Terminó la Feria Internacional del Libro de La Habana. Una demostración perfecta de que desde hace tiempo la mejor literatura corre por los bordes de lo que se ve y vende en librerías nacionales o de lo que se enseña en las universidades. O de lo que habitualmente creemos que es literatura cubana. Tremendo bum bum chácataca bum bum.
¿Qué es lo más bizarro que te ha sucedido en una FIL? Las postales extremas de las Ferias cubanas. Van las mías:
1- Hotel Occidental Miramar, 2016: Un panel titulado “¿Cómo puede el libro norteamericano circular en el mercado cubano?”, protagonizado por los escritores de ciencia ficción Zuleica Romay (Presidenta del Instituto Cubano del Libro), Edel Morales (Vicepresidente del ICL), y Yamila Cohén (Directora de la Agencia Literaria Latinoamericana).
2- Periódico Granma, 2017: La lista de los títulos más vendidos es acojonante. El bestseller cubano de 2016 —rayo de luz descendiendo de cielos que se abren— resultó ser Raúl Castro. Un hombre en Revolución, de Nikolai S. Leonov. Mientras escribo esto pienso en algo que Michał Głowiński apuntó, a propósito de los efectos enrarecidos del comunismo en la prensa polaca: “Las palabras no tanto se refieren a la realidad, no tanto la describen, como la crean. […] La magicidad es hablar sobre estados deseados como si fueran estados reales”.
3- San Carlos de la Cabaña, 2014: Una feria dedicada a Nersys Felipe. Hay directivas del ICL para las que hace falta realmente valor.
4- San Carlos de la Cabaña, 2011: El rumor de que el Instituto Cubano del Libro tuvo que contratar a un escuadrón de Agentes de Seguridad y Protección (SEPRO) para escoltar cuatro mil ejemplares de El hombre que amaba a los perros, de Leonardo Padura.
5- San Carlos de la Cabaña, 2016: Un tipo se hizo pasar por agente literario norteamericano y fichó a 11 autores cubanos; estuvo en todos los eventos, en todas las tertulias y resultó ser un impostor, un party animal.
6- Periódico Juventud Rebelde, 2017: En una entrevista Abel Prieto comenta que “la mercadotecnia desmedida puede convertir en una caricatura aquel sueño fundacional de Fidel. No lo podemos permitir”. Pero exactamente el día mismo en que aparecían estas palabras, miles de personas, desafiando el mal tiempo, se apelotonaban en la fortaleza de San Carlos de la Cabaña para comprar pósteres de Leo Messi. Al parecer, pues, ya están hartos del sueño de Fidel.
7- San Carlos de la Cabaña, 2017: El póster de la FIL. El buen gusto tiene en común con el humor y la santidad que no es posible alcanzarlo por medio de un esfuerzo de la voluntad.
8- Casa de las Américas, 2016. Presentación animista, esto es: una presentación sin libro. Alguien lee fragmentos de Hacia la extinción, del escritor argentino Oliverio Cohelo, mientras el público asistente consulta las entrañas de las aves para pronosticar cuándo saldrá el volumen de la imprenta.
9- San Carlos de la Cabaña, 2016: Presentación de 1984; en el sitio de George Orwell colocaron una fotografía.
10- Pabellón Cuba, 2017: La cerveza Cristal. Por supuesto, en realidad no es cerveza, es algún tipo de sustancia misteriosa exprimida de las glándulas sudoríparas de animales pequeños.
11- San Carlos de la Cabaña, 2017: Entro al baño de hombres y la señora que cuida la puerta lee una novela de Thomas Pynchon.
12- San Carlos de la Cabaña, 2011: Le pregunto a la chica encargada de un stand de Perú por las novedades y me ofrece un ejemplar de los Comentarios reales.
13- San Carlos de la Cabaña, 2017: Vi como dos tipos se masacraban por un único póster de CR7.
14- San Carlos de la Cabaña, 2017: Tendemos a pensar la literatura cubana como abstracción, pero lo cierto es que se trata —si nos llevamos por la FIL— de una red inabarcable de andariveles, gangarrias, cuerpos sudorosos y con sobrepeso, afiches y pollo frito; puede que la literatura cubana también sea eso: contingencia.
15- San Carlos de la Cabaña, 2017: La irónica arquitectura escogida para mostrar las ediciones nacionales: la carpa; maquinal reconocimiento de que la feria es también un gran circo.
16- San Carlos de la Cabaña, 2017: Un taxista, para explicarme la naturaleza de la relación de los boteros con el Estado cubano, le echa mano a una parábola: “Zhuang Zi y el maestro de lógica Hui Zi se paseaban por el puente del río Hao”, me dice. “Zhuang Zi observó: —¡Mira lo felices que son los pececillos que se agitan ágiles y libres! Hui Zi objetó: —Si no eres un pez, ¿de dónde sacas que los peces son felices?”.
17- San Carlos de la Cabaña, 2017: El jurado del Premio Alejo Carpentier expresa preocupación por el estado del ensayo cubano contemporáneo.