Hay una violencia monstruosa y metastásica, y de momento uno quiere ser otro. Salirse. Escapar.
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Doña Clara: otro nicho en el universo Riera
“Doña Clara seguirá siendo un emprendimiento con un primordial deseo de investigación, renovación y acercamiento a una alimentación atractiva, tradicional, familiar, con algo de historia y resiliencia”.
Mi Habana 502
Mi Habana tal vez comience a ser solo un recuerdo, porque mi Habana, también, fue como una madre sin recursos que al ver que no podía darme un futuro, me dio en adopción para que me marchara en busca de algo mejor.
Con Walter Kaka fajado contra los tiburones
Me dan un papelito con dos números: 392/231, y me indican que tengo que aprendérmelos. Paso a un cuarto donde me toman una foto de frente y de lado. Típico procedimiento de prisión. Me dirigen a la celda 231, ahora soy un número: el 392.
Más julios y menos eneros
Por primera vez, el pueblo expresa su sentir, sin otra convocatoria que la de la tristeza, la desesperación, el terror y el horror que cada cubano nacido después del 59 ha tenido que experimentar.
Esperar tiempos más propicios
Sentarse a dialogar desde el poder implica estar dispuesto a cambiar en cierto grado el rumbo. No es simplemente hablar, ni es oír con paciencia las quejas y reclamos que alguien hace para luego seguir por donde se iba.
Cuando los caminos se cierran
No sabemos convivir en la contradicción, en el diálogo libre y respetuoso. En cuanto advertimos alguna divergencia la convertimos en blanco de una “batalla de ideas”.
¿Qué puede haber parido el 11J?
Miguel Díaz-Canel es un orador pésimo, sin carisma, cuya autoridad es cuestionada por haberla heredado de Raúl Castro vía dedazo; parece estar seco de ideas e iniciativas, incluso a ratos da la impresión de que detesta su trabajo.
Ciclos
El ciclo sísmico es un proceso que no solo sirve de alegoría para explicar o entender cómo se ha desarrollado la lucha del pueblo cubano por su libertad, sino también el ciclo nostálgico que sufrimos los exiliados.
La incertidumbre de no saber lo que iba a pasar
Me cargaron, me levantaron en peso. De ahí, sentada en el piso con los brazos en alto, haciendo el símbolo de libertad con los dedos, me cargaron en peso unas ocho, diez personas, y me lanzaron adentro de un carro.