coquito y Manu Manu).


Con todo y su crudeza, una de las reacciones a Bajanda fue A la carandanda, de El Kamel; en cuyo estribillo se escucha: “tú no puedes hacerte ñanga, tú no tienes condiciones, ve´o, anda”, en claro desafío al poderío que, desde Estados Unidos, intenta mantener Chocolate. Esta reacción es síntoma de algo más profundo que está sucediendo en el reparto: el cambio generacional. 



“Cuando el dinero viene por la puerta / La Window ” (El Kamel & Taiguer).


Hubo en el género varios momentos: la salida de Chocolate de Cuba, el reforzamiento de la censura y la llegada de Internet al país, que confluyeron para que comenzara a surgir un nuevo tipo de repartero en los adolescentes del momento. Estos habían bebido de la tradición repartera de sus hermanos mayores o vecinos. Sus primeros cumpleaños, en la marginalidad que los rodeaba, se festejaron con los temas más sonados del momento. Pero ellos también quieren triunfar hablando del mundo que conocen y que les circunda. 



“La diabla” (El chulo).


No es solo El Kamel el único en alcanzar éxitos con temas como Cuando el dinero viene por la puerta (con La Win2ow). Tenemos a Wildey —y su súper exitazo Normalmente— y al grupo que conformaron El Negrito, El Coquito y El Manu Manu. Estos, en el propio 2017, lanzan una canción que se convierte en himno de su tiempo: Ojalá (Yo soñé), la cual tiene como particularidad la incorporación de las palmas y las guitarras del flamenco andaluz, que logran empastar magistralmente con la estructura repartera del tema. 

Otra figura que tomó auge, aunque venía cantando desde años anteriores, es El Chulo (Jabaíto Lindo). Su caso es interesante porque ha sido protagonista, junto a Chocolate MC, de la polémica más larga en la historia del reparto.



“Follankele” (El Negrito, El Coquito y Manu Manu).


Wow Popy & La Moda, veteranos del género, junto a DJ Gomeko, lanzan entre 2018 y 2019 cinco temas que vienen a revolucionar la forma de hacer reparto: las Pautas. Estas son una forma de improvisación en la que, aparentemente, se rima con frases que no tienen relación entre sí, pero terminan siendo refranes o enseñanzas de la calle y la cotidianidad religiosa-marginal del individuo repartero. 

En este caso, hay una especie de línea narrativa enfocada en la experiencia de la vida en el barrio y las dinámicas con las que el individuo dialoga a diario. De todas, la más cruda es Pauta 5, en la que se une el desamor y lo típicamente ambiental.



“Kanilleo” (Genio y Dayroni).


Aquí el reparto ya ha madurado. Existe incluso un grupo como Los 4, que desde 2010 se había lanzado a fusionar el género con la timba. Al incorporarle instrumentos de viento, su producto se hace diferente y da pie al inicio del timbatón, una variante del reparto que ya en este momento tiene el espaldarazo de orquestas icónicas de la música cubana como los Van Van y la Revé, que se han aventurado a cantar junto a los reparteros.



“Osobbo que esto es polvo” (Genio y Dayroni).


En este punto, los nuevos talentos comienzan a imponerse, sobre todo en el espacio digital. Los grandes maestros del reparto son leyendas que han salido de la marginalidad, viven en una realidad social muy distinta a la que pretenden seguir representando y han variado de a poco su discurso musical. Sin perder su esencia underground, en este momento el reparto se renueva.




© Imagen de portada: Yosvany Arismín Sierra Hernández, aka Chocolate MC.




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“Sonando en lo más pegao”

Haziel Scull Suárez

La etapa de formación de una leyenda: Elvis Manuel; la gran promesa malograda del reparto, el Rey eterno y esperado, con una ascensión meteórica —junto a Jerry— que encontró una muerte inesperada, en medio del mar, al tratar de emigrar hacia Estados Unidos.