Etiqueta: El compañero que me atiende

Samuel Beckett o la pulpa de papel

Samuel Beckett o la pulpa de papel

En los años setenta, cuando en la colección Cocuyo aparecieron obras honorablemente serias, estuvo a punto de difundirse Malone muere. Los ejemplares fueron reducidos a pulpa gracias al juicio de algún funcionario higienizador. Beckett era literatura degenerada. Y leer a Beckett y aprender algo de él bordeaba la degeneración.

Seres ridículamente enigmáticos con nombres simplones

Cuando en un programa de la televisión cubana, Razones de Cuba, dieron a conocer al mundo su trabajo para la policía política cubana, descubrí que la única ingenuidad de la que no había logrado desprenderme era esa que me hace ver aún hoy a los amigos como seres puros, nobles, incapaces de actos deleznables en mi contra.

Texto escrito especialmente para la antología El compañero que me atiende.

El comediante que me atiende

Ante el “policía secreto de cabecera”, quienes sienten miedo real o virtual procuran auxilio en quienes lo caricaturizan.
Sería la manera de ignorar o exorcizar la omnipresencia del intruso parternaire.

Mi comisario del otro mañana

Para los 3 o 4 esforzados agentes del «Aparato» que desde finales de los 80 han intentado tenazmente reclutarme como informador. Pero en especial para aquellos que analizaron la idea y la desecharon como improcedente. Muchas gracias, de todo corazón, por su realismo.

Texto escrito especialmente para la antología El compañero que me atiende.

Memoria de un teléfono descolgado

Tuve siempre la sospecha de que estaban grabando nuestras conversaciones. El teléfono era descolgado constantemente por la mano del funcionario que en aquella oficina, donde tantas veces había estado, trataba de explicarnos de modo enfático por qué no se nos permitía acudir al evento.

Texto escrito especialmente para la antología El compañero que me atiende.