Por Yornel J. Martínez Elías
En algunas conversaciones que sostuvimos el poeta Omar Pérez y yo alrededor del año 2009, surgió la idea de fomentar un proyecto editorial que dialogara con nuestro contexto: flexible, mutante, independiente de la industria editorial. Un proyecto que desde la horizontalidad reuniera un caudal de información que lograra amplificar otras voces, evitando la jerarquización del discurso, y que propiciara, además, abrir un espacio desde lo creativo, con el fin de conseguir una autonomía cultural.
Así se creó P-350, publicación autogestionada que se solventa con el reciclaje del papel de los sacos de cemento y que constituye una plataforma capaz de visibilizar las propuestas de grafiteros, tatuadores, diseñadores, artistas visuales, creadores espontáneos, poetas inéditos, etc.
P-350 recibe su nombre básicamente del soporte donde se asienta. Es el nombre de los sacos donde viene el cemento, sacos que por fuera dicen “Portland P350” y esto es parte importante de la conceptualización del proyecto. Cuando normalmente en Cuba se usa el cemento se bota el cartucho. Nosotros comenzamos a reciclar el cartucho y lo reutilizamos como soporte para construir este bloc.
Desde el principio evitamos enmarcarnos en cualquier perfil editorial que no fuese la expresión libre y la articulación de procesos creativos capaces de posibilitar renovadas formas de experimentación simbólica. Teníamos la voluntad de que todos los temas fuesen abordados desde infinitas posibilidades, la única condición, si en algún momento existió alguna, fue que no hubiera exclusiones.
P-350, edición de arte, trabaja al margen de los imperativos comerciales y surge como un espacio de publicación en el sentido más amplio, expandiendo al máximo las posibilidades gráficas y artísticas del formato físico, fue concebida como un lugar de encuentro y yuxtaposición azarosa de miradas, de interconexión entre las diversas prácticas artísticas y literarias. No es una revista en el sentido estricto, ni un fanzine; es un espacio de libertad creativa que cuestiona el protagonismo de la gestión editorial, una plataforma horizontal que analiza el hecho mismo de la revista como la entendemos tradicionalmente —consejo editorial, serialidad, redes de producción y distribución, no pagamos ISBN y nos declaramos anti–copyright.
Antes que proyecto editorial se trata de un gesto, que se consolida a partir de las interacciones que suscitan las presentaciones del proyecto, las cuales devienen espacio para sociabilizar, donde se propicia el diálogo sobre temas variados y la interacción con la publicación, creando redes de relaciones e intercambio. Organizamos presentaciones, intervenciones, exposiciones, lecturas, talleres, que funcionan como resortes para provocar el debate y la movilidad del pensamiento, una excusa para juntarse a compartir algo y recuperar los espacios de construcción común.
La variedad de números que conforman ya la colección, permite ver la diversidad de intereses y la creatividad de las personas que colaboran con este proyecto. Los números no se venden, circulan de mano en mano y los modos de realización son disímiles: esténcil, poesía visual, caligrafía, collage, garabatos…, lo que la convierte en un objeto atractivo en sí mismo. Puedes encontrar en sus páginas desde un poema de Antonin Artaud hasta un ticket de ómnibus, es una publicación con cierta propensión al collage y al cortocircuito.
(Imágenes: P-350, No. 71, Edición Pink (La Yegua Frivolité), confeccionada por los artistas Jorge & Larry).