Ver videos de gente deforme me hace feliz, dice ella. Pero, ¿qué tipo de gente deforme?, pregunto yo. Pues hay muchos tipos de personas deformes. Hay gente deforme por dentro, hay gente deforme por fuera. Hay gente deforme por dentro y por fuera. La deformidad es muy relativa, argumento yo.
Bueno, no te compliques tanto. Yo hablo de gente deforme, normal. Gente que le falta una pierna. Gente en la India que tiene un tumor gigante en la cara. Gente con obesidad mórbida. Esas cosas… Tú me entiendes, ¿no?, dice ella.
Yo conozco a gente deforme. No de videos, sino en vivo. O sea, que las he saludado, que les he preguntado por qué tienen deformidad.
Conozco a alguien al que le faltan los dos brazos.
Conozco también a gente a la que le faltan dedos.
Cuando tenía como diecisiete años me presentaron a un fotógrafo al que le faltaban como cinco dedos. Estábamos en una galería, iban a exponer una foto de él. Yo estaba mirando una foto en la galería. La foto de él. El chico se me acercó y me dijo que si yo era la amiga de Carla. Yo le dije que sí. El chico tenía las dos manos metidas en los bolsillos de la chaqueta. Sacó una para saludarme y vi que solo tenía dos dedos en esa mano. Uno de esos dos dedos era el meñique.
Yo le agarré el meñique y le dije mucho gusto, soy Amanda. Le agarré el dedo con mi dedo índice y mi dedo anular.
Recuerdo que el chico miró mis dos dedos como queriendo decirme, oye qué cool que tienes todos esos dedos. Como su cara se prestaba para preguntas que me gustan, le dije que me inquietaba saber si siempre había estado así. Me dijo que no, que había tenido un accidente hacía como siete años. Le dije que me inquietaba saber si extrañaba la sensación de tocar con los dedos que él no tenía. Me dijo que sí, que por supuesto. Que la gente no se da cuenta de la diferencia que existe entre cada dedo, sensorialmente hablando.
Encogí el resto de los dedos y le dije: anda, salúdame como yo te saludé a ti, a ver qué se siente que te agarren el dedo meñique. Me dijo que no tenía pulgares. Bueno, salúdame con los dedos que tengas, da igual. La cosa es sentir la diferencia entre el saludo agarrando la mano completa y el saludo agarrando el dedo meñique.
Creo que eso lo hizo sentir bien. Quizás imaginó que a mí también me faltaban dedos. Quizás se sintió acompañado.
No creo que haya grupos de personas sin dedos, grupos a donde puedas ir a conversar sobre lo que significa, específicamente, que te falten dedos. Le dije eso y se sintió mal. De vuelta al universo en el que los demás tienen diez dedos y él cinco. Solo nuevamente. Nos despedimos y se alejó caminando rápido, incómodo, molesto.
Como a la media hora regresó con una cerveza para mí. Me pareció una reacción interesante.
Todo esto lo estaba recordando, no se lo dije a ella. Solo reduje la conversación a: yo conozco a gente deforme; conozco a gente a la que le faltan los brazos y a la que le faltan dedos.
Ella me preguntó que si eso me hizo sentir feliz. Yo le respondí que no, pero que en realidad a mí nada me hacía feliz, porque ese es un concepto que no entiendo, y si no lo entiendo no lo siento.
Pero tú, que sientes tanta felicidad al ver videos de personas deformes, ¿cómo sabes que te hace feliz? ¿Qué es para ti la felicidad?
Para mí la felicidad es ver que esas personas de los videos están jodidas y yo no. Bueno, sí estoy jodida porque no tengo dinero, pero al menos no me faltan partes ni tengo cosas raras en el cuerpo. Mi cuerpo es normal.
¿Por dentro y por fuera?
Por dentro y por fuera.
A mí me operaron de la vesícula. No tengo vesícula actualmente. Entonces, ¿eso significa que soy deforme? Te repito la pregunta del inicio: ¿qué es la deformidad?
Para mí la deformidad es que a tu cuerpo le falten cosas o tenga cosas de más, responde ella.
¿Pero qué son cosas de más? Porque tener cosas de más va desde que te pongas espejuelos hasta que tengas un tumor en la cara. Y eso de más es relativo, porque yo no siento que sean cosas de más. Usar espejuelos es algo que ya es parte de mi esencia; tener un tumor en la cara también es parte de mi esencia. Tener un implante de corazón también es parte de mi esencia, a menos que yo entre en un drama y piense que no son parte de mí. Además, ¿qué es un cuerpo? ¿Cómo es un cuerpo?
La verdad es que yo también veo videos de personas deformes. Y de enanos. También veo videos de zoofílicos y veo videos de gente pobre por el mundo y veo videos de gente rica. Eso tampoco se lo dije, me interesaba más escucharla, y hacer preguntas, que contar mis cosas.
La verdad es que yo veo esos videos porque sí. O no, no porque sí: veo esos videos porque son vidas diferentes a la mía. O vidas que simulan ser diferentes a la mía, pero que en el fondo son las mismas. Tienen los mismos problemas que yo, sienten las mismas cosas que yo.
Ahora que lo pienso, seguramente veo esos videos para sentir que yo no soy solo yo en el mundo, sino que soy yo en conexión con el mundo. Eso es divertido. Alivia.
Alivia y desespera a la vez, porque entonces aparece otro pensamiento: yo soy exactamente lo mismo que el resto del mundo. No hay nada especial en mí.
Todas esas cosas que mencionas no son parte de uno, dice ella. Además, hay una diferencia. Los objetos son implementos de los cuales uno dispone. Las deformidades no. Las deformidades están ahí y uno no puede cambiarlas, aunque quiera. Por eso son deformidades, porque no puedes solucionarlas.
Oh, ya, está bien. No estoy de acuerdo, pero comprendo tu punto. La cosa es que tú te sientes especial, dije yo.
Sí, eso; me siento especial y bendecida porque Dios me trajo al mundo perfecta, sin ningún problema, dijo ella.
Oye, pero eres fea. No te lo tomes a mal, pero eres fea. Quizás, si hicieran un video sobre ti, mucha gente bonita se sentiría feliz (comprendiendo la felicidad como la entiendes tú). No sé…
Bajó la mirada, la colocó en su barriga. Medio que respiró y me miró.
Pero es que la fealdad es relativa. Quizás para ti soy fea, pero para otra persona no. Seguramente para muchas personas tú también eres fea, dijo ella.
Sí, seguramente, no lo dudo. Pero entonces, si la belleza es relativa, las deformidades también. Las formas del cuerpo son disímiles. La cosa es que el cuerpo cumpla su función. Y su función es muy simple: poder existir en un plano espacial que necesita de él para ser un espacio en sí, respondí yo.
Amanda, ya me tienes aturdida. Tú hablas muy enredado. Tú piensas muy enredado. ¿Por qué? ¿Simplemente, no puedes aceptar que ver videos de gente deforme me hace feliz y ya? Sin tantas preguntas y sin tantas vueltas.
Bajé la mirada, me miré los dedos.
El problema es que eres una grosera por decirme en mi cara que soy fea, dijo. Y también eres una grosera por estarme arruinando una cosa, una sola y simple cosa que me hace feliz.
Mija, tranquila, solo estamos conversando.
No, conversando no. Porque ahora no sé lo que es cuerpo, no tengo claro qué es una deformidad, me hiciste sentir una morbosa, me da cosa mirarme frente al espejo y, aparte, me quitaste la idea de que soy feliz por lo que Dios me dio a mí y no a los otros. Ya me voy.
Se fue.
La observé caminar apurada. Se veía perturbada, mal, como aquel muchacho con cinco dedos.
Prendí un cigarro.
Debo reconocer que, sin estar clara de lo que es la felicidad, me sentí en ese momento inundada de una alegría cómica que me hizo escuchar música divertida en mi cabeza y mover el cuerpo.
Quizás eso es lo que a mí me hace feliz. Molestar a las personas. Dejarlas sintiéndose mal. Así de simple. Suelo hacer eso mucho, quien sabe por qué.
La gente es muy retorcida.
Todos somos retorcidos.
Quizás Dios me dio esa cualidad. Soy una bendecida.
¿Soy una bendecida?
¿Acaso es una deformidad? ¿Una deformidad en mi glándula pineal, quizás?
No lo pude evitar y le mandé un WhatsApp haciéndole esta pregunta.
No me ha respondido. Pero lo hará, seguramente lo hará.
A la gente le gusta que las hagan sentir mal.
Huele a carnero hervido
¿Cómo te habrás llamado, carnero? ¿Qué estabas haciendo con tu vida hasta que te llevaron al matadero, carnero? ¿No te desespera y te droga el “buenas” del presentador del noticiero, carnero? ¿A ti te gusta el noticiero, carnero? Este es un texto sobre el olor, el tiempo y la paciencia.