El odio ha debido dirigirse entonces de cubano a cubano. Puntual, pertinaz, personalizado.
Uber Cuba 0056
Al final la tipa me dijo: Orlando Luis, tú sabes muy bien que tu nombre tiene una prohibición de viajar.
Uber Cuba 0055
Marqué el número de la Embajada de la tiranía cubana en la capital de los Estados Unidos. Me dio timbre, como de costumbre. Pero esta vez todo sería diferente.
Uber Cuba 0054
No se le ocurrió otra cosa que decirme “long live the Cuban revolution” en cuantos idiomas decía saber o a esa hora le dio por inventar.
Uber Cuba 0053
Los cubanos deberíamos, como las ballenas antes de morir encalladas, devolver masivamente nuestros pasaportes norteamericanos.
Uber Cuba 0052
Pobrecita millonaria, pensé. Pobrecita generación de hijos de blancos de la clase alta. Pobrecito yo en medio del derroche y la depresión que hacen de la dictadura cubana un paraíso a medio camino entre el amor y la misericordia.
Uber Cuba 0051
En la Isla de la Libertad, el chofer de mi taxi Uber había sido uno de los más importantes ensayistas y críticos de la literatura cubana. Prácticamente el redescubridor del Virgilio Piñera durante el periodo de su ostracismo.
Uber Cuba 0050
Sobrevivir fuera de Cuba es habernos dicho adiós los unos a los otros, incluso mucho antes de conocernos.
Uber Cuba 0049
Mi rusita y yo parqueamos en un Holiday Inn al borde de la carretera. Entramos a la habitación que insistió en pagar ella y singamos entonces en solemne, casi solitario silencio.
Uber Cuba 0048
El negro me miró a los ojos. Cerró su boca de casi setenta resingados años. Su condición de colmillos cuaternarios de pronto desapareció. De pronto ya no parecía tan viejo aquel viejo marielito que me había roto el corazón con que vivo, con que vivimos.