El arte político es el que entiende las consecuencias de la obra, y permite que esta comprensión influya en aquello que consideras decisiones estéticas. Esos artistas cubanos que lo vendieron todo para tenerlo todo, también son artistas políticos. Usar el arte para lamer botas también es hacer arte político.
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Hay una sola manera de callarme
¿El gobierno se siente tan débil que tiene que impedir una charla por internet? ¿Les preocupaba que se hablara del manifiesto del 27N? ¿De la nueva Cuba que ya existe, a pesar de ellos? ¿El hostigamiento es una manera de indicarle a todos que no se acerquen a INSTAR? Me aburren.
¿Qué tienen estos hombres en común?
Las feministas cubanas no somos un bloque homogéneo. Nos estamos reconociendo, nos estamos acompañando en la articulación de un movimiento transfronterizo. No nos van a ver, por ahora, en desfiles fotogénicos con las tetas al aire, y no se nos puede exigir que nos enfrentemos solas al poder. #NoResinguenMás
En tiempos de necropolítica: ¿dirigentes u operarios?
A los dirigentes cubanos, ¿ya empieza a importarles su futuro? ¿Ya están leyendo los testimonios que, desde hoy, los juzgan? ¿Empieza a importarles cómo serán vistos por las próximas generaciones? ¿La “continuidad” es más importante que la operatividad? Tienen la palabra.
Desconocer al otro: dos caras del mismo problema
La canción protesta y el arte político son proclives a recibir el escarnio de los malos políticos. Para ellos es mejor que nadie proteste, que nadie desafine en el coro unánime. Si alguien lo hace, les causa una “indescriptible repugnancia”. Qué pena: yo he disfrutado “Patria y vida”. No encuentro nada antipatriótico en ella.
La guerra de todo el pueblo
Para desmovilizar a los instrumentos de la violencia, es urgente abolir la estructura antagonista Amigo-Enemigo. Lxs artistas, intelectuales y periodistas que hoy enfrentan al poder en Cuba, desafían esa lógica porque manejan las herramientas semióticas para desarmarla, pero también porque cuentan con amplias redes de afecto.
La sociedad civil, la administración Biden y el cuento de la buena pipa
El Estado cubano, en franca descomposición, pondrá zancadillas a la administración Biden-Harris en su cometido de seguir el camino abierto por Barack Obama. Lo hará hasta el último estertor, porque de ello depende su sobrevivencia, porque el poder totalitario depende de una ideología que justifique la nación en pie de guerra.
Desamparo: Testimonio de los sucesos del 27E
Las habituales justificaciones del Estado ante la brutalidad policial se desmoronan ante las imágenes del 27 de enero, al mismo tiempo que suman apoyos, no por la patria en abstracto sino por los afectos, porque son colegas, conocidos o conocidos de conocidos que, quizás por primera vez, han sentido que a ellos también les pudiera pasar lo mismo.
De Barack Obama a San Isidro: ¿Qué bolá Cuba?
Lo he dicho en otras ocasiones, pero vale la pena repetirlo: Tanto el engagement como la estrategia del garrote están atrapadas en un círculo vicioso, en una política de bandazos que conducen al mismo callejón sin salida. Estados Unidos debería abstenerse de intervenir en la Isla. De lo contrario, Cuba seguirá a expensas del presidente norteamericano de turno.
El fin del bluf revolucionario en Cuba
Hace mucho que la Revolución Cubana pasó de ser un proyecto a ser un producto. Su mejor estrategia de marketing ha sido presentarse como un proyecto social responsable y humanista. Pero empiezan a acumularse historias que contradicen la esencia misma del socialismo.