Necesito unos segundos de reflexión para tratar de explicarles qué diablos pasa con los narradores de la Generación Cero y por qué muchos de sus libros me parecen de una ridiculez inenarrable. Digamos que se trata de textos que no tienen o no conducen al clímax. O como también se le conoce en el CENESEX: “templar sin venirse”. Lo de la Generación Cero es la narrativa tántrica.