Las obras de Jeine Roque se revelan como auténticos palimpsestos de símbolos y de sentidos. Su apariencia es siempre tramposa: esconden algo más que se le niega a la evidencia del ojo. Tejen una sofisticada trama y una urdimbre en la que los elementos del vocabulario visual van construyendo desvíos retóricos y asociaciones aleatorias.
Columnistas
Nuestros artículos de opinión responden exclusivamente al estilo y criterios de sus autores. Asimismo, entendemos como una obligación con los lectores, la verificación de los datos y el trato respetuoso a las personas aludidas, aunque se critiquen sus actos o ideas.
Orestes Hernández: un mambí sin camisa arriba de un toro
Una amiga me enseña unas figuras de madera que me ponen a trabajar el coco. “¿De quién son?”, le pregunto. “De Orestes Hernández, un tipo que está fuera de liga”, me dice. Yo no estoy muy al tanto del arte cubano actual, pero me pongo a buscar en Internet y veo otras esculturas, instalaciones… Y veo una foto de Orestes Hernández. Me parece conocido.
Umberto Peña: un brinco en la próstata
En el libro Umberto Peña. Bocas, dientes, cepillos, restos (Zuiderdok, 2020), el lenguaje de Carlos A. Aguilera es chispeante, suelto, provocador; las respuestas de Peña son a veces generosas, otras veces esquivas, pero a través de su plática fraternal intuimos la hostilidad del contexto, las motivaciones y el legado de este gran artista.
El nasobolluco: del deseo a la intoxicación
Modulaciones del sabor, mengua del oxígeno, fade out del contexto pandémico. Quiero creer que en toda Cuba esta modalidad del sexo oral termina siendo una estocada exultante. Me gustaría someter mis nasobucos a diversas intervenciones devotas del pop art. Ahora que vamos a entrar en el desierto, vendría bien jugar un poco.
En el centenario de Eliseo Diego
Habría que repetirlo con todas las sílabas, como un mantra: el 2 de julio de 1920 nace en La Habana Eliseo Diego, uno de los nombres mayores de la lírica del idioma. Útil por siglos, Eliseo Diego es el poeta cubano arquetípico, hijo noble de una época de esplendor de la palabra en la patria.
Hackear a Magela Garcés: esto nunca ocurrió
Todo fue una treta. Hacking No. 2, de Lil Puñeta, fue un ensayo llevado a la praxis. Un experimento similar al de Hacking No. 1, su antecedente inmediato en El octavo círculo, curada por Magela Garcés. Participa, como todos los ensayos de esta columna, de diferentes hipótesis sobre algunos fenómenos corrosivos de Internet.
Bitácora olfativa 23 abajo
Las ciudades huelen. Los distintos lugares de las ciudades huelen uno diferente del otro, como las partes del cuerpo. Los pies de la ciudad no huelen como huele detrás de sus orejas. La cabeza de una ciudad no huele como sus axilas, ni como su sexo. La Calle 23 es el vello abdominal del Vedado: se encuentra entre el tórax y el área púbica.
Everglades: la literatura no importa
Everglades: salvajismo, histerización, excentricidad. Everglades: lo único que me enloqueció durante una cuarentena en La Habana, y que verdaderamente definió mi training de lengua, mis fiebres de hembra. Es una suerte que Everglades todavía sea literatura: la necesaria, la enloquecedora.
Félix Sautié: “Mi teléfono te lo dio la Seguridad del Estado”
Uno de los comisarios más cercanos al poder durante la década de 1960 y 1970 en Cuba fue, sin dudas, Félix Sautié Mederos. Estuvo cargo de publicaciones como Mella, El Caimán Barbudo y el periódico Juventud Rebelde. Hoy es un hombre solo que escribe sobre teología y la Revolución “traicionada”.
Hacking No. 2: la secuela
“Hacking No. 2”, la pieza inaugural de Teoría Puñetera, exposición personal del artista Lil Puñeta, es la secuela inmediata de su obra debut (“Hacking No. 1”, en El octavo círculo, curada por Magela Garcés). Este nuevo hacking hurga en los archivos de mensajería de la cuenta de WhatsApp de la otrora curadora.









