Gustavo Acosta dibuja y pinta el futuro que se hunde en el pasado, el derramamiento del sueño en la vida real, los recuerdos fraguados por la erosión del olvido. No tiende al espectador anhelante el cebo de una significación, de una demostración, sino una sugerencia para que su visión se abra, desborde su época y resuene su espacio mental.
Artes Visuales
Arte cubanoamericano en Miami: Let’s Do Nada!
Adalberto Delgado: “Do you believe this?! We should do something”. Fred Snitzer: “Let’s do nada”. Y así, un poco a lo Tzara, con el mismo nihilismo pero en espanglish, en la humedad sofocante del pantano y entre sorbos de vino, en el verano de 1983, nació Nada.
Ezequiel Suárez: el arte otro
El arte de Ezequiel Suárez constituye una bocanada de aire fresco, un palmo de narices, una burla a costa de la cultura seria. Una oposición radical al arte establecido, complaciente, ilusionista y sentimental. Un rechazo a cualquier forma de arte virtuoso, técnico, profesional, doctrinario…
Carlos García de la Nuez: travesía de las apariencias
La obra de Carlos García de la Nuez defiende la abstracción natural de la pintura, esto es: la pintura en sí, la que desde las cuevas de Altamira hasta la obra de Picasso, pasando por Velázquez, siempre ha sido abstracción, o más bien concreción de sensaciones específicas. Para él, hacer una obra de arte es volver a los orígenes.
Cuatro artistas cubanoamericanos en New Jersey
Si el arte cubano en el exilio ha derivado en arte cubanoamericano, y si este no establece vínculos con el discurso nacionalista, para bien o para mal, ¿cómo puede esta producción visual contribuir a la restauración o recomposición simbólica y ética de la nación?
Veamos la obra de Sandra Cordero, William Pérez, Douglas Argüelles, Jorge Wellesley.
Footnotes para la construcción de una vanguardia cubanoamericana
¿Podrá algún día exhibirse y conceptualizarse en el mundo cubano de adentro y afuera, como vanguardia feminista, esta zona del arte cubanamerican? Ojalá que sí, aunque para ello haya que esperar a que los seguratas de uno y otro bando ya no existan.
¿Para qué sirve la bandera cubana?
Cuando el gobierno de un país no actúa a cabalidad ni a la altura de las expectativas, los símbolos patrios devienen expresión última de nuestra inconformidad, nuestras angustias y nuestras esperanzas. El único modo efectivo de hacer oír nuestro reclamo.
La precariedad: tour de force del arte cubano
Un amigo que tuvo por hobby infiltrarse en reuniones de cuadros, escucha la arenga del director de una excelsa institución de la cultura: “No podemos estar ociosos en la batalla, con esto de los espacios alternativos para el arte y con el financiamiento que reciben…”
José Ángel Toirac: reciclar la historia
Decidido a transitar sobre esa cuerda floja que es el espacio arte como escenario social y político, la obra de José Ángel Toirac hace visible las contradicciones que engendra el propio sistema.
Juan Roberto Diago: la cicatriz como historia y sanación
Bajo el pretendido manto de igualdad que esconde el eufemismo de nación multicultural, el discurso hegemónico destierra toda posibilidad de discusión en torno a la desigualdad racial, condenando un área sensible de la sociedad cubana al ostracismo y la invisibilidad. Es justo aquí donde se ubica el protagonista de la obra de Juan Roberto Diago.









