“No estoy diciendo que vaya a tener lugar, sino que podría ser posible”, afirmó el teniente general Carsten Breuer, máximo responsable militar alemán.
“No estoy diciendo que vaya a tener lugar, sino que podría ser posible”, afirmó el teniente general Carsten Breuer, máximo responsable militar alemán.
En un desaliñado encuentro en Nueva York, Amaury Pérez se cruza con su pasado y se enfrenta al éxito de dos excompañeros de secundaria.
Poco antes de enamorarme perdidamente de ella, sin metáfora ni oxímoron, sino solo deseo y enseguida un sentimiento, recibí una invitación de ‘Neutral Room’.
Venezuela, el país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, está a punto de perder el control de su refinería Citgo, con sede en Houston.
El viceministro cubano de Asuntos Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, la persona de contacto cubana en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, habla con el periodista de inmigración y política de CBS News, Camilo Montoya-Galvez.
Dicen que hay tipos matando perros. Y viejitos que se desmayan bajo el sol.
La frontera entre Estados Unidos y México refleja los cambios económicos y el impacto en la comunidad de la intensificación de las medidas de seguridad.
El conflicto entre Irán e Israel, impulsado por tensiones religiosas y geopolíticas profundamente arraigadas, da forma a su duradera y compleja rivalidad.
El Consejo de Transición de Haití pretende acabar con el dominio de las bandas y abordar las profundas desigualdades de cara “al día después”.
La representación de la mujer constituye una constante en el trabajo de Sandra Vásquez de la Horra (Viña del Mar, 1967). Pareciera ser representada a partir de la presión moral que se genera entre lo que podríamos llamar la mujer “honorable” y la “infame”: las mujeres aparecen como brujas, prostitutas, monjas, madres o diosas.
Una amiga me contó su diálogo con el chofer de una guagua. Él decía que había que cuidarse de los terroristas que rompían cristales de las tiendas; ella le preguntó su opinión sobre las tiendas en MLC. Cuando mi amiga se bajó en su parada, el chofer le gritó: “Si no te gusta, vete pa’ San Isidro”.
A una señora que participó en un acto de repudio, yo le pregunté: “Fulanita, mija, ¿y por qué tú te prestaste para eso?”. Ella me respondió: “Porque la placa de mi casa está en candela y no tengo forma de resolver. Aparte, nos dieron merienda y tú sabes que yo tengo un niño. A mí no me importa nada, porque yo no le importo a nadie”.
Feministas cubanas y aliades pretendemos con esta carta contextualizar y pronunciarnos en contra de recientes y reiterados episodios de discriminación, exclusión y violencia promovida y/o ejercida por el Estado contra las mujeres cubanas.