No sabrá siquiera / De su propia Muerte / Muerte ignorada / Quizás peor que la muerte que duele / La que deja constancia y espanto de decir / “Ah, miren, estoy muriendo” / El tiempo es horror / El infinito.
Hypertexto
Una independencia de imitación
Ambos, el comandante y el cineasta en jefe, se agarran a las asas atroces de la campana para no dejar pasar sus quince quinquenios de fama en nuestra infamia nacional.
Magali Alabau
Magali Alabau. Poeta. Nació en Cuba y reside en Nueva York desde 1968. Estudió teatro. Ha publicado entre 1986 y 2016 nueve poemarios.
El cuerpo tatuado de la reclusa: una forma de sedición
Una escritura que desacraliza y destruye, a partir de elementos asociados a lo femenino, lo escatológico y lo sexual lésbico, los paradigmas impuestos por el poder opresivo del patriarcado.
La maldad y los poetas nacionales
Agustín Acosta y Nicolás Guillén: ambos eran “de provincia”, estudiaron Derecho, presumieron de antiyanquis, cultivaron eso que se llamó “poesía social” y vertieron bilis sobre Lezama y Orígenes.
Ping pong fuera
Miren esos ojos, compañeros, perdidos en la luz de la ventana o los raquetazos del Jefe. Destilan presencia y orgullo. Son biología hecha voluntad. Irradian ideas de un futuro con ínfulas de inmortalidad. Todo pulcro, todo positivo: fe, fuerza, fascismo.
El modelo de prensa en Cuba: entre la hegemonía ideológica y la reinvención del periodismo cívico
En el contexto del espacio contencioso transnacional digital, el Estado cubano solo ha reafirmado la naturaleza restrictiva de sus normas legales.
Carne de UMAP
El fotógrafo norteamericano Lee Lockwood es el culpable clave en esta tragedia. Su lente los está delatando a las autoridades. Su arte de periodista profesional norteamericano acaba de desgraciar a seis familias cubanas.
Sueños, espíritus y memoria en la poesía negra de Eusebia Cosme
Puedo sentir las palmas suaves y gentiles de las mujeres que me guían. Saboreo el cálido congrí que sale de una olla empleada una y otra vez en el sagrado acto de cocinar el pasado.
República volante no identificada
Éramos niños con el juguete nuevo de la solvencia y la libertad. La televisión instauraba una perdedera de tiempo hedonista, que muy pronto se trastrocaría en horas y horas de Fidel Castro acaparando cada cámara y cada micrófono, denunciando a enemigos eternos y proscribiendo por igual a comediantes y vedetes.