Del alma
Vi el alma una vez:
era roja sangre
cintura fina
cabeza ausente
y traslúcidas alas.
Un pie hacia delante
y el otro detenido.
Estaba al partir
formando su falta.
Arte de la fuga
Se levanta el tiempo
queda una luz esencial:
Te conozco al formar
la imposible forma.
Te conozco en el vaivén
de los olvidos lúcidos.
Te conozco en el amor
del placer transfigurado.
Te conozco en el origen
de las incognoscibles eras.
Alma deshecha
que sin cesar se fuga.
Arte de la memoria
Descienden en barco leve
la tierra prometida a la espera
pero la memoria hace trampas:
ha confundido los tiempos.
El viaje se hace eterno
la historia es absoluta.
Solo se ven los fragmentos
del gran todo hecho pedazos.
Sueño que leo
Cada noche leo una Odisea
que no tiene regreso.
Tal vez nunca me fui
ni logré navegar el tiempo.
Tal vez nunca viví
inventaba memorias.
Tal vez volver sea el porvenir
venturoso siempre pospuesto
y ya declinante.
Sombras no puedo vestir
son mi propia carne.
Apenas cada noche leo.
Oyen las niñas y mi madre.
Faltan las páginas finales.
Juegos de sombra
Una cabeza con infinitos rostros
infinitos rostros sin una cabeza.
El cuerpo inerte se sueña alado
el cuerpo alado se sabe sueño.
Las hojas viajan a los bordes
los bordes vuelan al centro.
Las formas se mueven en sí
el sí mismo se vuelve forma.
Yo que no soy existo en sombra
soy mi sombra que no existe.
Basta mirar fijamente el mundo.
Vislumbre
Me veo sumergida
en un mar cíclico
de algas dormidas
y luminosos corales.
Avanzo hacia el fondo.
Allí peces brillantes vuelan
asidos a sus invisibles alas.
Y hay formas fantásticas
tan eternas como mutantes.
Aún más adentro se abre
la oscuridad infinita
con sus acordes opacos.
Presiento que regreso.
En el camino
El verdadero camino es la caída.
Marguerite Porete
La partida es regreso.
Desnuda desciendo.
Me deshago de las formas
que me fijaron ausente.
Las memorias verdaderas
recupero en el olvido.
Y la sombra va conmigo.
Al viaje iniciático
me entrego.
Arrojo uno a uno
mis pedazos.
Hacia la otra margen
anonadada camino.
Ya mi alma vive
dentro del amor
libre de mí.
Nada en este mundo
me separa
de lo que amo.
La caída es ascenso.
Partida
Entonces se abrieron las puertas.
Apocalipsis
Inmutable
su mirar abre el juego.
Es tiempo.
Jugamos en los espejos
destello fugaz de lo eterno.
Debo mover mi figura
no pregunto más
ella en posesión del secreto
yo buscadora incrédula.
Y aunque haya perdido
el último movimiento
ella gana yo también
la jubilosa partida
del fin y sus comienzos.
A lo lejos dos soles opacos
se queman contra el viento
el cielo en vasto silencio.
Deseo
Con el sol que declina
voy hasta el lugar
donde se cumplen
los deseos.
Al final del poniente
pido:
todo el olvido
todo el silencio.
Carpe diem
Teresa no existe más.
Sabemos que Layla está muerta.
Queda Aimée amando el día.
Visiones de una mujer con alas (Betania, 2016):
* Poemas pertenecientes al libro Visiones de una mujer con alas (Betania, 2016), de Aimée González Bolaños.
© Imagen de portada: Victoria de Samotracia (Louvre, París), por Orlando Luis Pardo Lazo.
