“De Cuba me queda una conciencia sociopolítica muy presente, y un temor constante a que mis coterráneos pierdan sus cuotas ganadas de libertad. En mi arte, al igual que en mi vida, busco involucrarme o fomentar espacios libres, donde el compromiso no sea visto como una limitación o un dogma”.
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Gustavo Acosta: Recaídas temporales de ‘cuban affairs’
“Como dijo Osvaldo Sánchez, yo soy de una obstinación casi reaccionaria. En La Habana de los ochenta, cuando ocurrió la explosión de las artes visuales y todos mis colegas empezaron a hacer extraordinarias instalaciones, yo me preguntaba: ¿qué hay de malo en seguir pintando?”
Leandro Feal: “Crear nuevos imaginarios de una Cuba en transición”
“Pertenezco a la generación que algunos hemos llamado Generación 349, ya que fue la que lideró y se hizo adulta echando la batalla contra ese nefasto Decreto. Es la misma generación de los periodistas independientes actuales, y es la que estuvo en primera línea frente al Ministerio de Cultura el 27 de noviembre de 2020”.
Alejandro Ulloa: “Aunque no lo parezca, los artistas tenemos poder”
“Estoy orgulloso de mi generación: están revolucionando la historia. Tenemos mucho que perder, pero tenemos muchísimo más por ganar. Por eso el miedo a expresarse libremente es cada vez menor. El arte tiene un papel protagónico en un cambio social nunca visto en más de sesenta años”.
Armando Mariño: “Cuba es un cáliz envenenado del que me alejé”
“La evolución tecnológica de la sociedad ha relegado al arte a un espacio elitista y marginal en términos de experiencia. Hoy en día tiene más influencia, en el imaginario colectivo, un estúpido video de TikTok que una pintura de Picasso o Kiefer; eso es la tónica de nuestra época”.
“Las entrevistas son la sífilis de los tiempos modernos” (Jean-Luc Godard)
Flavio Garciandía: “Hacer chistes nunca se me dio (a pesar de que esa era mi verdadera vocación), pero fabricar citas falsas, sí”.
Alberto Casado: “Cuba le pone color a los cristales que pinto”
“Veo a mi generación como la de la resistencia, aquella que desde la más absoluta oscuridad del Periodo Especial, supo hacer florecer un arte nuevo, auténtico y vigoroso. Una generación que tuvo que tragar en seco y aceptar que es difícil, casi imposible, transformar nuestra realidad política y social desde el arte”.
Andrés Montalván: “En algún momento tendré que sentar cabeza”
“Produje mi obra al mismo tiempo que ellos, pero no creo pertenecer a la generación de los noventa. Tampoco creo ser el representante más importante en el campo de la escultura y el dibujo de esa generación, como lo escribes, no creo ser representativo de ella: los textos críticos y las exposiciones lo muestran”.
Marta María Pérez Bravo: “El mercado del arte es un asco en sí mismo”
“Mi obra parte casi siempre de alguna investigación o estudio de bibliografía especializada en los temas religiosos. Abordo estos temas desde el principio, para saber de qué estoy hablando y poder hacer una interpretación de esas verdades desde mi punto de vista como persona y como artista”.
Darwin Estacio Martínez: “Ahora todos andan detrás del dinero”
“Ser artista cubano te pone siempre bajo la égida de lo político: se espera cierta responsabilidad, cierta actitud. Pero esto está presente también en otras partes del mundo: los artistas, en especial los más conocidos, se convierten en la voz de los que no pueden o no saben hablar, y eso conlleva una alta responsabilidad”.