Citar mal

En el poema Noche insular: jardines invisibles, de José Lezama Lima encontramos estos versos:

La mar violeta añora el nacimiento de los dioses,
ya que nacer es aquí una fiesta innombrable,
un redoble de cortejos y tritones reinando.

Aparte de servir como epitafio en la tumba del poeta, las dos primeras líneas de ese fragmento suelen citarse para explicar su desbordante insularidad, y confirmar una pertenencia que suele ser cuestionada en base al aislamiento oficial que sufrió al final de su vida. El verso del nacimiento como fiesta ha sido fatigado, expropiado, reescrito, usado como apostilla útil, declamado en actos políticos…

Y por supuesto, ha sido invertido, para recalcar el lugar sobre el hecho. No voy a perder el tiempo tratando de explicar la gran diferencia que existe entre “nacer es aquí una fiesta” y “nacer aquí es una fiesta”. En realidad, la inversión se hace de manera inconsciente, e incluso muchos creen que “nacer aquí” es como debe ser y suena mejor. En su artículo Fiestas cubanas, publicado en la revista Encuentro (2001, 53-54), el profesor Roberto González Echeverría cita de este modo:

La mar violeta añora el nacimiento de los dioses,
ya que nacer aquí es una fiesta innombrable,
un redoble de cortejos y tritones reinando.

En otro ensayo, “La fiesta en Lezama”, publicado en Letras Libres, repite el error y enfatiza el “nacer aquí” explicando ese significado más conveniente:

“Como sabemos, entre sus versos más conocidos están aquellos que figuran en su tumba del Cementerio de Colón en La Habana que dicen: ‘La mar violeta añora el nacimiento de los dioses, / ya que nacer aquí [es decir, en Cuba] es una fiesta innombrable.’”

Como él, otros han leído el verso en su variante más cómoda, e incluso, ya es usual que se le oponga a “la maldita circunstancia del agua por todas partes” de Piñera. Y de esa lectura han derivado comparaciones y simbologías que sobran si se repara en el acto del nacimiento como milagro en sí: el nacimiento como fiesta.

He encontrado algunos ejemplos que ilustran la ilusión del “aquí es”:

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Pero hay un momento en la biografía de Lezama que dura más allá de la muerte. Su epitafio es su verso “ya que nacer aquí es una fiesta innombrable”. Lezama se refiere a su vida pero su muerte no fue precisamente una fiesta. [Guillermo Cabrera Infante]

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(…) pasé frente a la casi irreconocible tumba de José Lezama Lima, a menos de cincuenta metros de la de mis progenitores. Lo supe, por el nombre del padre del poeta y por el apellido Rosado. Al pie, se ve la pequeña, oscura, casi ilegible tarja en la que se acierta a leer que vivir aquí es una fiesta innombrable. [Virgilio López Lemus]

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Me conforta en verdad el Eliseo Diego que se ríe del maestro escultor, que aquel buscador de virutas “donde nunca jamás se lo imaginan”; más el Lezama de “esperar la ausencia” que el Lezama de “nacer aquí es una fiesta innombrable”. [Pablo de Cuba Soria]

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La isla recreada en «Noche insular: jardines invisibles», de Lezama, donde el poeta exclama: «Ya que nacer aquí es una fiesta innombrable», ha encarnado últimamente en la infernal «Isla en peso» de Virgilio Piñera, donde expresa como aventurando un síntoma claustrofóbico: «la maldita circunstancia del agua por todas partes». [Jorge Luis Arcos]

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Entre otros nombres, Lezama aludía a la muerte como “la gran enemiga”, y un día me dijo que quería que su epitafio fuera aquella frase de Flaubert que dice: “Todo perdido, nada perdido.” En algún momento posterior cambió de opinión y asoció, con mucha belleza, la idea de la muerte a la imagen del nacimiento. Por eso en la lápida que se colocó sobre su tumba en la Necrópolis de Colón se leen estos versos suyos: “El mar violeta añora el nacimiento de los dioses/ porque nacer aquí es una fiesta innombrable”. [Ciro Bianchi Ross]

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Es interesante notar el contraste entre la visión de Lezama en «Noche insular, jardines invisibles», donde la luz es grata, delicadeza suma y «nacer aquí es una fiesta innombrable«, con la condición fatídica que entraña el nacimiento y la condición insular para el sujeto poético de «La isla…» de Piñera. [Damaris Calderón]

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Consecuente con su propia fabulación, desde finales de los años treinta el escritor imaginó en sus ensayos y en su poesía una teleología insular, el mito que les faltaba a los cubanos, según dijo. Entre los textos permeados por esa búsqueda están el “Coloquio con Juan Ramón Jiménez” de 1938, posiblemente el lugar donde de modo más sistemático despliega esta idea, o “Noche insular, jardines invisibles” de 1941, donde en un mar violeta que añora el nacimiento de los dioses, declara que “ […] nacer aquí es una fiesta innombrable”… [Adriana Kanzepolsky]

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Como solía decirse en Cuba: Nacer aquí es una fiesta innombrable. [Derek Walcott]

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Solo acudieron al llamado del deseoso los iniciados en sus eras imaginarias, los que celebramos secretamente con él el regreso al Paradiso, a ese mundo mágico y real donde se conmemora y se rinde también un homenaje a la cubanía, porque como dijera el maestro “nacer aquí es una fiesta innombrable”. [Ileana Rodríguez Martínez]

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Leyendo una tarde en su apartamento el poema de Lezama «Noche insular…» , cuando llegó al verso «nacer en esta isla es una fiesta innombrable», Rakita se detuvo y me hizo esta reflexión:
—José, si yo fuera un ectoplasma y me fuese dado elegir donde nacer no dudaría en pedir que fuera en Cuba. [José Antonio Fernández Vidal]

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Para escribir uno lee mucho, tiene que nutrirse de muchos escritores, de muchas generaciones, como dijo el gran maestro Lezama de Trocadero, “Nacer en esta Isla es una fiesta innombrable”. [Víctor del Rosal Ahumada]

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   “Yo miré cómo mi negra harinosa se perdía en cámara lenta en la urbe requetecantada, nacer aquí es una fiesta innombrable y toda esa quincallería que a mí no me dice nada” [René Vázquez Díaz]

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Hoy, una frase en la tumba de Lezama Lima del Cementerio de Colón petrifica y predice esa cita: “La mar violeta añora el nacimiento de los dioses, ya que nacer aquí es una fiesta innombrable”. [Llamil Mena Brito]

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Como todos saben, en la tumba del poeta cubano hay una inscripción que constituye uno de sus versos más sencillos, hermosos y penetrantes. (…) el espléndido obituario lezámico que es el siguiente: Porque nacer aquí es una fiesta innombrable… [Jorge Solís Arenazas]

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Si mis palabras, dichas con toda la humildad y al mismo tiempo la soberbia que puede caracterizar a una persona que está al servicio de la poesía, han provocado reacciones, entonces desde mi espacio pequeño he contribuido a la fiesta nombrable, porque, jugando con Lezama Lima, él había dicho que nacer aquí “es una fiesta innombrable”. [César López]

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Cada generación desentierra sus muertos: el verso de José Lezama Lima “porque nacer aquí es una fiesta innombrable” fue sustituido por “la maldita circunstancia/del agua por todas partes” de Virgilio Piñera. La fe en la utopía hizo agua y dio paso a lo opuesto… [Abelardo Mena Chicuri]

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Si para él es una “fiesta innombrable”nacer en la Isla, y ella constituye la destinataria de su telos; para Virgilio Piñera es incertidumbre, insuficiencia, limitación (sobre todo existencial) por su aislamiento. [Rafael Alvarez R.]

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Eso quizá sea decisivo para todos los que han intentado marginar a Piñera del panteón de las letras patrias: él, en vez de fabular que «nacer aquí es una fiesta innombrable», nos alertó sobre «la maldita circunstancia del agua por todas partes». [Carlos Espinosa]




Apuntes para una historia del ridículo en Cuba - Manuel Sosa

Apuntes para una historia del ridículo en Cuba

Manuel Sosa

El equívoco es parte de nuestra naturaleza insular. Y además el ridículo, que nos salva de ser invisibles. Y cuando pensamos en esas ventajas, tan útiles para el arte y la política, llegamos a otra palabra querible y exacta: la desilusión. La desilusión del Almirante, la primera desilusión. Y faltaban muchas otras por venir.