Hasta en el carnet de identidad. Al que, por cierto, le falta una cifra: sólo tiene 10 dígitos, en lugar de los 11 clásicos de todos los cubanos.
La letra, por cierto, es la del propio Fidel. En 1976, él mismo era quien se dedicaba, durante horas y horas no recogidas por la historia, a rellenar los carnets de todos y cada uno de los cubanos. El tuyo también: si lo conservas, revísalo y verás.
Fidel Castro fue eso. El número 2. El ventrílocuo de su hermanito menor. Un vicecomandante barbudo bajo las órdenes de un general lampiño.
No lo digo con alegría o venganza, sino con pena propia. Se nos fue la vida bajo la botaza verde oliva de un error estadístico. Sometidos por la retórica ridícula de un segundón.
El número 1 siempre fue Raúl.
Tú los duermes en público, Fidel, del malecón para afuera. Que, del malecón para adentro, yo te los meto en cintura, Fidel.
Tú, concéntrate en discursear maravillas, Fidel, hechízalos. Mientras yo puntualmente te los despingo, desde la Sierra Maestra hasta la Plaza de la Revolución.
La foto de este lunes no es un meme, aunque lo parezca. Actualmente se está exhibiendo en el Centro Fidel Castro de La Habana.
Raúl Castro, fallecido en noviembre de este año, no se quiso ir sin dejarnos este mensaje en clave:
Reverencien o resabien el recuerdo de la Revolución. Da igual. Ustedes, los cubanos, nunca tendrán ni la más puta idea de la gloria o la grosería que se ha vivido.
Fifo Lollobrigido
Todos se irán, como se fueron Fidel Castro y Gina Lollobrigida. Nos dejaron como un toque a punto de sepia en Technicolor, impreso en la memoria de una época espectacular.