El Búnker

Sección del profesor, traductor, crítico y coleccionista de arte François Vallée donde se habla y reflexiona sobre el arte cubano contemporáneo.

Gustavo Acosta: una epifanía del silencio - François Vallée

Gustavo Acosta: una epifanía del silencio

Gustavo Acosta dibuja y pinta el futuro que se hunde en el pasado, el derramamiento del sueño en la vida real, los recuerdos fraguados por la erosión del olvido. No tiende al espectador anhelante el cebo de una significación, de una demostración, sino una sugerencia para que su visión se abra, desborde su época y resuene su espacio mental.

Ezequiel Suárez: el arte otro - François Vallée

Ezequiel Suárez: el arte otro

El arte de Ezequiel Suárez constituye una bocanada de aire fresco, un palmo de narices, una burla a costa de la cultura seria. Una oposición radical al arte establecido, complaciente, ilusionista y sentimental. Un rechazo a cualquier forma de arte virtuoso, técnico, profesional, doctrinario…

Carlos García de la Nuez: travesía de las apariencias - François Vallée

Carlos García de la Nuez: travesía de las apariencias

La obra de Carlos García de la Nuez defiende la abstracción natural de la pintura, esto es: la pintura en sí, la que desde las cuevas de Altamira hasta la obra de Picasso, pasando por Velázquez, siempre ha sido abstracción, o más bien concreción de sensaciones específicas. Para él, hacer una obra de arte es volver a los orígenes.

Raúl Cordero o la sacralidad de la imagen

Raúl Cordero o la sacralidad de la imagen

El proyecto artístico de Raúl Cordero se articula alrededor de la cuestión insoslayable de la representación y del sentido de la imagen hoy día. O en cómo la profusión de imágenes artísticas que produjo el siglo XX y que el siglo actual sigue produciendo, ha terminado por embotar el estatuto histórico de la imagen, su aura, según el concepto de Walter Benjamin.

Ernesto Leal, o la disidencia creadora

El arte de Ernesto Leal actúa como un poder dentro del poder. Para alcanzar la capacidad de actuar o denunciar no conviene incurrir en un expresionismo patético o en un arte político ilustrativo, sino tomar el riesgo de infiltrar los dispositivos de la representación para desenmascararlos y ponerlos a prueba.