1
cerebro sin intestinos que no cree en dios o metafísicas pero cuya habilidad es hablar con los espíritus
2
somos los de raza inferior
3
balbuceo de niño o lengua sin hueso de monje iracundo
4
miembros viriles deseados por todas las mujeres, ¡fornicar con el espíritu del mundo!
5
sueño en el lodo de la moral hasta caer en nuestro estiércol para bendecirnos
6
no ser nadie para ser el amo del universo
7
ni juego ni escritura ni religión ni ley en el desierto de nuestros corazones
8
la percepción de la realidad o la perfecta espontaneidad de lo existente
9
videntes de la nada o idiotas de un largo desarreglo de los sentidos con la razón
10
en el techo bailó la muerte sin contornos mientras limpiaba escaras con mierda de enfermo entre sangre vomitada y orina rancia… y en eso llegó el verano
como bendición cantaban los pájaros y los niños corrían
la vida fluye sin esfuerzos ni oposición
1
Ahora vengo a por la muerte, a por ella
sin miedo de cantarle su canción tenebrosa
y nauseabunda.
Ahora que me la llevo sin prisas
a donde no fastidie con sus muertos.
En este instante cuando la música
que nos gustaba vuelve a escucharse
como himno de vida,
nos recuerdo entonces libres
desprejuiciados, galácticos.
¿Qué nos pasó? ¿Que nos quitó la
muerte antes de tiempo?
2
Viajábamos riendo por las autopistas
del mundo. Fuimos felices en aquellos
sueños que por fin podíamos cumplir. Tú me mirabas, niña
grande abandonada en el arcén de la vida. No nos importó
la prosa del amor. Mejor así, dijimos, nuestro amor
no se escribirá con la vieja gramática de los amores egoístas
y cobardes, esa poesía abyecta que pinta un mundo de rosa.
Fuimos hasta el fin de los tiempos. Estrujamos lo sublime
en busca del barro. Chapoteamos con gusto en el barro.
¡Y un día encontramos la pepita de oro!
3
Ahora llueve. Tu ausencia
corre junto al agua que alimenta
a la tierra. Me hundo en tu amor
que aún perdura entre tantas
oquedades.
Me levanto, friego, pongo arroz a cocer.
Cada gota que cae es tu nombre
repitiéndose en la maldita
memoria bendita.
Y a veces me sorprendo
esperándote. Me acerco a la puerta y miro.
No vaya a ser que por casualidad
asomes un día otra vez.
4
Pero no abro la puerta. Eso sólo ocurre
en la literatura.
En la vida, otra es la música. Tú me lo enseñaste
con tu crudo realismo que no supe comprender
en su momento. Allí en mi ignorancia quedé
calcinado. Ahora lo sé. Siempre te amaré.
Y si no abro la puerta
es para que no entre la muerte.
Aunque me gustaría morir un día de lluvia
en cualquier sitio, menos en tu corazón.
Aparta con cuidado
a la mosca. Ella también
vive en su letargo.
No fue nunca asunto
de unidad.
No hay nadie
No hay nada
Es tu mente siquitrillada.
Vida de piedra
lenguaje de arena
feliz caigo en tus caprichos.
Enfermo de ideas
perturbado de razón
mi ser corre hacia la nada.
Pégame escupe mi cara fea,
pasa la noche con otros que te soben.
Me amas con la garra del delirio,
de rodillas suplico que me inflijas.
Cada acto de humillación u odio
aumenta el amor y exalta el deseo.
Cuando me hundo en tu cuerpo
recupero el estado de un feto.
Después, todos se marchan complacidos
a las tantas de la madrugada
y quedamos frente a la bestia que amamanta
nuestras noches demenciales.
Te dejas violar en mi altar privado.
Lujuria y virtud, me regalas tu muerte
tu cuerpo tu vida.
Poseído por la impiedad te monto
te monto te monto te desfondo.
Somos animal perfecto que danza
con dios en el final de los tiempos.
Anticipo el desastre.
La fuerza loca de tu instinto
despierta ansias de contemplar la muerte.
De rodillas muerdo tu coño,
tú orinas en mi boca.
Somos felices con el demonio a cuestas,
¡lombrices de la tierra, fecundad el cielo!
La violencia del deseo te penetra,
tendida sumisa complaciente.
Rebajada la razón a lujuria desatada.
Monstruo de mí, te violo sin cesar.
Vomitas y alguien bebe tus babas,
te arrastras devorada por la fiebre
del gran falo que romperá tu alma.
Nadie escucha la verdad del espíritu
cuando salta el demonio poseído.
Un hombre dos cuatro cinco diez,
a hurtadillas vienen a por ti.
Entran por la ventana
simulas dormir.
Fuera, simulo no saber.
El amor no tiene duración, transcurre simplemente.
En tu ausencia crece el amor.
En tu presencia la pasión enloquece.
Series elusivas de un dolor feliz precipitan mi amor.
Enredados en la imagen de nosotros mismos
perturbados por…
VI Premio de Periodismo “Editorial Hypermedia”
Por Hypermedia
Convocamos el VI Premio de Periodismo “Editorial Hypermedia” en las siguientes categorías y formatos:
Categorías: Reportaje, Análisis, Investigación y Entrevista.
Formatos: Texto escrito, Vídeo y Audio.
Plazo: Desde el 1 de febrero de 2024 y hasta el 30 de abril de 2024.