La editorial Betania publicará este otoño todas las cartas de Gastón Baquero a Lydia Cabrera, en una edición preparada y prologada por Ernesto Hernández Busto.
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Cuba, tradición e imagen (II): Una cultura de la resistencia
La resistencia de la dignidad contra los que quieren abatirla, podría describirse como la batalla entre una planta y un árbol. La planta es la caña de azúcar; el árbol, la palma.
Lezama Lima a mediados de los años 30
“Interesa, sobre todo, fijar la imagen de ese joven poeta iconoclasta que aprovecha todas las oportunidades para hacerse visible y se mueve con libertad entre ‘los pajes, los comunistas y los sultanes’”.
Un revolucionario abochornado. Trayecto de Carlos González Palacios
Cómo una Revolución se pervierte a sí misma; cómo abre, pero también cierra el camino de lo revolucionario tras agotar las energías de varias generaciones.
Esteban Antonio de Varona: ‘Trinidad de Cuba’ y las disputas sobre el imaginario fotográfico cubano
Esteban Antonio de Varona se hizo fotógrafo en Cuba, según su propia versión del asunto, acuciado por su interés en fotografiar la ciudad de Trinidad.
Marta Jordana: “Encendernos juntos y realmente respirar”
Insatisfechos de no poder hacer arte, sino de perpetuamente pensarlo y sopesarlo, queríamos pasar a la acción.
El patio vacío. Cuatro cartas de Amelia Peláez a Lydia Cabrera
Amelia Peláez se adaptó como pudo a la Revolución y su política cultural, pero nunca apoyó el proceso que llevó al exilio a muchos de sus amigos y colegas.
El malestar de la cultura cubana. Doce apuntes de exilio
A casi ningún cubano le interesa hoy el destino del ser cubano, ni las preguntas de la gran cultura criolla o republicana. Eso es tierra arrasada.
José Mario: “Cabrera Infante entristece a los tigres” (Inédito)
Comparto con los lectores de Fiebre de Archivo un inédito de José Mario Rodríguez (1940-2002). El texto es un borrador preparado para la revista ‘Exilio’, pero nunca llegó a publicarse; al parecer, por sus duras críticas al escritor Guillermo Cabrera Infante. He reproducido el manuscrito tal y como llegó a mis manos.
Mene mene, Miami
La señora sacó un paquete de chocolates M&M y me dijo: “¿Quieres mene mene?” La miraba en el avión, con todos esos años, luchando para sus hijos, luchando para sus nietos. Al llegar a la Isla, me deprimí. La ciudad estaba oscura. Un país desolado. Destruido. Un país que no existe.