Con todos. Una declaración personal

Como es ya de conocimiento público, se ha abierto un canal de diálogo entre el Ministerio de Cultura y un grupo diverso de creadores cubanos que reclaman ciertas transformaciones en la política cultural de nuestro país.

Será un diálogo difícil, pero la intención manifiesta de las partes implicadas es encontrar un camino para el mejoramiento de las relaciones, para el reconocimiento mutuo de derechos y responsabilidades, apegados a un espíritu de buena voluntad, con el deseo de contribuir al desarrollo material y espiritual de nuestro pueblo, cada cual desde sus diferencias, pero con respeto a la legalidad que instituye la Constitución de la República.

Entiendo que, del mismo modo que son diversas las posiciones en este grupo de artistas e intelectuales, y que es arduo consensuarlas, también son diversas las instituciones estatales que participan, acompañan e inciden en este proceso, y que puede ser arduo también para ellas concertar sus posiciones.

En algo, sin embargo, estuvimos de acuerdo desde el primer encuentro, al menos de palabra: en la aspiración a una sociedad más inclusiva, sin renunciar a la soberanía de nuestra patria ni a las conquistas de nuestro pueblo a lo largo de su historia.

Para que este diálogo fluya por buen cauce, para que no se frustre y nos permita alcanzar un acuerdo que satisfaga a todos en la medida de lo posible, insto a los medios masivos, especialmente al Instituto Cubano de Radio y Televisión y a los distintos órganos de la prensa impresa o digital, a que se abstengan de enturbiar el horizonte de esta negociación con verdades a medias, tergiversaciones y llamados a la discordia entre compatriotas.

Satanizar, desacreditar, ofender a quienes divergen en algún criterio, negarnos unos a otros el derecho que la ley nos otorga por igual, son prácticas que no resuelven los problemas de una sociedad plural, ni ayudarán a que aprendamos a convivir con las diferencias y edificar juntos el futuro.

A las fuerzas del orden público, concretamente a la Policía Nacional Revolucionaria y al Departamento de Seguridad del Estado del Ministerio del Interior, les exijo que se atengan al cumplimiento de su función como garantes de la legalidad, que cesen el acoso, que ayuden desde sus posiciones a que este diálogo ocurra.

A la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) le solicito que, a pesar de las obvias dificultades tecnológicas que todos conocemos, mantengan la estabilidad de un servicio imprescindible.

Al Ministerio de Cultura y las demás organizaciones que son nuestra contraparte en estas conversaciones, los invito a honrar la palabra empeñada y no defraudar la confianza que hemos depositado en ustedes.

A la sociedad civil en general, dentro y fuera de Cuba: que actúen con responsabilidad y sensatez en estos momentos de tensión.

En juego está este sueño de un país mejor, libre y digno, con todos y para el bien de todos, como lo quiso José Martí.

El hostigamiento, el aislamiento, el bloqueo de las comunicaciones, la falacia repetida ad nauseam, en fin, las circunstancias que hemos estado viviendo desde que terminó aquel primer encuentro el pasado 27 de noviembre, exacerban el clima de confrontación y no conducirán a buen fin.


© Imagen de cubierta: Evelyn Sosa




Evelyn Sosa

27N en imágenes

Evelyn Sosa

La fotógrafa Evelyn Sosa testimonia la sentada masiva frente al Ministerio de Cultura cubano.