La ruta 28 fue acaso la primera que desapareció con la Revolución. De Correos a Buenavista, en La Habana. Pero ahí continúa esta ruta 28 en específico, con sus 82 expedicionarios a cuesta y sus metales restallando bajo el flash de la cámara. Es maravillosa. Una mole de plata sobre el papel.
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Bolero de los bolos
Aunque no lo parezca, en esa felicidad fascinante está la clave de la invasión militar de Moscú a Ucrania, una especie de limpieza dental que ya se estaba incubando en mayo de 1963.
Una independencia de imitación
Ambos, el comandante y el cineasta en jefe, se agarran a las asas atroces de la campana para no dejar pasar sus quince quinquenios de fama en nuestra infamia nacional.
Ping pong fuera
Miren esos ojos, compañeros, perdidos en la luz de la ventana o los raquetazos del Jefe. Destilan presencia y orgullo. Son biología hecha voluntad. Irradian ideas de un futuro con ínfulas de inmortalidad. Todo pulcro, todo positivo: fe, fuerza, fascismo.
Carne de UMAP
El fotógrafo norteamericano Lee Lockwood es el culpable clave en esta tragedia. Su lente los está delatando a las autoridades. Su arte de periodista profesional norteamericano acaba de desgraciar a seis familias cubanas.
Mientras Cuba vota
Con este plebiscito de una ley que ya es ley aprobada oficialmente, el militariado local está haciendo una prueba de zafarrancho de combate electoral.
Arco
Sobre el Arco, / el norte manso y benéfico. / Mapamundi de estrellas y constelaciones / con nombre anglo. / Brújula de la victoria para los que llegamos a ti, / ante ti, / huyendo del paraíso terrenal.
La generación cero está en tu mente
A mí lo que me interesa es el género, el género de la generación. Y ese género es femenino.
No llores por mí, Mijaíl Serguéyevich
Con la muequita chula de Mijaíl Serguéyevich se infiltró en Cuba todo el cinismo escéptico que quedaría flotando en la Isla cuando su Aeroflot oficial despegó. Una estela de soledad supersónica recorrió entonces nuestros esqueletos enclaustrados en La Habana.
Cumpleaños de cristal
Eran los años 70 del socialismo cubano. La miseria aún no conseguía convencernos de ser miserables. Era demasiado pronto todavía. Recién acabábamos de nacer y nuestros padres apostaban por una generación más, por favor, una más. Antes de reconocerse tristes de remate, con esa tristeza tan típica de las utopías.