Tarpon Springs, abril 20, 2025
Querido Donald,
Te escribo mirando las aguas calmas del golfo de América, aquí en Tarpon Springs, una ciudad fundada por pescadores de esponjas griegos hace más de un siglo en medio de este gran Estado de la Florida. Deberías venir algún día. Aquí vive la mayor comunidad griega del país y el pueblecito, con su herencia helénica que puedes ver en su arquitectura, huele a pulpo a la parrilla mezclado con baklava.
Tarpon Springs es Grecia, pero con palmeras; y es también los Estados Unidos de América. Ese espacio que nos acoge de tal forma, que todos nos sentimos en casa.
A veces no te sigo. En medio del caudal informativo y de la avalancha de informaciones se me reblandece el cerebro y no entiendo nada. Ayer, tomaba retsina, ese vino aromatizado del mar Egeo, con una amiga y de repente me dijo: “nuestro presidente trabaja mucho” y sí, trabajas, pero ¿estamos avanzando?
Pones aranceles que quitas a los tres días, bajas aranceles que subiste apenas el día anterior y yo, apenas un votante más, un ciudadano que confía en que este país tiene un timonel que nos dirige al futuro, me siento confundido. Los mensajes se cruzan y al volante de mi Tesla no puedo dejar de sentirme preocupado.
Como hablamos una vez vengo de un país comunista que ha condenado a todo un pueblo a la no existencia. Cuba solo existe en quien se fue de ella, en quien la conserva como un recuerdo, una civilización lejana y perdida que desapareció de la Tierra hace varios exilios. En la Cuba ocupada por el castrismo se reviven las épicas del siglo pasado; desfiles militares, manifestaciones de apoyo a Palestina y marchas del pueblo combatiente. También, se mantiene una clase obrera muy pobre y una clase dirigente muy rica. El totalitarismo se siente cómodo en el pasado.
Y eso me asusta de ti. Cuando hablas de regresar a la manufactura, de traer a América las factorías deslocalizadas ¿no te das cuenta de que con ello regresaría, también, la lógica decimonónica de la contradicción entre las fuerzas productivas que desencadena la lucha de clases?
¿No te das cuenta que estás creando un nuevo proletario y generando el descontento de una clase que logramos extinguir desde los años setenta?
Somos el país más industrializado del mundo, somos la primera potencia económica del mundo, pero apenas somos el 14 porciento de los consumidores globales, con apenas el 4 porciento de la población global. Lograr algo así es ¡espectacular! La diferencia está en los servicios altamente especializados que proporcionamos y que no son socialmente conflictivos. Salvo una ridícula huelga de guionistas muy bien pagados en Hollywood, disfrutamos de una calma y estabilidad jamás rota por conflictos de clase.
Nuestra nación, líder del mundo libre, fue agrícola y de plantación en los siglos XVIII y XIX y con trabajo fuimos los primeros. Desde finales del siglo XIX y durante todo el XX fuimos manufactureros e industriales y también nos convertimos en la primera potencia económica del mundo. Y desde la segunda mitad del siglo XX y hasta ahora entendimos que el verdadero desarrollo económico era generar servicios de necesidad global, y en ese rubro somos los putos amos.
No puedes pasar a la Historia como el presidente que recuperó los conflictos de clase que eliminamos con tanto éxito creando una cultura de consumo y una economía dinámica y próspera.
No me entra en la cabeza Mr. President, que quieras regresar a la manufactura y que te dejes guiar por ese copresidente nefasto, nuestra Rosario Murillo, que se llama Elon Musk o por la caterva de guatacones que te rodean.
Hoy la mayoría de las transacciones económicas, bancarias y bursátiles pasan por estructuras de servicio norteamericanas. Lo mismo con plataformas de entretenimiento, compañías de ventas online o de comunicaciones. No hay país en el mundo, ni siquiera ese que no existe y que llamamos Cuba, que no dependa de algún servicio gestado, controlado y cobrado por los Estados Unidos de América.
No puedo ni siquiera pensar que regresaremos a un escenario de huelgas, protestas y manifestaciones. Pero es lo que estoy viendo.
A veces pienso que solo lo dices para calmar a un conjunto social que te adora, a una base golpeada por el desarrollo y a la que no se le dieron soluciones adecuadas, y que tampoco supo adaptarse a esta época de cambios constantes. Otras veces, pienso que, metido en tanto embrollos, no tienes tiempo para pensar que reconstruir escenarios sociales de diferencia de clase es reproducir lo que el marxismo describía: las contradicciones de un capitalismo destinado a desaparecer.
¿Eres neomarxista, Mr President?
Estados Unidos es hoy la nación más rica del mundo, pero no somos líderes del mundo libre. Estados Unidos es hoy el país más industrializado del mundo, pero hemos perdido prestigio e influencia. Estados Unidos es hoy el país que menos guerras ha sufrido en territorio propio, pero estamos a punto de revivir situaciones muy peligrosas que podrían llevarnos a estallidos sociales.
Tienes una, y solo una, misión: making America safer, stronger and more prosperous. Es lo que dices, pero aún no lo haces.
God bless America
Mi mejor abrazo para ti, mi presidente.
Tu Jorge
P.S.: El original en inglés de esta carta fue enviado al correo oficial del Presidente de los Estados Unidos.
