Jennifer Thorndike nos propone explorar una forma de hacer entrevistas que no habíamos experimentado antes. Ni por escrito, ni en persona: por WhatsApp.
Ella lee el cuestionario que le hemos enviado, graba sus respuestas en mensajes de voz y pulsa “Enviar”. Responde nuestras preguntas en medio de una agenda llena de otros compromisos editoriales: más entrevistas, mesas online sobre su literatura… Y lo hace, de hecho, minutos antes de participar en una presentación online de la antología Ellas cuentan,programada por el book club del Instituto Cervantes de Chicago.
Ellas cuentan. Antología de Crime Fiction por latinoamericanas en EE. UU. (Sudaquia, 2019), editada por Melanie Márquez Adams y Gizella Meneses, es un poco el lejano origen de la serie de entrevistas aquí reunidas, aunque también un reto para explorar a autoras antes desconocidas por nosotras. Thorndike, sin embargo, es un nombre inevitable, debido a su presencia en buena parte de las antologías más contemporáneas que pretenden dialogar con la literatura en español en Estados Unidos.
Aunque ella declara su preferencia por escribir novelas —es autora de dos—, su inclusión en colecciones de narrativa breve ha sido numerosa, especialmente en los últimos años. Además de su participación en proyectos realizados en Perú y México, cuentos suyos forman parte de Ni bárbaras ni malinches: Antología de narradoras en español en Estados Unidos(Ars Communis Editorial, 2017); Escritorxs salvajes: 37 Hispanic Writers in the United States (Hypermedia, 2019) y Diáspora: Narrativa breve en español de Estados Unidos (Vaso Roto, 2020), entre otras antologías.
Autoras entrevistadas: Lina Meruane / Kelly Martínez-Grandal / Mariza Bafile / Ana Teresa Toro / Jennifer Thorndike / Franky Piña / Osiris Mosquea / Rose Mary Salum / Anjanette Delgado / Lila Zemborain / Melanie Márquez Adams.
En 2017, formaste parte de una antología de escritores nacidos en los años 80 titulada Arraigo/Desarraigo. ¿Es tu literatura una obra del desarraigo?
Es una pregunta muy interesante, no lo había pensado antes, pero creo que sí es una literatura de desarraigo. En algún sentido es una literatura del desarraigo de las convenciones sociales.
Mi primer libro de cuentos, Cromosoma Z, trataba de relaciones entre mujeres, y en aquel momento (2007) no era tan común que existiesen libros que abordaran esa temática. Ahí había como un intento de escribir sobre algo de lo que no se hablaba mucho. Por otro lado, también los personajes no tenían un cuestionamiento tan fuerte hacia su identidad, sino que la asumían y vivían sus relaciones sin cuestionarse, por ejemplo, por qué les gustaba una chica. La historia iba a hablar directamente de las relaciones en sí.
Luego, en mi novela Ella, el gran tema es la madre, y cómo es muy difícil hablar de la madre de una manera negativa, porque es una figura fuerte y sagrada. Si nos guiamos por estas convenciones que siempre hemos escuchado, a la madre casi no se le puede tocar, a la madre casi no se le puede criticar. Madre es madre y hace todo por sus hijos, por el bienestar de sus hijos, cuando eso no es necesariamente cierto. Ahí había un desarraigo a esa figura sagrada de la madre.
Y Esa muerte existe tenía esta idea también de expresar un desarraigo muy fuerte hacia la idea de familia como el lugar seguro, casi sagrado, donde siempre vamos a estar protegidos.
Podría decirse que, en América Latina, son tres o cuatro los países con más hegemonía en el canon literario de la región. ¿En qué mapa literario ubicas tu narrativa? ¿Te reconoces/identificas en una tradición nacional?
Es difícil de contestar esta pregunta, en el sentido de que yo creo que en mi país, Perú, sería quizás exagerado ubicarme dentro de una tradición.
Soy parte de una camada de escritoras que empezó a publicar a mediados de la década pasada, en medio de un gran auge de las editoriales independientes que dieron una voz a las autoras y autores jóvenes del momento. Tuve la suerte de poder vivir ese período, tuve la suerte de poder publicar en una editorial independiente y, luego, también tuve mucha suerte de que mi primera novela, Ella, tuviera buena acogida entre los lectores. Entonces ahí fue que di el paso a la editorial grande y a publicar en Penguin Random House.
También coincidió con un momento en que los grupos editoriales grandes estaban apostando por las voces de esta década en la que yo aparecí. Comencé a publicar muy joven, tenía 23 años cuando publiqué por primera vez, y ellos quisieron captar a los autores de ese momento.
Autoras entrevistadas: Lina Meruane / Kelly Martínez-Grandal / Mariza Bafile / Ana Teresa Toro / Jennifer Thorndike / Franky Piña / Osiris Mosquea / Rose Mary Salum / Anjanette Delgado / Lila Zemborain / Melanie Márquez Adams.
En Perú lo que ha sucedido es que muchas escritoras hemos empezado a publicar, y eso es algo bueno. Hay mucha más escritura de mujeres de la que había antes, sobre todo en la narrativa. Hay mucha poesía, por supuesto, pero la narrativa se ha enriquecido muchísimo con esta camada de escritoras que comento. Supongo que tiene que pasar el tiempo para decir si esto va a ser parte de una tradición, un canon diferente al que habíamos tenido, sobre todo en la narrativa, con la presencia tan fuerte de Mario Vargas Llosa para la literatura peruana.
Y en cuanto a los otros países, creo que también se ha abierto un poco más el campo literario. Salir de tu país siempre es difícil, pero ahí estamos, tratando también de hacer la lucha para conectarnos con otros autores y que otros autores nos lean y puedan recomendarnos, y así llegar a otros públicos.
Tenemos también la suerte de que muchas personas de América Latina están trabajando como profesores acá en Estados Unidos. Creo que es la oportunidad de poder compartir nuestras lecturas de autores de otros países con nuestros alumnos, y es algo también muy positivo.
¿Te consideras entonces una escritora peruana, latinoamericana, latina, o latinx? ¿Cuál es la relación entre esta identidad y el lenguaje de tu escritura?
Siempre he pensado que la identidad es muy flexible. Desde que llegué a Estados Unidos, para mí ha sido más fuerte la identificación en tanto escritora latinoamericana, hispana, que nació en Perú. Obviamente, creo que antes mi identificación era ser una escritora peruana, pero esto cambió al venir a trabajar y a estudiar en Estados Unidos.
© Imagen de portada Jennifer Thorndike / Facebook.
Autoras entrevistadas: Lina Meruane / Kelly Martínez-Grandal / Mariza Bafile / Ana Teresa Toro / Jennifer Thorndike / Franky Piña / Osiris Mosquea / Rose Mary Salum / Anjanette Delgado / Lila Zemborain / Melanie Márquez Adams.
* Una versión más extensa de este diálogo forma parte del libro Imaginar países: Entrevistas a escritoras latinoamericanas en Estados Unidos (Hypermedia, 2021), editado por Dainerys Machado Vento y Melanie Márquez Adams. Aunque los temas de las entrevistas son diversos, las editoras han querido explorar, sobre todo, la manera en que los matices de la identidad latinoamericana se manifiestan y fluyen en la escritura de cada una de las entrevistadas.
Doblemente americanas: sumar las resistencias de la escritura
“Estas entrevistas tienen múltiple valor, porque se trata de mujeres hablando en el espacio público sobre ellas mismas, sobre sus cuerpos, sobre la política de sus países, sobre sus errores y aciertos”. (Prólogo del volumen ‘Imaginar países: Entrevistas a escritoras latinoamericanas en Estados Unidos’, Hypermedia, 2021).