¿Qué están haciendo aquí?

Es muy difícil vivir en Cuba. Es como si un millón de personas se levantaran cada día con la tarea de empujarte a un lado. De sacarte.

A cualquiera con ideas, con ganas de mejorar la cosa, con amor y con deseos de tener un mejor país, es preferible tenerlo lejos.

Que se vayan. No los queremos. No los necesitamos.

Es muy difícil tratar de explicarle a la gente. La Revolución lucha por cuidar su imagen ante el mundo, y en esta ecuación el verdadero bienestar del cubano de a pie no es importante.

Importante es darle una vuelta por los lugares señalados a los cuatro argentinos de izquierda que vienen, y luego entrevistarlos en la televisión, para que de rebote le digan al propio pueblo, que sí está sufriendo, lo bueno que es vivir en Cuba y lo malo que es el capitalismo extranjero.

Coño, ¿y por qué no vienes a vivir para acá?

El bienestar del cubano no importa. No solo por el millón de medidas macarrónicas tomadas por los locos esos, que ni saben de economía ni un carajo. Hoy nos ponen a saltar en un pie, mañana a comernos un oso. Antes mucha gente les creía, pero con las redes sociales se empezaron a filtrar las foticos de los hijitos de papá en barcos, en aviones, comiendo rico… Si no dan el ejemplo (y no lo dan en nada), ¿qué van a pedir? ¿Con qué cara?

A lo que iba: el bienestar del cubano no importa. No solo por todo lo que hemos tenido que pasar a nivel económico, la miseria, la necesidad. No solo por la cantidad de derechos que se nos han quitado (ahora viajas, ahora no; tiendas en dólares, salarios en pesos, etc.). El bienestar del cubano no importa porque a cualquiera, a cualquierita, lo meten preso. O le hacen un mitin repudio.

La línea invisible es muy fácil de cruzar. Y cuando lo haces, te montan un show afuera. Lo importante es la confusión, el carnaval, para que nadie logre ver lo que verdaderamente pasa.



Me da una rabia tremenda ver las imágenes de gente querida, amigas y amigos cercanos, que fueron machacados este 10 de octubre. Son imágenes que dicen: vete. Ya esto no da más. Vete.

El miedo invade cada parte de mi cuerpo, como si hubiera caído en un hormiguero de hormigas bravas. Me tiemblan las piernas, se me afloja la barriga, se me tensan los músculos del cuello, y entonces el dolor de cabeza… Me tengo que poner duro para dar un paso, y luego el otro.

El miedo me invita a estar quieto. A no levantar la voz. A esperar. Total, ya casi tengo 40 y en unos pocos años voy a ser un anciano. Un anciano tranquilo. Un anciano pobre. Un viejito gris. Con un salario de mierda y un montón de latones de basura donde buscar un pedacito de tela con el que hacer unas agarraderas para vender.

Pero luego me pongo a pensar: ¿Por qué me voy a ir si este es mi país? ¿Qué es lo que quieren?

Quieren un país lleno de viejitos y viejitas.

La cultura del andador, del bastón, de la bolsita con caca, de la bolsita con orine. Eso.

El paso lento. La cabeza llena de preocupaciones. El transporte que no pasa. Seis horas en una cola para comer un pedazo de pollo.

Quieren gente que no pueda pensar. Que no se pueda expresar. Que no alce su voz.

No me voy.

Aún no tengo el coraje para tirarme a la calle, pero no me voy. No me da la gana.

El miedo me quiere alejar de mis amigos. De gente querida. Gente joven. Mujeres y hombres (más mujeres que hombres) que tienen tremendo coraje y la cabeza bien clara. Las ideas frescas. Aún no los han podido joder.

Gente joven, corajuda, hermosa. Gente bella. Hoy son pocos. Pero poco a poco serán más.

Quedarse del lado de los viejitos te puede dar una tranquilidad momentánea. La cosa aquella de no meterse en problemas, hablar del sueño, del tamaño de las olas, de lo buena que estaba la película del viernes. Mucha mierda apestosa.

¿En qué momento la Revolución se convirtió en una cosa fea?

¿En 1961? ¿En 1971? ¿En 1980?

No lo sé. Yo no estaba. He leído mucho, pero la verdad es que llegué al mundo en 1983.

¿En qué momento empezó a importar más la imagen que se daba de Cuba en el mundo, que la verdadera felicidad de los cubanos? ¿A quién se le ocurrió?

Por ejemplo, eso de acompañar los mítines de repudio con música, bailarines, juegos de dominó, fiesta y pachanga… El horror y la violencia mezclados con “la alegría” y “el humor” de los cubanos. Como para engañar la vista: aquí no ha pasado nada.

(Quiero hacer una pausa aquí para referirme a una cosita. El creador, la mente maestra, el que dirige la puesta en escena de los mítines de repudio en Cuba, no solo es una persona cruel, sino que estéticamente hablando está embarcado).

Todo es de una violencia tremenda, es obvio, pero también hay ahí una cuestión de racismo, de subvalorar y de tratar con desdén al pueblo. ¿Qué músico o artista se puede prestar para eso? Los jefes, lo que dan las órdenes, tratan también con un desdén tremendo a sus propios “compañeros de la Seguridad y el paripé”.

Las viejas y los viejos que se prestaron para eso eran gente humilde. Ya no gritaban como antes, cuando estaba Fidel. Van a llegar a sus casas, en Centro Habana o en la Habana Vieja, y van a tener que inventar en la cocina para darle de comer a algún marido machista.

Gente que ni sabía qué hacía ahí, pero gente culpable también.

Te pueden el miedo, la necesidad, pero uno tiene que parar y decir: No.

Ninguna idea o creencia te puede conducir a golpear a nadie. No dejar salir a alguien de su casa es una barbaridad. Si eso es Revolución, están embarcados.

El 10 de octubre, sin embargo, quiero recordarlo como algo lindo: un grupo de muchachas y muchachos, cubanos, artistas, gente de bien que decidió salir, y ya está.

Los policías, además de reprimir, habrán tenido que inventar mil cosas en la red para que la gente mirara hacia otro lado. Para que “justificaran” el atropello. A nadie le importa Gente de Zona. La gente está clara. Lo que pasa es que tienen miedo y prefieren mirar a otra parte.

Llamar “amanerados” a los que no están de acuerdo con el sistema, es de una homofobia y una violencia tremenda.

Pero hay algo que me encanta. Que me llena de orgullo. Me alegra el día saber que ellos no son Cuba, que la calle no es de ellos. Que, en algún lugar de Siboney, entre el whisky y la comidita rica, hay algunos que también tienen miedo. Saben que están dando con la cara, y que en algún momento esta pesadilla se va a acabar. Porque todo tiene un fin.

No se puede ser tan jodido.

No se puede ser tan gandío, como dice un socio mío.

La violencia los desprestigia.

El día que se apague el Noticiero de Televisión, que Radio Reloj no de más la hora, que entre ustedes mismos se empiecen a comer y a fajar allá arriba por este pedazo, por este hotel, por este cayito, ese día, recen porque la gente no se organice.

Recen para que la gente no pierda el miedo.

A fin de cuentas, ustedes solo tienen eso: el cuento, la mentira y la violencia. Los tanques. Ustedes lo saben.

Deseo un país pacífico. Un país con una costa llena de barquitos blancos con todos los cubanos y las cubanas de vuelta, para ayudar a reconstruir esta mierda que han hecho.

Deseo un país donde cualquiera pueda salir de su casa sin tener que toparse con unas viejas zombis y unos policías amenazando con sacar la pistola.

Deseo un país donde cada persona que trabaje tenga un salario digno. Donde cada persona pueda decirle a una cámara lo que realmente piensa, sin ningún temor.

Deseo un país sin ustedes.

Ustedes no son Cuba. Ustedes no salvan.

Ustedes reprimen. Ustedes golpean.

Sigan echándole la culpa al “enemigo”. Sigan cantando “¿Qué estoy haciendo aquí?” o “Me dicen Cuba”. Sigan creyéndose los bárbaros.

Sigan dando palo. Sigan dando golpe.

La historia no los absolverá.




Juan Carlos Tabío: demasiados huevos a la vida - Carlos Lechuga

Juan Carlos Tabío: demasiados huevos a la vida

Carlos Lechuga

Juan Carlos Tabío ha tenido que sufrir el mal rollismo y la “suspicacia” de unas cuantas personas e instituciones que lo han querido borrar, o que desconocen a propósito su labor en las películas que codirigió con Titón. Fresa y chocolate y Guantanamera tienen dos directores. La cantidad de veces que he visto carteles y créditos donde omiten el nombre de Juan Carlos…


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15 Comentarios
  1. Es tan cierto y triste todo lo que has escrito que no sabes lo que me arrepiento de haber dejado toda mi juventud creyendo y trabajando por esa gran basura que nos impusieron con palabras bonitas. Ya soy bastante mayor y vivo con mi hija en México pero añoro mi país. Suerte y no sé rindan compatriotas, algún día se hará la libertad.

  2. Hace poco en la cola del pan, éramos 4-5 personas de diferente generaciones, la más joven era yo del 91, todos comentaban sobre sus cosas buenas y como de pronto todo se desmoronó, y ellos dijeron todo depende de Uds los jóvenes, las grandes batallas se inician con uds, recuerdo que le contesté, yo soy joven pero he crecido y vivimos en una población envejecida, ya esas personas tienen el pensamiento adoctrinado, los de arriba hicieron muy buen trabajo porque es inconcebible ver como te atropellan tus frutos y aún así apoyar, los que podían haber dado un cambio se fueron en barcos, gomas de carro en los 90, porque no es fácil alzarte contra quién te vió crecer y te ponía el pan en la mesa con tanto sacrificio.
    Esto lleva un cambio de pensamiento contra 8 millones de personas, los jóvenes y niños sólo representamos la diferencia, cuando se hablaba de batalla de ideas, creo que ya sé a qué se referían.
    Muchos dicen esperemos a ver, pero esa espera ya tiene 30 años , otra espera tiene 60 años de leyes absurdas que te imponen porque en ese momento no es correcto, pero a los 3 días es permisible (ley de ilegalidad de venta de casas, de carros, quitar derecho sobre los bienes de quiénes se van, penalidad del dólar, odio contra tus familiares, amigos porque se fueron del país), cuántas cosas se perdieron y cuántas personas sufrieron por esas arbitrariedades.
    Esto lleva mucho sí, pero principalmente lleva reconocer lo mal hecho, y no seguir diciendo estamos en la revolución del 59, esa revolución ya pereció, nos dejó buenas enseñanzas, la principal es que tenemos pensamientos propios y está bien plantearlos, decir no, contra lo que para uno no está bien, en fin muchas cosas.
    Estoy segura que muchos hoy se levantan y caminan arrepentidos, pero el trabajo mental que hicieron fue tan bien hecho que temen por opinar algo y sólo dicen morir por la Patria es vivir (así sea resignado), personas que se dicen pertenezco a el Partido (partido cuya base nunca se ha materializado, o sea son miembros de una abstracción, una epifanía) y aún son las personas que toman las decisiones.
    Es tiempo de que reconozcan que estamos en camino a otra Revolución y no que somos continuidad, porque muchos no apoyamos continuar con lo mismo y los cambios indican que no es lo mismo.

  3. Me encantó el texto, poca gente se atreve a hablar de la verdad, y pocos la tocan con presición. Por qué tenemos que cargar con la cruz de irnos? Que se vayan ellos, esta es mi tierra y no necesariamente la patria que muchos repugnan. Gracias por tu aporte a nuestra felicidad.

  4. Son las voces de millones de cubanos de todas las edades con todos los colores y dolores
    Maravilloso y triste registro de la realidad de Cuba, hoy mucho más más visible en los medios porque ha sido así siempre
    Una farsa de imagen que los primeros que no se la creen son ellos , los corruptos que gobiernan sin que el pueblo los haya elegido, los corruptos ladrones que meten preso al que hace queso y no al que en su cargo descarga millones de dólares del pueblo en cuentas en el extranjero , en compra-ventas con dinero ilícito , robado malversado , de casas para ellos y sus paténtelas, carros etc etc etc
    Abajo los dictadores los demagogos mentirosos que siguen abusando del pueblo
    Tengan miedo de los ciclos de la vida Porque esa juventud que no tiene miedo a decir la verdad está preparada para seguir sumando patriotas su verdad se ve adentro y no es la imagen de documental que muestran al mundo.
    Verdad y justicia es lo que reclama el pueblo

  5. Este alegato cubano es tan patriota que es difícil no leerlo y releerlo y querer que llegue a miles de cubanos
    Hay que imprimir estas notas y que lleguen a los millones de cubanos que no tienen un peso ni para hablar con sus seres queridos ni engrosar las cuentas millonarias de ETECSA

    Deseo un país sin ustedes.

    Ustedes no son Cuba. Ustedes no salvan.

    Ustedes reprimen. Ustedes golpean.

    Sigan echándole la culpa al “enemigo”. Sigan cantando “¿Qué estoy haciendo aquí?” o “Me dicen Cuba”. Sigan creyéndose los bárbaros.

    Sigan dando palo. Sigan dando golpe.

    La historia no los absolverá.

    Viva Cuba libre

    BRAVO 👏

  6. Me has conmovido, yo pude tener un hijo en 1983 y déjame decirte que estuve la mayoría de mi vida equivocada. Aún cuando hace 11 años que vivo en el Imperialismo Yanqui, hace muy poco tiempo que me doy cuenta de tu verdad, cómo si me diera de bruces en el pavimento. Brutal. Y no es que vivir aquí sea un sueño, no, para nada, solo qué hay, tengo opciones. Me duele Cuba, me dueles tú, me duele cada joven de hoy en Cuba.
    Gracias por todo lo que has expresado aquí.

    1. Gracias, Carlos, por este emocionante escrito.

      «¿En qué momento la Revolución se convirtió en una cosa fea?» Los libros de Historia dicen que la Revolución cubana nació en 1959. Lo que no dicen es que la criatura nació muerta.

      Hace dos años que salí de Cuba, y desde entonces he estado estudiando ávidamente la parte de la historia de Cuba que han estado escondiéndonos desde 1959. Lo que he aprendido ha sido tremendamente doloroso. Crecimos creyendo que la Revolución cubana era lo más lindo y puro, pero hoy he despertado viendo que todo era una puesta de teatro, y he comprendido que aquel hombre que veía como un héroe fue quien secuestró el sueño de libertad y prosperidad del pueblo cubano y por el que lucharon tantos hombres y mujeres desde 1952. Fue Fidel Castro quien traicionó la Revolución y la convirtió en su aventura personal, en una egoísta búsqueda de gloria. Así, terminó arruinando un país próspero y la vida de varias generaciones de cubanos.

      Algún día, espero que pronto, saldrá a la luz toda la información que hoy está censurada, y los cubanos podremos comprender la verdadera dimensión de esta tragedia. Entonces el pueblo podrá retomar las riendas de su destino.

    2. Estoy conmovida, estoy llorando con tus palabras. Me siento identificada con Eva y con cualquiera de los lúcidos y sentidos comentarios. Solo de la verdad y del dolor brotan esas palabras. Cuántos años de represión, cuántos años robados. Sí nos robaron hasta la mente y fuimos manipulados. Y hoy. Qué va a pasar hoy. Hacia dónde vamos y qué nos queda. Una y otra vez una mentira y una espera. Cuándo llega la promesa…..Basta ya! Hay gente que luchó y esperó, pero no le alcanzó o no le alcanza la vida. Y quién asegura que el fruto del 2030 va ser verdad. Si siempre todo fue mentira.

  7. Gracias por este escrito, me da esperanza de que los cubanos dignos empiecen a perder el miedo y que denuncien lo que está pasando.Llore leyendo su escrito, espero con ansias el día en que todo cambié y que la historia no los absuelve NUNCA!

  8. Me hiciste recordar una frase de Martí » yo quiero que la ley primera de nuesrra república, sea el culto a la dignidad plena del hombre», y me entristece y me avergüenza vernos cada dia menos dignos y mas lejos de ese anhelo. En tus letras hay un aliento de esperanza. Gracias por ello.

  9. Cuando leo algo tan real no puedo contener mis lagrimas por que estoy sintiendo en carne propia las cosas que acabo de leer. hasta cuando serà esta pesadilla

  10. Carlos, que decirte, no lo conozco , pero sus palabras hacen como si lo hiciera, tiene usted mi respeto, excelente articulo, franco y directo, sin tanta molar, saludos, sigue escribiendo

    Saludos

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