No es el embargo el culpable

El embargo estadounidense no limita la libertad de expresión del pueblo cubano, ni la libertad de prensa, ni de asociación. El embargo no impide que haya elecciones libres en Cuba, ni impide el respeto por los derechos humanos. Tampoco golpeó a los cubanos por manifestarse el 11 de julio del 2021. Ese día ni lo mencionaron.

El embargo estadounidense no le dice a los cubanos que hablen bajito, o que no hablen, ni los amenaza con botarlos del trabajo. Y a los niños no les advierte que le pondrán un acta en el expediente por mala conducta. Tampoco les exige ser como el Che, ni que griten “pioneros por el comunismo” ni “Patria o Muerte”. De hecho, no obliga a gritar ninguna consigna.

El embargo estadounidense no prohíbe otros partidos políticos en Cuba. Ni quita el Internet cuando hay protestas o hechos significativos en la Isla. Ni amenaza a los periodistas cubanos con meterlos presos. El embargo no firmó el Decreto-Ley 349, ni el Decreto-Ley 370 ni el Decreto-Ley 35. Y muchos menos aprobó una Constitución donde el Partido Comunista está por encima de la misma Carta Magna y el socialismo fue declarado irrevocable.

El embargo no firmó el Decreto-Ley 349, ni el Decreto-Ley 370 ni el Decreto-Ley 35.

El embargo estadounidense no encarceló a Luis Manuel Otero Alcántara, ni a Maykel Castillo (Osorbo), ni a José Daniel Ferrer, ni a Sissi Abascal, ni a Félix Navarro, ni a Lázaro Yuri Roca, ni Aymara Nieto, ni a los niños del 11 de Julio de 2021, ni a las más de mil personas que protestaron en el estallido social de ese 11J. De hecho, el embargo no encarcela a nadie en Cuba.

El embargo estadounidense no obliga a los cubanos a ir al desfile del Primero de Mayo, ni a los actos de reafirmación revolucionaria, ni a las reuniones del CDR, ni a los trabajos voluntarios. Tampoco obliga a los cubanos a publicar propaganda comunista en las redes sociales, ni les da un palo para que golpeen a otros cubanos solo por pensar distinto.

El embargo estadounidense no prohibió la separación de poderes. Tampoco prohíbe a las organizaciones que velan por los derechos humanos, ni a los partidos políticos opositores. Ni prohíbe a los movimientos, grupos, y personas ejercer su derecho de asociación y a disentir. De hecho, el embargo no prohíbe la oposición al régimen comunista.

El embargo no prohibió la separación de poderes ni a las organizaciones que velan por los derechos humanos.

El embargo estadounidense no persigue a las Damas de Blanco, ni encarceló a los 75 en la primavera de 2003, ni declaró ilegitimas las firmas del Proyecto Varela, ni tuvo nada que ver con el accidente provocado en el que eliminaron a Oswaldo Payá el domingo 22 de julio de 2012. No es el embargo el que dejó morir en huelga de hambre a Orlando Zapata Tamayo en 2010. Ni a Pedro Luis Boitel en 1972. Ni a la Laura Pollán en 2011. Ni a tantos otros patriotas y mártires. 

El embargo estadounidense no prohibió la marcha pacífica del 15 de Noviembre de 2021, ni la del 30 de abril de 2020, ni ninguna otra iniciativa ciudadana para exigir derechos y justicia. El embargo no le dice a los policías que disparen contra el pueblo, ni a las tropas antimotines, ni a los esbirros. 

No fue el embargo el que sacó de manera forzada a los acuartelados del Movimiento San Isidro en 2021. No fue el embargo estadounidense el que reprimió al pueblo durante el Maleconazo en 1994. Ni tampoco tira huevos y piedras, ni hace actos de repudio, ni ha fusilado a nadie. No es culpa del embargo que en los últimos meses los cubanos hayan encontrado más y más vías para huir de Cuba.

El embargo no tira huevos y piedras, ni hace actos de repudio, ni ha fusilado a nadie.

No fue el embargo estadounidense el que llamó “malnacidos” a los cubanos, ni “anormales”, ni “lumpen”, ni “escoria”, ni “gusanos”. Tampoco los persiguió por ser homosexuales, o por practicar su religión de preferencia, o por ser objetores de conciencia. El embargo no prohíbe levantar mezquitas, o tener un cementerio propio, ni reunirse en una iglesia.

No es el embargo estadounidense el que prohíbe a los cubanos crecer económicamente, ni emprender sus propios negocios y tener empresas. El embargo no exporta las langostas cubanas, ni los camarones, ni los limones, ni los refrescos, o las cervezas, o los cigarros entre muchas cosas más.

No es el embargo quien impuso una dictadura y mantiene en la miseria a los cubanos.

No es el embargo estadounidense el que, durante más de sesenta años, convirtió a Cuba en un infierno comunista donde los cubanos caminan por sus propias calles como zombis, gastándose la vida en una cola sin saber siquiera qué sacaron en la tienda. No es el embargo estadounidense el que impuso una dictadura y mantiene en la miseria a los cubanos. 

¿Sabes tú quiénes sí son los verdaderos culpables de todo lo anterior?


© Imagen de portada: L’odyssée Belle.




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