Artistas presos políticos en Cuba: Septiembre 2024, registro y actualización

El Observatorio de Derechos Culturales tiene entre sus roles fundamentales el acompañamiento a los artistas e intelectuales cubanos privados de su libertad por discriminación política u hostigados por el sistema para coartar su derecho a expresarse y su agencia dentro de la cultura y la vida social del país en general. Respondiendo a esa misión, llevamos adelante la Campaña por los Artistas Presos en Cuba, que consiste en el registro de casos, pero también en su seguimiento. Cuando lanzamos la campaña, estábamos conscientes de que se trataba de un registro preliminar y de que era necesario continuar investigando. Como resultado de esas pesquisas, hemos identificado un nuevo caso en la provincia de Matanzas, el cual visibilizamos a continuación. 

Se trata de un joven de veinticinco años, vecino del municipio de Jovellanos, en la provincia de Matanzas. Su nombre es José Alejandro Rodríguez Gelín. Lo detuvieron el 12 de julio de 2021 por manifestarse pacíficamente en las jornadas históricas del 11J. Lo acusaron de Desorden público e Instigación a delinquir, y lo sentenciaron a cinco años de privación de libertad que cumple en la Prisión de Máxima Seguridad de Agüica, donde también está el rapero Rolando Sardiñas (El Koka), otro de los objetivos de nuestra campaña.



José Alejandro Rodríguez Gelín, antes de ir a prisión / Foto: Cortesía. 


Los episodios de violencia contra el joven comenzaron inmediatamente después de que se lo llevaron al Centro de Detención del Departamento de Investigaciones de la Seguridad del Estado, conocido como el Técnico de Matanzas, donde estuvo cuarenta días sin ver a su familia. Especifica su madre que allí fue torturado de varias formas, incluida restringirlo a un espacio soterrado, con poco oxígeno y luz, hacinado con casi diez hombres más en celdas de apenas un metro y medio por dos, donde los guardias introducían aire caliente a través de unos tubos de metal. Era tanto el calor que tenían que andar semidesnudos todo el tiempo. La comida no era más que una pequeña porción de arroz con tierra y una especie de sopa de agua y grasa. En ese momento José solo tenía veintidós años.

Allí conoció al periodista independiente Orelvys Cabrera, quien ha dado testimonio a muchos medios de prensa, entre los que destaca el Washington Post, sobre los abusos sufridos en ese centro de tortura. Sus testimonios también están recogidos en el Informe sobre la represión a los manifestantes del 11 de julio de 2021, presentado por la organización internacional Human Right Watch. 

Su madre confiesa que casi enloquece al pasar las semanas sin poder ver ni escuchar a su hijo, porque tampoco le permitieron llamar por teléfono. “Esos cuarenta días —nos dice— lo torturaron a él y me torturaron a mí. Después que lo trasladaron al Combinado del Este, la separación siguió, supuestamente por la pandemia del covid. En total estuve tres meses sin ver a mi hijo. Cuando lo tuve delante de mí casi ni lo reconozco por lo delgado y desmejorado que estaba. Fue muy duro. Él fue el que me dio ánimo”. 



Tatuaje de Meibel Gelín en homenaje a su hijo José Alejandro / Foto: Cortesía.


Después de un tiempo en el Combinado del Este, lo trasladan finalmente a la prisión de Máxima Seguridad de Agüica. Meibel explica que es una de las cárceles más peligrosas de la provincia y posiblemente del país, por lo que ella vive en alerta permanente por lo que pueda sucederle a un muchacho pacífico, sin previa relación con el ambiente carcelario. 

José Alejandro tiene problemas de salud desde muy joven. En los años del Servicio Militar Obligatorio padeció una metaplasia intestinal, que es la antesala del cáncer de estómago. Con mucho esfuerzo pudieron revertirla en aquel momento, pero las condiciones precarias de la prisión le han vuelto a provocar numerosos problemas estomacales, entre ellos crisis reiteradas de gastritis. Además, ha sido operado ya dos veces dentro de la cárcel a causa de infecciones por la insalubridad en derredor suyo.

A pesar de que ya supera los tres años de cárcel y no tiene antecedentes penales, le han negado la libertad condicional y tres veces la solicitud de traslado a un régimen de campamento. Su madre asevera que esas negaciones se deben a que su hijo nunca ha abandonado una actitud digna dentro de la prisión, y mucho menos se ha desdicho de los reclamos por los que salió a la calle el 11 de julio de 2021.


Un país de libertad construido con palabras

A José Alejandro Rodríguez Gelín siempre le gustó escribir. Desde muy joven llegaba de la escuela con las libretas llenas de cuentos y escritos cortos. Cuando no estaba escribiendo, estaba leyendo, por lo que decidió estudiar Licenciatura en Español-Literatura. Primero comenzó la carrera en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, en la capital cubana, pero a causa de la metaplasia intestinal tuvo que trasladarse a la ciudad de Matanzas y allí estuvo hasta que lo detienen por las manifestaciones. Sin embargo, en su expediente penal constaba solo noveno grado de escolaridad, cuando en realidad tenía el doceavo grado vencido y cursaba el segundo año de la universidad, a la cual accedió después de vencer el proceso eliminatorio de ingreso a la educación superior.

En la prisión, las palabras, leídas o escritas por él, han sido su refugio y su escudo. Muchos poemas han salido de la cárcel dedicados a su mamá, pero también a otros miembros de la familia, como su hermana o sus abuelos. 



Poemas dedicados a su madre y a su hermana menor / Imagen: Cortesía.


A veces también le escribe a la libertad, a los tiranos que lo tienen encerrado, al futuro que imagina para Cuba. Uno de esos poemas se titula “Patria”.



Poema “Patria” / Foto: Cortesía. 


Además de escribir, utiliza el tiempo en la prisión para leer sin cesar. Solo se interrumpe para conversar con los amigos que ha hecho en la cárcel, sobre todo Félix Navarro,[1] del que ha aprendido mucho. Lamentablemente, el mes pasado a Félix lo trasladaron a otra sección de la prisión. 

“Que se llevaran a Félix le ha dolido mucho a mi hijo, porque ellos eran una sola persona. Eso no gustó a la Seguridad del Estado. A pesar de eso, José Alejandro no deja de mostrarme una fortaleza que ni yo misma, que soy su madre, sabía que él tenía. Él se ha propuesto resistir, y así mismo lo ha hecho. Su salud mental es increíble, a pesar de las enfermedades sufridas, pero sobre todo a pesar de las pérdidas familiares sufridas. Fundamentalmente, la muerte de su abuelo fue muy dura y ni siquiera lo dejaron venir a despedirse. Solo le dijeron: ‘Llama a tu casa, que alguien se murió’. Mi padre, desde que mi hijo fue preso, nunca más sonrió. A las horas de que detuvieran a su nieto salió a la puerta de su casa a gritar que se lo devolvieran, por lo que tuve que buscarlo a la estación de policía. Nunca se acostumbró a esta situación de cárcel del niño, al punto que yo estoy segura que lo mató la tristeza. De hecho, murió llamando a mi hijo”.

Todas estas emociones pasan por la mente y el cuerpo del joven José Alejandro y se convierten en palabras. Con ellas combate el miedo y la desilusión, pues como él mismo dice: “Donde hay alma, no hay fantasmas”. 



Poema dedicado por José Alejandro a su abuelo después de su fallecimiento / Foto: cortesía. 


Situación de los artistas presos políticos en Cuba

A inicios del presente año, el Observatorio de Derechos Culturales publicó, en dos entregas, la actualización de los quince artistas encarcelados que hasta ese momento constaban en nuestros registros, como parte de la Campaña de Artistas Presos en Cuba. En los últimos seis meses hemos monitoreado dichos casos, así como los de los tres artistas con sentencia, pero sin internamiento, de los que hemos realizado perfiles individuales con anterioridad. En total, con la incorporación reciente de José Alejandro Gelín, suman diecinueve casos de artistas sentenciados, tres sin internamiento y dieciséis cumpliendo sus condenas en cárceles de todo el país. No queríamos cerrar el primer semestre de 2024 sin volver sobre sus historias, a través de los testimonios imprescindibles de sus familiares. 

La situación de peligro de Maykel Castillo (Osorbo) aumentó considerablemente entre marzo y abril de 2024. Primero le retiraron las llamadas por varios días y luego, el 18 de abril, cuatro presos lo encuadrillaron y lo agredieron físicamente, provocándole una herida profunda en la hélice de la oreja izquierda. Todo esto sucedió con la complicidad de los guardias de la prisión, que lo esposaron y dejaron con las manos libres a los agresores. Denunciamos ese suceso compartiendo el reportaje realizado por El Estornudo, que incluía una carta que el propio Maykel logró sacar de la prisión, donde explicaba pormenorizadamente lo ocurrido. Producto de este último episodio de violencia, exigió ser llevado a una celda en solitario en la cárcel del 5 y Medio de Pinar del Río, como último recurso para salvaguardarse. Allí permaneció hasta que los oficiales del penal trasladaron a otra compañía al cabecilla de la agresión.

Aun en medio de tan graves circunstancias, Maykel no renunció a la respuesta pacífica, como demuestran sus palabras, enviadas en una llamada unos días después del ataque: 

“A veces perdiendo se gana, la violencia no es correcta cuando cumplimos una pena injustificadamente (…) las personas como yo, que sabemos que tratan de hacernos daño en todos los momentos, tenemos q tener la capacidad para ver todos los escenarios posibles y no cometer el error de darle una solución permanente a un problema temporal”.

Por la misma fecha, abril de 2024, el también rapero Ibrahim Domínguez, que cumple diez años de privación de libertad en la Prisión de Máxima Seguridad de El Boniato en Santiago de Cuba, fue igualmente golpeado sin poder defenderse. Ibrahim llevaba varios días con un fuerte dolor de muelas, por lo que decidió acudir a la enfermería. Estaba en la cola, tranquilo, cuando un guardia empezó a humillarlo y a la mínima respuesta de Ibrahim, lo esposaron y le dieron una brutal golpiza entre siete guardias. 



Denuncia de la golpiza propinada a Ibrahim Domínguez por los guardias del penal / Imagen: X (antes Twitter) ODC.


Su familia tuvo conocimiento de lo ocurrido y se presentó al día siguiente en la prisión con la intención de ver a Ibrahim y confirmar el incidente. Viajaron desde Contramaestre muy temprano para llegar a las 7:00 am al penal, y tuvieron que esperar hasta las 2:00 pm para ser atendidas. No solo no permitieron verlo, sino que intentaron evadir lo ocurrido diciéndoles que Ibrahim había tenido que ser reducido a la obediencia, y que la próxima vez sería peor. El trato grosero del jefe de tratamiento de la prisión y sus amenazas a la seguridad del recluso convencieron a la familia de Ibrahim de hacer la denuncia de todo lo ocurrido en Fiscalía Militar, en un intento de aliviar la situación del artista y prever posibles acciones de revancha en su contra. Luego de un largo proceso de espera, sí consiguieron una disculpa por el maltrato que les dieron en la prisión, aunque no lograron que se reconociera el hecho de la golpiza. 

En la Prisión de Melena del Sur, en la Provincia de Mayabeque, otro músico acumula sobre su cuerpo múltiples episodios de violencia. Se trata de Juan Enrique Pérez, condenado a ocho años de privación de libertad. Juan Enrique es un preso que jamás ha aceptado ninguna prebenda en la cárcel, en constante rebeldía por su injusta sentencia. Cada vez que tiene la oportunidad revive la protesta que realizara el 11 de julio de 2021, pero dentro de la prisión. Como represalia, además de la violencia física y los reiterados confinamientos en celdas de castigo, también han querido incriminarlo colocando objetos violatorios del reglamento penitenciario entre sus pertenencias o involucrándolo en trasiego de drogas. El objetivo es abrirle una nueva causa que extienda el encarcelamiento. Hasta ahora no lo han conseguido, pero el segundo jefe de la cárcel lo hostiga permanentemente desde hace alrededor de tres meses, en un afán con visos de ensañamiento personal, para rendirlo por desgaste. Su esposa, Dayana Aranda, es un pilar en el apoyo incondicional de Juan Enrique. 

Desde la capital cubana, esta vez provenientes de la prisión del Combinado del Este, nos llegan noticias del rapero Yasmany González, con nombre artístico Yasmany El Libre. Su salud se ha deteriorado mucho en prisión a causa de las reiteradas negaciones de atención médica y la obstrucción al paso de medicamentos. Justo en septiembre, su esposa, Ilsa Ramos, hizo una directa para denunciar que Yasmany se encontraba con fiebre y dolor muscular, y que aún no le entregaban los fármacos que ella había llevado a la visita unos días antes. Para entonces, el artista llevaba enfermo varias semanas a causa de la contaminación del agua, lo que provocó ostensible adelgazamiento. 

A inicios del presente año, Yasmany todavía no tenía una sentencia firme. Finalmente, fue condenado a cuatro años de privación de libertad por Propaganda contra el orden constitucional. Sin embargo, a pesar de tratarse de una sanción menor, le han negado los pases y otros beneficios reglamentarios. Sobrevive escribiendo canciones y cartas, también ha empezado a realizar unos diarios ilustrados que su esposa ha publicado por partes en sus redes sociales. 



Collage de poemas y dibujos de Yasmany El Libre / Imagen: Facebook. 


Hace aproximadamente un mes, numerosas organizaciones y grupos de solidaridad de la sociedad civil independiente, como el Observatorio de Derechos Humanos, o la plataforma Presos Políticos de Cuba, se hacían eco del deterioro físico del artista preso Wilmer Moreno Suárez. Conocido dentro de la música urbana como Míster Will D’Cuba, también ha sido impedido de recibir atención médica y se mantiene acosado por presos comunes con alto grado de peligrosidad en la Prisión de Máxima Seguridad del Combinado del Este. Wilmer tiene una hija menor de edad y, con treinta y seis años, ostenta la condena más larga de los artistas que el ODC ha identificado y una de las más largas de todos los manifestantes del 11J: dieciocho años de privación de libertad. 

El caso de Luis Manuel Otero tuvo un nuevo clímax a principios del mes de agosto, producto de un altercado con los guardias de la prisión de Guanajay, que querían reducir su tiempo en el teléfono. De repente, la llamada que estaba realizando se cortó bruscamente, lo que provocó una movilización de la comunidad cubana y de las organizaciones internacionales que defienden que los derechos fundamentales de Luis Manuel, y de todos los presos políticos, sean respetados. El Observatorio de Derechos Culturales emitió una alarma por la escalada represiva contra el artista, e hizo un llamado a que cesara la instrumentalización de presos comunes en su contra. También denunció el trato diferenciado que las autoridades cubanas hacen de su caso, por razones de discriminación política, privándolo de los beneficios que le corresponden como sancionado primario. En febrero de 2024 el Tribunal Municipal de Artemisa había denegado la solicitud de libertad condicional a favor de Luis Manuel, a pesar de que ya para entonces había cumplido más de la mitad de su condena de cinco años de privación de libertad. 

En junio de 2024, nuestro equipo publicó una nueva actualización de su caso y el de Maykel Castillo Pérez, al conmemorarse dos años del juicio a ambos, realizado en el Tribunal Municipal de Marianao a puertas cerradas y bajo un fuerte operativo policial. Desde la cárcel de Máxima Seguridad de Guanajay, Luis Manuel continúa impulsando su obra. En agosto, a raíz de la quinta medalla olímpica del luchador Mijain López, le dedicó un poema que salió publicado en sus redes sociales. 



Poema “A Mijaín López”, de Luis Manuel Otero Alcántara  / Imagen: Facebook.


A otros artistas presos sin antecedentes penales, sin embargo, sí se les ha respetado el derecho a acceder a un régimen de internamiento de más flexibilidad, así como a tener pases periódicos a sus hogares. Son los casos de la artista visual y tatuadora holguinera Jessica Lisbeth Torres y del rapero santaclareño Randy Arteaga. Esta situación ha aliviado considerablemente la situación de ambos jóvenes que, además, son padres de niños pequeños. Vale mencionar que en el caso de Randy la programación de los pases no ha estado exenta de irregularidades como, por ejemplo, la suspensión de la visita correspondiente al mes de mayo. El ODC se mantiene al tanto del desarrollo de este particular. 

Aunque la solidaridad de los artistas e intelectuales cubanos ligados al oficialismo cultural es nula, creadores independientes se han manifestado en defensa de sus colegas presos, ese es el caso de los cultores del hip hop nucleados alrededor de la Campaña Exprésate, de la plataforma Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana. Como parte del disco Libres por derechos, el rapero El Elokuente lanzó el tema “Pagando el precio”, donde describe el dolor de Lideisy Brito Montero, la madre del músico Dayán Gustavo Flores Brito (Yen Crey), condenado a catorce años de privación de libertad por participar en las protestas del 11 de julio ocurridas en su Barrio de Mantilla, en La Habana. 

Muestras de respaldo también suscita la escritora María Cristina Garrido, de la provincia de Mayabeque. A solo horas de su excarcelación, su hermana Angélica declaraba en sus redes sociales: “Dejo junto a mi hermana María Cristina Garrido mi alma, mi corazón y mi espíritu…”. En un reportaje para Martí Noticias relató con más detallas los abusos cometidos contra ambas en la prisión y el golpe tremendo que significó la pérdida de sus padres y no poder verlos antes de morir. Mientras Angélica fue liberada por cumplimiento total de su condena de tres años de privación de libertad, a su hermana María Cristina le faltan cuatro años, los que cumple en la prisión del Guatao. Sobre la diferencia entre ambas condenas Angélica ha declarado: “Por ese falso testimonio que dieron en el juicio, a mi hermana le suman cuatro años. Fue por una mentira diciendo que María Cristina Garrido estaba vinculada a una riña tumultuaria el 11 de julio en la noche. Por dicho delito le sumaron cuatro años más a su sanción”. En agosto del presente año, Angélica impulsó junto al abogado de María Cristina el recurso de Revisión de causa, el único legalmente posible después de agotada la apelación. 

Especialmente grave es el caso del joven Marcos Antonio Pintueles, que era menor de edad cuando fue detenido y que, después de unos meses en su casa al ser excarcelado en marzo de 2022, vuelve a ser encerrado en junio del propio año. Solo le faltaban dos meses para terminar sus estudios de técnico medio superior de Economía cuando fue nuevamente encarcelado. En ese tiempo que estuvo en la calle, Marcos explicó con detalles la violencia con que lo detuvieron y los horrores que había vivido en la prisión. La periodista Annarella Grimal lo entrevista justo días antes de que tuviera que volver a la Prisión Correccional La Aguada para terminar de cumplir su sanción de cinco años de trabajo con internamiento. No han ocurrido cambios en su situación, hemos tenido conocimiento de las dificultades extremas que enfrenta su familia para sostener su manutención en régimen de internamiento.

Al igual que Marcos Pintueles, Rolando Sardiñas (El Koka) hace parte de la comunidad de hip hop cubana, aunque pertenecen a diferentes generaciones. Sardiñas ya pasó a régimen de campamento, en la misma prisión de Agüica. Su hermana Aylín, quien ha llevado adelante una denodada lucha por su libertad, informa que saldrá de pase en el mes de octubre. 

También en campamento, Toledo1, se encuentra el artista visual Elier Padrón Romero, manifestante de La Güinera. Recibió una condena de diez años de privación de libertad. No tenemos certeza de que haya podido salir de pases a su casa.

Además de los catorce artistas presos mencionados en esta nota, tomando en cuenta la incorporación de José Alejandro Rodríguez Gelín, constan en nuestros registros el músico habanero Marlon Hitachi (Marlon El Em1nente) y el artista visual Ángel Miguel Martín Caro (El Bolo), vecino del municipio de Bejucal, en la provincia de MayabequeAgradecemos cualquier información que familiares o amigos quieran compartir con el equipo del Observatorio de Derechos Culturales en el afán de otorgar mayor visibilidad a sus casos y, con ello, contribuir a una mayor protección del grupo de artistas cubanos encarcelados por ejercer el derecho a la libertad de expresión.





Nota:
[1] Félix Navarro Rodríguez, abogado y maestro, destacado miembro del movimiento disidente cubano. Fue parte del grupo de 75 presos políticos de la Primavera Negra y actualmente purga condena por participar en las protestas populares del 11 de julio de 2021. Nombrado Prisionero de Conciencia por Amnistía Internacional.





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Uno de los títulos de este año es sin duda ‘Cuchillo. Meditaciones tras un intento de asesinato’ (Random House, 2024), de Salman Rushdie