Hipos de Leinier Domínguez

Alguien decirlo en comentarios de YouTube, partida final de Leinier Domínguez y Timur Gareyev. Hacerlo era cuestión de tiempo, más tras saber lo que estoy por contar. Lo haré, y al final dirán si fue o no buena decisión, mas no borrará el haberme decidido. Quienes me desdeñen luego por eso, corren el riesgo de acumular ese sentir. 

Mi opinión ajedrecística sobre estos dos jugadores debo, mas es imperioso pedirles que consideren eso hecho, experiencia tan enriquecedora que me miro al espejo a ver si he adquirido alguna característica de uno de ellos, aprovechado que ya estoy en baño del US CHESS OPEN 2019. Llegaron al espejo tres ajedrecistas participantes. Uno trató de orinar más largo que el otro, mas el tercero superó a ambos y, casualmente, tiene más ELO. 

Casualmente, dices. Te resistes a creer una relación que se regala ante ti cada día. Ni establecer cómo sino aceptar que ocurre, bastidores de la fe. La relación que evidencia sucede ahora de nuevo, justo cuando lo estás pensando, de qué modo en el alma: el que más meaba comentó con los otros una teoría de cómo inducir hipo en rivales.

Si bien no era nuevo, estaba cogiendo vuelo, a punto de que un par de comentaristas hablaron en YouTube del hipo de Leinier durante la partida, terminó tablas, perdiendo a última hora el campeonato.

Llevo en la cama tirado, pensando cada vez en aquella partida, en haber ido al baño, sentida la estructura de la fe, allí, con la cara en espejo de relaciones, escuchar lo del hipo y a la salida del baño divisar a Leinier, no de frente, sino casi muy lejos, sobre el hombro de un comisionado, apenas se cumplían las condiciones mínimas para que esa estructura de relaciones se manifestara: escuchado lo del hipo solo momentos antes, idea fresca implantándose, polen suelto que a Leinier alcanzaba, en sutilezas transportado.

El ajedrecista que más meaba al decir a los otros del hipo pidió discreción, pero al final declaró que estaba de todos modos promoviendo la idea, así que mejor se dijera. Que la experiencia de esa duda cause una respuesta, o pregunta y todo quede en nada, siempre ahogando el sentido. Tal vez por todo esto, por la estructura de la fe manifestándose a tontas y locas en mí, fui yo quien sin querer causé tu hipo.

El comisionado reía lento, conciencia de relación o percibir brillante, causa misma de hipo que quién sabe y era falso, para llegar así junto a Gareyev quien de aquello seguro habría escuchado, falsos incluso los comentarios de YouTube, y así, como escalera a pabellones de lo humano, criado a latigazos por la Idea.“La jugada tablas estaba hecha antes del baño”, dijo Leinier mascando hielo a través del teléfono, hoy, después de todo este tiempo exacerbando una relación, en mi cama, sin la razón rondando, allí, una vez más, sonriéndonos a lo lejos sobre el hombro del comisionado.