Capítulo del libro ‘Historia de la música popular cubana. De las danzas habaneras a la salsa (1829-1976)’, de Antonio Gómez Sotolongo (Hypermedia, 2024).

Capítulo del libro ‘Historia de la música popular cubana. De las danzas habaneras a la salsa (1829-1976)’, de Antonio Gómez Sotolongo (Hypermedia, 2024).
AP: “El primer atleta transexual de Cuba muestra los progresos y los retos a los que se enfrentan las personas LGBTQ en la isla”
The New York Times: “No se puede esperar que los votantes ignoren lo que fue evidente: Biden no es el hombre que era hace cuatro años”.
El presidente Jimmy Carter acaba de morir. Parte de su legado es haber elevado la importancia del respeto a los derechos humanos.
Gracias, Pepe: pondremos tu nombre a una calle en La Habana y en Miami, tus dos grandes amores.
Habana de enamorados y suicidas, llegar hasta el borde y no caer. Él dice, Ella dice. La ciudad escucha. Mañana, el mar.
La noticia me sorprende. “Se fue. Aún no sabemos si pudo llegar a la frontera”.
“Quiero presentar mi lista personal de las películas que cumplen 50 años en 2024, no solo atendiendo a su relevancia en la actualidad sino también a su carácter de documento histórico”.
“No habrá que emplear la fuerza, ni habrá que andar con fusiles por la calle, ni metiéndole miedo a nadie”.
Carta del escritor Carlos Alberto Montaner al presidente cubano Miguel Díaz-Canel en “defensa de la libertad, la democracia y los derechos humanos”.
La otra Gertrude, vestida con batón negro y pañuelo blanco en el cuello, la mira desde la pared de la chimenea. Cuando Picasso terminó el retrato, luego de noventa días de trabajo, Gertrude quedó insatisfecha. “¿Nos parecemos?”, preguntó. “No te preocupes, con el paso de los días te le irás pareciendo”, respondió el artista.
Yo era buena, créanme. La maquiavélica Patricia Highsmith (1921-1995) me pervirtió. Considero de elemental justicia dedicarle desde La Habana estas líneas precisamente hoy, 19 de enero, que se cumple el centenario de la figura femenina más prestigiosa en la historia del género negro.
En nuestras latitudes, tales maravillas botánicas son hijas del descuido y la desidia, que no del esfuerzo mancomunado o la mano de obra esclava.
El Vaticano bloquea las propuestas de los obispos alemanes sobre la aprobación de las relaciones homosexuales y la ordenación de mujeres sacerdotes, reafirmando las doctrinas tradicionales.
El alto el fuego entre Israel y Hamás gana terreno con la liberación de rehenes y prisioneros, ofreciendo una frágil pausa en el conflicto más mortífero de las últimas décadas.
Vivimos en un limbo sin derechos legales, con condenas más duras en muchos casos que las impuestas a los asesinos.
La caravana migrante se reagrupa en México, acusando al gobierno de incumplir promesas sobre documentos de tránsito.
El huracán Idalia causa estragos en Cedar Key, Florida, convirtiendo el sereno refugio de artistas en un páramo inundado.
Cuando se cumplen 60 años de su creación, el “Teléfono Rojo” sigue siendo un símbolo perdurable de la diplomacia entre Estados Unidos y Rusia.
Los sátrapas han inaugurado una temporada teatral que va desde diciembre hasta el sol de hoy, cuya sede son los tribunales provinciales. Teatro del absurdo, con todas las de la ley.
‘Gas en los poros’ fue estrenada por Prometeo, en La Habana y diciembre de 1961, bajo la dirección de Francisco Morín. En el reparto estuvieron Parmenia Silva y Verónica Lynn. Y fue publicada en ‘Lunes de Revolución’, el 27 de marzo de 1961.
“El arte, tal y como lo conocíamos, es suplantado por la dictadura del mercado del arte. Ya ningún artista de notoriedad actúa sin tener presente las fuerzas del mercado. Estas fuerzas económicas son demarcadas por una nueva y extraña danza de reglas no escritas entre la intolerancia de la derecha y la inconsecuencia del liberalismo”.
Los videos, las directas, los live, las tiraderas: me parece que los cubanos y las cubanas, allá, acá, acullá, andamos como pollitos ciegos chocando contra el mismo cascarón. Este le dice a aquel, el otro le dice al otro. Y así andamos entretenidos mientras el diablo, en algún lugar cómodo, se toma un vasito de Coca-Cola con hielo y se echa otro show.