Gastón Virkel tiene toda una vida trabajando en televisión. Luego de estudiar publicidad y psicología, mientras trabajaba en una agencia donde el maltrato era habitual, recibió una propuesta para tentar a la suerte en un canal de cable argentino. Cree que ese fue el mejor trabajo que tuvo en la vida:
“Me pagaban por ver series y películas y luego hacer el tráiler, o mejor dicho, las promos, que son como un tráiler pero de solo 30 segundos”, cuenta.
Gastón Virkel nació en Buenos Aires, pero se estableció sin querer en Miami hace ya 18 años. Un poco a regañadientes. La ciudad no se contaba entre su top ten de lugares deseados para migrar, pero una propuesta de MTV lo cambió todo. Luego el tiempo, un hijo y media vida en el sur de la Florida lo han ayudado a echar raíces y sentirse más a gusto.
El pasado noviembre, en la Feria del Libro de Miami, Gastón Virkel presentó Maldito Lasticön (Sed, 2019).
En tu recién publicada nouvelle, uno de los personajes elige Miami para mudarse porque se trata de un lugar “donde el pasado se reescribe con deseo”. ¿Cómo anda tu relación Miami?
Bien, estamos en nuestro mejor momento. Miami es una ciudad que se reinventa cada 15 años. Nada mejor para un escritor. Tenemos que reinventarnos cada vez que comenzamos una nueva trama.
¿Por qué ambientas la novela en Miami Beach?
Porque me ofrecía muchos contrastes. El más evidente: el de lo efímero y anónimo de la experiencia turística versus la inmortalidad de la poesía. Pero también una sensación que se tiene con solo caminar sus calles por la noche: un cóctel de personajes muy heterogéneo. Se pasa en 60 segundos de un obsceno Lamborghini al homeless que pernocta en el umbral de una tienda.
Me gusta pensar en el degradé que South Beach traza con sus calles que corren a lo largo, paralelas al mar. Ocean Drive, la calle más cercana a la playa, fake Miami para el turismo. Collins, con sus hoteles art decó, mezcla visitantes y lugareños en busca de un poco más sofisticación. A Washington Avenue, Lasticön la llama Trashy Avenue. Y más allá: condos art decó, vida casi vegetal en bicicleta, y flip flops.
Mi intención era que Maldito Lasticön trazara un corte transversal que se llevara por delante todos esos universos con un tren de poesía maldita, absurdo y humor negro.
Háblanos del proceso de escritura.
Nació como novela por entregas, un folletín digital que me permitía publicarlo a medida que lo escribía.
Maldito Lasticön no es una novela terminada que se publicó por capítulos, sino un experimento de escritura en tiempo real. Tenía una breve sinopsis de cada episodio y eso era todo.
Fue pensada casi como una serie de streaming: donde los capítulos tienen un carácter autoconclusivo pero cuentan también con cliffhangers que construyen una progresión que hace avanzar a la trama.
Se trata de tu primera novela, y decides romper con lo tradicional. Nos presentas una nouvelle en un formato de serie de TV. ¿Por qué?
Maldito Lasticön nació como un desafío, un experimento para establecer una relación recurrente con los lectores.
Utilizar las mismas las herramientas de las series —los cliffhangers, por ejemplo, o establecer los arcos dramáticos de los personajes desde un comienzo—, no fue una decisión estética sino más bien práctica. Me ayudó en su desarrollo durante la escritura y me dio opciones para atrapar al lector en cada uno de los textos, a la vez que abonaba el arco general de la historia y el planteamiento del futuro inmediato de la trama.
Recuerdo que cuando reuní todas las entradas en un word y empecé a leerlo en papel, tuve la sensación de que se trataba de una nouvelle ideal para el “binge reading”.
Presiento que se trata de literatura y a la vez de entretenimiento. Un buen sneak peek a mi trabajo.
¿Por qué un poeta maldito como protagonista?
Me atrae mucho la figura de los malditos, los maldecidos. En mi trabajo suelo darle un lugar muy importante al humor. Sobre todo al humor negro. No diría comedia. Me sale sin que me lo proponga muchas veces. Me provoca mucho placer —como lector y como autor— la risa incómoda que genera la irrupción del absurdo en la vida real.
Buscaba un personaje que me permitiera desplegar ese humor y que fuera a la vez políticamente incorrecto. Y Álvaro, su amigo, suele decir: “De este pinche loco de mierda se puede esperar cualquier cosa”.
Otro aspecto que llama la atención en la nouvelle es la hipersexualidad de algunos personajes…
Como escritor, uno está pendiente de los cambios culturales. Todos estos años estuvimos bombardeados por la obsesión por decodificar qué carajo es un millennial. Y ahora viene la Generation Z. En términos de identidad sexual vivimos una era de liberación, de ajuste.
En mi generación, los que salieron del closet lo repiten en cada conversación casi como una medida precautoria. Pero ahora, en algunos ámbitos como South Beach, se percibe como algo distinto. Me propuse explorar la bisexualidad en una edad de experimentación. Cómo se da la bisexualidad cuando no existen los prejuicios con los que crecimos nosotros.
Para terminar, ¿cuál es tu vínculo con la poesía?
No tenemos mucha relación. La verdad es que no me gusta mucho la poesía. Pero a veces funciono así: me planteo un desafío para obligarme. Quería darle otra oportunidad a la poesía, y este proyecto me impulsó no solo a leerla sino también a escribirla.
En el libro, entre episodio y episodio, hay una muestra de la poesía de Lasticön y epígrafes de los malditos de siempre. Sentí que volver a la poesía a través de ellos aumentaba mis chances de establecer una relación más duradera. Y, como presiento que esta nouvelle no es lo último de Lasticön, creo que, en una eventual secuela, junto a la evolución de su historia notaremos también la evolución de su poesía.
Librería
De la misma manera que en el nuevo milenio los géneros sexuales languidecen, por fortuna, lo mismo ocurre con los literarios. Esta antología incluye cuento, poesía, crónica, ensayo personal y novela. Muchos de los textos están felizmente contaminados de uno y otro estilo.
Autores reunidos en el libro
Liliana Colanzi / Pedro Medina León / Carlos Pintado / Jorge Majfud / Melanie Márquez Adams / Mariana Graciano / Anjanette Delgado / Ado (Antonio Díaz Oliva) / Ana Merino / Giovanna Rivero / Fernando Olszanski / Luis Alejandro Ordóñez / Jennifer Thorndike / Raquel Abend van Dalen / Richard Parra / Rodrigo Hasbún / Andrés Pi Andreu / Sara Cordón / Gastón Virkel / León Leiva Gallardo / José Ignacio Valenzuela / Ulises Gonzales / Alexis Romay / Gabriel Goldberg / Ivón Osorio Gallimore / Keila Vall de la Ville / María Cristina Fernández / Hernán Vera Álvarez / Grettel Jiménez-Singer / Naida Saavedra / Xalbador García / Lizette Espinosa / Pedro Caviedes / Manuel Adrián López / Teresa Dovalpage / Douglas Gómez Barrueta / Rey Andújar.