con una pistola sobre un buró de la biblioteca
cualquier ángel pacta su palabra con el demonio
afilando el impertinente lápiz
que perfila a cuba en su prístina paz con la revolución
cualquier demonio transa con ese ángel atroz
que pare prosas que nunca pasarán de moda en la provincia
al compás de un himno de combate tan mudo
como los cubanos que dejamos bajo custodia en la isla catedral
queda solo la fanfarria fósil de los fieles de alma
por inercia congénita o cariñosa enfermedad
queda solo el gesto intraducible donde los que no traicionaron
posan para el selfi de rigor en el panteón del patriarca
y en la novela de las miserias del cronista nacional
se sucede entonces la mímesis mítica de las maravillas
la pasarela de personajes igualitos a los que pudimos ser
la ristra de biografías serviles e inservibles
en la memoria oficialista de la patria patíbulo
en el olvido populachero de la pachanga nación
del odio doméstico a la familia que incubó fascismos
de la cautela retórica a la maquinita de moler carne cubana
de la aurora del comunismo a un crepúsculo maquillado de capital
corremos a ciegas dentro del espejo de las efemérides
sobreactuamos en una escena obligatoria estirada hasta lo excruciante
no habrá capítulo final para esta saga de mártires y mentirosos
reímos a perpetuidad con nuestras dentaduras postizas
porque aún nos sobra esperanza para los cubanos que no nacerán
sabemos
qué bobería
que lo lúdico es lo agónico
como sólo existen cuba y la revolución
los demonios y los ángeles se travisten de víctimas intercambiables
verdugos insulsos de la indolencia
bailando al son de aquel pistoletazo primigenio sobre un buró
el ángel maniobra rapaz por la diagonal democrática
el demonio se encabrita de ancas en conmemoración del caballo
golpes de dado que convergen en la cábala cínica de la supervivencia
el poeta y el empresario roncan el sueño de los justos
en la recámara nupcial del buen dictador
la lira y el ábaco afinan su contrapunto en la sinfonía obscena de lo sublime
baja el telón y sube el telón
la ruleta roza el tedio teatral de lo terrible
sube el telón y baja el telón
nuestros profetas más jóvenes nos anuncian un futuro septuagenario
© Foto: Cortesía del escritor a OnCuba News.