En verdad os digo: todo es muy raro respecto a la Revolución Cubana. Sobre todo, cuando se mira en detalle cada detalle de su épica más realista.
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Sobre la necesidad de una esclavitud cubana
En la foto de este lunes vemos al negro Esteban Montejo, sonriente y con medalla, junto al blanco Miguel Barnet. Por supuesto, nunca coincidieron en vida. La foto es falsa. Un montaje a lo Korda. A la cara, a lo descarado.
La dictadura del doble
Como en el final del cuento “El muñeco” de Virgilio Piñera (durante décadas censurado por Virgilio Piñera en Cuba), los cubanos aguardamos ahora estúpidamente ser despedazados por las manos de nuestra propia inocencia.
Tiranía y ternura
Hombres y mujeres solventes sonríen como si estuvieran observando a dos criaturitas con reminiscencias humanas, ambas domesticadas por el amor de un pequeño príncipe llamado Fidel.
Peligro de conjunto
Como no se produce la apertura ni hay transparencia, aumentan la ansiedad y la inseguridad. Es como si las oportunidades y los lugares en la vida solo alcanzaran para unos pocos, como ocurre en las colas. Esa situación convierte una vez más al cubano en competidor del cubano y genera un individualismo disociador.
El “macrofraude”
Lo indignante, humillante y alienante es que surgen muchos factores reforzando pública o veladamente este compás de espera, sustituyendo la esperanza por la sumisión.
De las mujeres, por las mujeres, y para las mujeres
Los sobrevivientes a Fidel somos ahora sus bastardos.
El Korda de los Nikitas
Por este lunes de post-revolución, les dejo este testimonio gráfico de Korda, que viajó con su tan amado ‘top model’ de verde olivo (porque Fidel fue quien hizo fotógrafo al cheo publicista de Korda, eso que nadie lo dude).
Gustavo Arcos, el MoMA y mutantes en el edificio Altamira
Recogimos a Gustavo muy temprano en la mañana. Ya en el carro, Miguel le comunicó que rodaríamos en casa de Tania. Gustavo masculló: “Ya tú sabes”.
Nuestra propia historia
La realidad es que en Cuba se ha mantenido un orden de no derecho que ha instalado una cultura del miedo y que, al mismo tiempo, ha jugado con las circunstancias internacionales a su favor y en contra de la libertad de los cubanos.