‘El Súper’, película cubana, 1978
Basada en la obra de teatro ‘El Súper’, de Iván Acosta.
Directores: León Ichaso y Orlando Jiménez Leal.
Guionistas y productores: Manuel Arce y León Ichaso.
Fotografía: Orlando Jiménez Leal.
Edición: Gloria Piñeyro.
Música: Enrique Ubieta.
Sonido: Neelon Crawford.
Actores: Raimundo Hidalgo-Gato (El Súper) Zully Montero (Aurelia) Reynaldo Medina (Pancho) Elizabeth Peña (Aurelita) Juan Granda (Cuco) Hilda Lee (La China) Phil Joint (inspector) Jaime Soriano (predicador) Efraín López Neri. Ana Margarita Martínez Casado.
Introducción
Por décadas y por su presencia en diversos continentes, las olas de la inmigración cubana han reflejado no sólo las historias de personas que buscaban nuevos horizontes, sino también los aspectos históricos, políticos y culturales que traían consigo.
En cada ola, había una mezcla única de aspiraciones, experiencias y contribuciones que han enriquecido el paisaje cultural de países como los Estados Unidos, adonde fueron muchos inmigrantes. Tanto artistas, intelectuales, como trabajadores manuales que tenían distintos oficios, los inmigrantes cubanos aportaron su talento, sus habilidades y ambiciones a nuevos espacios, cambiando comunidades y produciendo un impacto profundo.
Un dramaturgo que enriquece la comprensión de la segunda ola migratoria, es decir los cubanos que llegaron por el puerto de Camarioca y los “vuelos de la libertad”, entre 1965 hasta principios de la década del setenta, es Iván Acosta.
Este dramaturgo, nació en Santiago de Cuba, en 1943. En su obra El Súper, publicada en 1977, los personajes son parte de la clase trabajadora y navegan por lugares desconocidos. La obra inspiró la película del mismo título en 1979.
A través de su obra, el trabajo de Acosta refleja la complejidad de las emociones de la experiencia humana. Acosta es más que un dramaturgo: es director de cine, guionista, documentalista, y un gran conocedor de música cubana, como se aprecia en su libro Con una canción cubana en el corazón.
Además, contribuyó a la cultura cubana en los Estados Unidos, a través del Centro Cultural Cubano de Nueva York, siendo su presidente en la década del setenta, desde 1972, durante la etapa que él llama “la primera estación del Centro”.
Este esfuerzo, junto con su obra creativa, ayudó a traer el sabor cubano al mundo. Mi ensayo analiza su primera obra de teatro, El Súper, donde la complejidad de los temas y experiencias que comparten los personajes revelan aspectos vitales de estos inmigrantes. Por ejemplo, el frágil equilibrio que existe a veces entre asimilación y preservación de la propia cultura.
Este choque de culturas que los inmigrantes enfrentan es una experiencia que los lectores ven en la obra y, también, una travesía con la que muchos inmigrantes de todo el mundo pueden identificarse. Además, la división generacional entre padres e hijos es otro tema que voy a examinar, por ejemplo, la relación madre-hija entre Aurelia y Aurelita, así como la relación de pareja entre Roberto y Aurelia.
Finalmente, el sentido de comunidad y pertenencia se manifiesta en las conexiones con los amigos, que revelan personalidades y relaciones únicas, animando a los personajes a crecer internamente.
Relaciones familiares
El tema de la virginidad surge en la obra cuando Aurelita habla con su madre de sus relaciones con hombres, a lo cual Aurelia reacciona con fuerte desaprobación y disgusto. Aurelia parece agobiada y se siente muy incómoda con el tema de conversación, porque cuando le pide a su hija que le explique cómo perdió su virginidad, inmediatamente detiene a Aurelita cuando comienza a describir la situación: “Dime, ¿cómo lo hiciste…? Cállate la boca, no te atrevas a contarme cómo lo hiciste”.
Estas líneas contienen un elemento humorístico, pero también representan una dinámica aplicable a otras familias cubanas, en relación a hablar sobre las relaciones sexuales. En una entrevista con el escritor de la obra, Iván Acosta, este señala que el sentimiento que prevalece en El Súper cuando se menciona la virginidad es una experiencia generalizada en la cultura cubana:
“La interrelación entre Aurelia y Aurelita, también ha sido y continúa siendo una problemática que surge entre las familias cubanas y latinoamericanas, debido a los factores urbanos, sociológicos, y políticos estadounidenses. El tema de la virginidad, continúa siendo un tabú entre la población más tradicionalista e ignorante”.
Esta incomodidad muestra una actitud que es comprensible, pero esencial de abordar entre madre e hija. A pesar de que la virginidad y las relaciones sexuales muchas veces son difíciles de discutir con los hijos, es vital estimular un diálogo abierto con la suficiente energía, en el que madres e hijas puedan intercambiar sus preocupaciones y experiencias.
Otro aspecto de las relaciones familiares que sirve para representar una comunidad más grande, fuera de los personajes de la obra, es la dinámica entre Aurelia y Roberto. Acosta señala:
“La relación de pareja entre Roberto y Aurelia, era y es bastante típica entre familias cubanas de nivel educacional y socioeconómico menos desarrollado… Las raíces, los orígenes, la herencia y las tradiciones familiares, continúan siendo eslabones que mantienen a las familias semi unidas, contra viento y marea.”
El apoyo emocional que se dan Aurelia y Roberto mutuamente refleja su fuerte vínculo como marido y mujer. Podemos ver esto desde los comienzos de la obra, con el apoyo de Aurelia a los desafíos de su esposo, y también en las páginas finales, cuando ella dice: “Ay, Roberto, yo que creía que se te había olvidado que hoy era mi cumpleaños”. “¿Cómo se me va a olvidar? A mí nunca se me olvida que tú existes”.
La confianza que tienen el uno en el otro para sobrevivir en un nuevo ambiente, les permite crear un espacio funcional y lleno de amor para su hija, lo cual demuestra una relación sólida y necesaria entre los dos, ayudándoles a enfrentar los desafíos de ser inmigrantes en un país nuevo.
También, como padres, Aurelia y Roberto trabajan juntos para ofrecerle orientación y apoyo a su hija. Participan en conversaciones destinadas a asegurar su bienestar y ayudarla a enfrentar los desafíos que aparecen con las nuevas relaciones, algunas románticas. Esta conexión emocional les sirve de apoyo, consuelo, y fortaleza ante los ajustes culturales y obstáculos que confrontan.
El machismo
Además, las interacciones de Roberto con su esposa e hija también requieren comentarios sobre una actitud persistente en muchos espacios y comunidades en el mundo: el machismo.
La presencia de esta mentalidad tóxica existe en una variedad de culturas, a niveles diferentes, y su influencia es indiscutible. En la cultura cubana, por ejemplo, ciertas actitudes del machismo existen en el gobierno y en las familias, afectando la vida en pareja y el aprendizaje de los jóvenes.
De hecho, es evidente que Roberto en un nivel subconsciente internalizaba aspectos de esta actitud. En la primera escena, el grado de estrés y responsabilidad que él siente se manifiesta: “Coño, no se puede ni dormir, ni siquiera los domingos se puede dormir. Cuando no es el agua caliente, es la calefacción. (Imitando voces) Roberto, tengo una ventana rota, Roberto el llavín de la puerta no me cierra, Roberto, alguien trató de entrar en mi apartamento… ¿Quién no se vuelve loco con esto?”
A pesar de esta internalización, él se distancia, de cierta manera, de la mentalidad machista a medida que la obra progresa, específicamente cuando Roberto se involucra en la conversación con Aurelia y Aurelita sobre las relaciones de su hija, indicando participación en el crecimiento de ella.
Asimilación y preservación
Un obstáculo al que se enfrentan muchos inmigrantes es la lucha interna entre asimilarse a la cultura nueva y preservar la cultura propia, la búsqueda de un equilibrio entre las dos.
En el hogar de Aurelita, Aurelia y Roberto, los personajes reflejaban actitudes y deseos opuestos. Aurelita, la persona más joven de la familia y alguien que vive como parte de una generación separada de los otros, está al extremo del espectro, mientras que sus padres están en el lado opuesto.
Ella se asimila de una manera intensa a la cultura dominante, pasando mucho tiempo con un grupo de amigos nacidos en los Estados Unidos, y por extensión, usa el inglés en vez del español y participa en actividades propias del país con sus amigos. Aurelita se dedica de lleno a explorar el mundo nuevo de Nueva York.
Por otro lado, Aurelia y Roberto hacen hincapié en la preservación de su identidad cultural. Se resisten a la asimilación y quieren a toda costa mantener su herencia cubana. El fuerte apego que ellos tienen a su propia cultura habla de la división generacional presente en la casa, porque los padres han vivido en Cuba por mucho más tiempo y mantienen la cultura cubana en su mente y en su corazón, y la influencia de su propio país los impacta profundamente.
Como resultado, es más difícil para la pareja sumergirse en una cultura completamente nueva, que carece del mismo nivel de significado en su vida. Pero, al final de la obra, Aurelita se va con sus padres a Miami, una ciudad que ellos también ven como el ideal de muchos cubanos.
Creo que esta escena conclusiva representa un equilibrio exitoso y un compromiso para la familia. Se percibe cierta armonía entre ambas generaciones, actitudes, experiencias, y culturas a través de la decisión de Aurelita de quedarse con su familia.
Ella es una joven que se ha asimilado a la cultura dominante, aunque sus padres no se sienten tan conectados a la cultura heredada. Cuando ambas culturas conviven en un mismo espacio por suficiente tiempo, los padres van a influenciar a su hija a identificarse más con la cultura cubana, en un nivel consciente y también subconsciente.
Un fenómeno similar podría desarrollarse gradualmente en los padres por la influencia de Aurelita, ya que ella estimulará a Roberto y Aurelia a acoger las tradiciones y las varias creencias de los Estados Unidos.
Cuando le pregunté a Iván Acosta sobre el final de El Súper, me dijo: “Yo buscando un final feliz, decidí hacer que Aurelita regresase… En el montaje de la obra, hice que los tres se diesen un gran abrazo mientras todos los invitados les aplaudían muy emocionados.”
Estoy de acuerdo en que la obra tiene un final feliz, debido a que Aurelita permanece con su familia. El montaje del abrazo muestra un reencuentro físico, pero también simboliza una unión metafórica, donde comportamientos, ideas, y actitudes están conectándose y entrelazándose. La combinación desata el crecimiento de todos los personajes involucrados.
Amistad y comunidad
La manera en que Aurelia y Roberto preservan su propia cultura es pasando tiempo con otros individuos que están cercanos a ellos, en términos de proximidad y también valores, identidad, creencias, y actitudes. Por eso, la pareja interactúa gustosamente con otros personajes de raíces cubanas y puertorriqueñas como Pancho, Ofelia, Boby, y Cuco. Sin duda, hay diferencias entre ellos, pero menos que las que todos los amigos confrontan con respecto a los Estados Unidos.
Pancho, un amigo ególatra de Roberto que tiene una relación muy fuerte con su historia de revolucionario, solamente puede mantener una conversación sobre la invasión a Bahía de Cochinos, expresando opiniones agresivas. Su personalidad se opone a la de Roberto. Su mentalidad fuerte se muestra cuando Pancho afirma: “La debilidad del cubano, el humanismo. Por eso es que los comunistas avanzan en el mundo. Ellos no creen en padres, en hijos, en hermanos, ni en amigos, ni en un carajo. Por eso nos tienen jodidos”.
Los puntos de choque, sin embargo, fortalecen la presencia y vivacidad de la cultura cubana dentro de la casa de Aurelia y Roberto, porque están discutiendo y debatiendo temas sobre Cuba, lo cual suscita y aviva la riqueza de la cultura cubana en un ambiente nuevo.
Las relaciones con otros inmigrantes cubanos también sirven como un sistema de apoyo, específicamente en la amistad de Aurelia con Ofelia. Aurelia se sincera y confía en su amiga al revelarle los sentimientos que la afligen, diciendo: “Yo a veces me siento como en una prisión. Los días entre semana, ayudando a Roberto con la superintendencia, y mi costurita. Entonces llega el fin de semana, y cuando no es lluvia, es nieve, no se puede ir a ningún lado”.
También vemos este apoyo emocional en la conversación entre Roberto y el inspector, una persona angloparlante, a quien Roberto le parece inferior como resultado de no poder comunicarse en inglés. Cuando él se enfrenta al inspector, su amigo Cuco, que vive arriba de Roberto y su familia, lo ayuda a sobrepasar esta experiencia que lo sitúa en un nivel inferior al del inspector. Cuco no solamente provee asistencia con la comunicación entre los dos, sino que también ayuda a su amigo a combatir la actitud discriminatoria y pretenciosa del inspector.
El aspecto político
Todos los temas que he elaborado individualmente son importantes de considerar y desentrañar, pero es esencial contemplarlos en el contexto político subyacente que permea toda la obra.
Cito nuevamente al autor de la obra: “Todas mis obras teatrales contienen un propósito sociopolítico, en varias de ellas abordo directa o indirectamente, la problemática política de Cuba o Latinoamérica. En el caso de El Súper, utilicé el estilo de la tragicomedia, para entre chistes y penas, decir varias cosas que ningún dramaturgo cubano se había atrevido a exponer”.
Como él señala, la presencia de la política se manifiesta durante ciertos momentos a través del diálogo, en ambos contextos, graciosos y serios. Pancho describe su experiencia durante la Revolución Cubana, huyendo de las bombas: “Me escapé en un botecito de remo bajo tremendo bombardeo, imagínate tú que Fidel Castro mismo me estaba disparando desde un tanque… Qué coño traición, ni traición, no había por donde salir, por donde único me podía salvar era yendo hacia el mar”.
La existencia de conversaciones políticas en El Súper normaliza hablar sobre un tema muy relevante y que tiene una influencia tremenda en las vidas de personas de todas las clases sociales, géneros y razas. Ignorar esto en un espacio donde se tiene el privilegio de hablar, especialmente sobre dictadores como Fidel Castro, solamente contribuye a perpetuar la opresión y su poder.
Por esto, la integración de la política en la obra es imprescindible en la vida de los personajes. Vale señalar que Iván Acosta sufrió la censura en Cuba contra El Súper: “En Cuba, la obra ha estado censurada desde que se estrenó en el Centro Cultural Cubano de Nueva York, en noviembre de 1977. Después de tres décadas, un valiente profesor y editor en la Isla, se atrevió a publicarla, obteniendo un gran éxito de difusión, tanto así que, en la Universidad de la Habana se leyó en un auditorio con la asistencia de más de 300 estudiantes. Varios de ellos escribieron tesis y ensayos sobre la obra, a pesar de la censura”.
El éxito que la obra tuvo en Cuba, principalmente con estudiantes universitarios, tuvo implicaciones significativas para el país. Los lectores pueden conectarse con los personajes, como Roberto, que tiene mucha ansiedad sobre la situación política de Cuba. De esta manera, él ayuda a validar los sentimientos de otros cubanos y también siembra la esperanza en sus almas.
Conclusión
El Súper aborda temas con los que muchos lectores y espectadores pueden identificarse pero, también, algunos podrían distanciarse de las ideas planteadas en las conversaciones de los personajes, las que no son totalmente aceptadas por los elementos más conservadores de la comunidad cubana.
De esta manera, el autor establece conexiones personales muy fuertes con algunos de los individuos que leen o ven la obra. Sin duda, muchos de los personajes añaden un elemento de comprensión y empatía por las personas que luchan contra desafíos similares en su vida.
Por otro lado, el tema político con respecto a la situación cubana, y las estructuras machistas presentes en las sociedades de todo el mundo, incentivan la lucha por cambios necesarios. Además, los personajes y sus relaciones son símbolos poderosos de la sociedad. Por ejemplo, Aurelita como un símbolo de juventud hace hincapié en temas verdaderamente vitales como la virginidad, la división generacional, y el valor de la amistad.
Después de casi cincuenta años, creo que la obra todavía tiene mucho peso. A pesar de que no habla de situaciones vigentes, encontramos temas que persisten hoy en nuestra vida cotidiana, como la dinámica de géneros, la comunicación madre-hija, y el sentimiento de pertenencia.
También, El Súper educa a los lectores sobre la experiencia inmigrante y algunas actitudes sobre la política cubana durante los años setenta. El integrar un elemento histórico es una forma de preservación de la historia y de algunas tradiciones de las que pueden aprender las generaciones futuras.
Además, la obra manda un mensaje a Cuba y a los líderes del mundo, para que no repitan los errores y horrores del tipo de gobierno que todavía existe en Cuba hoy. También, aborda las dificultades que enfrentan los inmigrantes mientras navegan por un nuevo país, idioma y cultura.
Estos temas siguen siendo pertinentes hoy en día, ya que los debates sobre políticas de inmigración, seguridad en las fronteras y el maltrato a los inmigrantes, persisten todavía.
Es evidente que El Súper contribuyó en el siglo XX y aún contribuye hoy con una perspectiva dinámica y enriquecedora al espacio del teatro cubano y latinoamericano. Por su significado político y por el uso del humor, el lector puede reflexionar sobre la gravedad de los temas que se abordan en la obra.
Referencias:
Acosta, Iván. El Súper. Miami, Ed. Universal, 1982.
Entrevista personal con Iván Acosta. 20 de agosto, 2023.
Conversación personal con Iván Acosta. 21 de agosto, 2023.
Pedraza, Silvia. “El éxodo cubano: cinco olas en sesenta años”. Programa Cuba, junio 2020.
Wadley, Nicole. “The Truth About Gender Equality in Cuba”. Berkley Center for Religion, Peace, and World Affairs. 1 de octubre, 2015.
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